jueves, 8 de febrero de 2018

Sarita Herrera, pionera en Nueva York

Sarita Herrera Ripoll (5-5-1913) nació en Barranquilla pero vino a hacer la secundaria a la capital. Vuelta a su tierra, estudió comercio mientras participaba en programas de aficionados de La Voz de Barranquilla. Como el espacio lo patrocinara la Victor y su actuación fuera tan destacada, la casa grabadora le ofreció contratarla en Nueva York (1934).

Cubierta de La voz aquella de Sarita Herrera, RCA.

Sus grabaciones principian con Alfredo Cibelli, en 1935, y el bambuco Ausencia (E. Ortiz, arr.), la danza Despecho (Trespalacios), el pasillo Horas de soledad (E. Ortiz) y el torbellino Me mandaste el sombrerito (P. Valderrama). El primer bolero que registró fue Nostalgia, del mismo Ortiz; luego Mírame y Te amo en silencio (G. Escobar). Otras obras: A orillas del Magdalena (E. Perea), Triste despertar (G. Herrera, arr.), La negra (A. Flórez), Canoíta (E. Murillo), Ojos hechiceros (C. Colón), Balada del amor constante (J. Quintero), Tarde sabanera (Vásquez-Urdaneta), Por qué te apartas de mí (Cugat-Torre), Si te vas (Cugat-Olivieri). Esta es la época de tríos y estudiantinas, interpretando los aires nacionales y los ritmos de América. Sabemos que, en 1937, era una de las atracciones del Club Yumurí, alternando con la orquesta de Eliseo Grenet. Coincidió asimismo con Nano Rodrigo en el Havana Madrid y El Chico. En Miami, pasó por el Clover y el Five O'Clock.

La reseña la da por cubana. The Billboard, 9-1-1943.

En 1941, grabó con la orquesta de Enric Madriguera Calientito (Escobar), Adiós (Madriguera-Woods). Falta decir que se casó, en 1942, con el músico cubano Fernando Legido, quien la acompañó a Colombia en 1970. En su país adoptivo, murió en 1987.

The Billboard, 22-7-1944; 16-7-1944.

jueves, 1 de febrero de 2018

Nano Rodrigo, pionero en Nueva York

Nano Rodrigo (en la pila, Hernán Rodríguez; Tumaco, 7-1-1907) pasó joven a Nueva York, en 1928. Se abre camino rápidamente, como que pasa a grabar el año siguiente con Gilberto Ramos y con los Castillians: Ojitos negrosMariposa (J. Rubiano), La espina (C. Polo), Las campanas del olvido, Chatica linda (P. Martínez). Para 1934, graba con Emilio Ortiz, El rosal (Duosdebes-Cañar); Tus ojos negros (Cornejo); aparece entonces el primer número antillano: el bolero Penetración (Ortiz-Dousdebes; ¿bolero con clave?). Aparece en créditos de la orquesta de Nilo Menéndez como compositor y vocalista: Princesa (Menéndez-Rodrigo); El chicharronero (Menéndez); ambos de 9-5-34. 

Luego era cantante (también tiplista) de la Estudiantina Colombiana del argentino Terig Tucci, director de la orquesta que acompañaba a Gardel en las películas. 
Su conocimiento de los aires nacionales dependió de conocer a Rosa de Rocha y a Jorge Áñez, con quien grabó para la Victor. Con tan buen resultado que conservó su propia Estudiantina entre 1932 y 39. Así fue como un porteño resultó componiendo pasillos y bambucos. Agréguese que con otros paisanos nuestros, Adolfo Mejía y Antonio Francés, tuvo el trío instrumental Albéniz. De la Estudiantina se conoce Requiebros (F. García), Tus ojos (A. Camejo), Anita, la bogotanaEl dolor de la ausencia y Al morir de las tardes




Rodrigo, tomado de un fotograma de una soundie (1941).


Promediando la década de 1930 le llega el turno de trabajar en el Havana-Madrid Show, en el club La Conga, de Nueva York, con una orquesta que dirigía el cubano Froilán Maya. Allí formaron los puertorriqueños Pepito López, vocales, y César Concepción, trompeta. Entre 1941-2 apareció en un puñado de soundies, es decir, películas musicales o videoclips; de ello queda Conga loca, Mi rumba, Parán pan pan y Cuban Pete. En la última aparecen Noro Morales y Tito Puente. 
 
Hallamos una mención a su orquesta, clasificada como "tango-rumba combo", que tocaba ritmos latinos y valses vieneses (Malnig). 




Reseña de su actuación en Miami, junto con Diosa Costello
y las Puppy Dancers. The Billboard,  21-2-1942.

   
Con su orquesta Havana Madrid lo tenemos en Begin the Beguin (C. Porter), los bambucos Ni de día ni de noche, Un puñao, de María Gréver. Linda mujer (canta Luis Rijos); Esos tus ojos negros (Cornejo; Pete Conde), su obra instrumental Poema, Último (F. Paredes), la guaracha La rueda (Camacho-Morales), Cachita (Hernández-Sancristóbal), Canto caribe (Lecuona), Ya olvidaste (A. Martel). En los años 1939-40, graba para Decca, principalmente tangos: Duelo criollo (Bazzano-Bayardo).

No tuvo Nano Rodrigo el final esperable para un músico. Desde 1938 había obtenido la ciudadanía y, por alguna razón, resultó alistándose de voluntario, en 1942. En Miami, lo doblegó un infarto mientras hacía curso de paracaidismo.

Rodrigo tocó, desde 1936, en el Rainbow Room de Manhattan, cuya descripción puede leerse aquí.
Sus grabaciones principiaron en 1934, cuyo registro puede leerse aquí.



Rodrigo, con la guitarra: un tumaqueño entre la élite antillana de NY.
Fuente: Herencia Latina.



Fuentes: 

Jairo Grijalba. Nano Rodrigo, El Zorzal del Pacífico

Julie Malnig. Dancing Till Dawn: A Century of Exhibition Ballroom Dance.

Jaime Rico SalazarLa canción colombiana: su historia, sus compositores, sus mejores intérpretes y sus canciones.



Rodrigo en el Rainbow Room. Gold-Heller. (2004).
Times Square Style: Graphics from the Great White Way.

lunes, 29 de enero de 2018

Wilfrido Vargas en su salsa

Hijo de músicos, Wilfrido Vargas principió sus andanzas musicales en 1972, al frente de los Beduinos. Si bien se le reconoce por el aporte al ritmo nacional de los dominicanos, su discografía comprende otros ritmos antillanos. Salsa y bolero es lo que les traemos a continuación. Recuérdese que Wilfrido participó en el concierto de Fania en La Habana, 1979. 


El grupo de Wilfrido trabajaba en La Casbah, club de ambiente árabe
a las afueras de Santo Domingo.

La relación amorosa de Wilfrido con Barranquilla la explicó el mismo en una entrevista: “En 1981, me entregué a este pueblo como ninguno. En 1982, el Congo de Oro me lo gané yo. Cada vez que vengo aumenta mi ilusión, porque en este pueblo he dejado el corazón”. Ese primer Congo se lo ganó en categoría salsa...
A continuación, pues, una serie de números en que Wilfrido se aparta del merengue:

Pambiche lento (Ch. Vásquez), La empalizáSalsa nupcialBeethoven en mi menteBalada de otoñoHipocresía (S. Ovalle), Para ellos dos (S. Ovalle), Lola (M. Santana; canta Víctor Waill), No matarás (B. Cepeda; canta Vicente Pacheco). A título de curiosidad, Víctor Waill grabó baladas.
Descripción de un sueño (Hierrezuelo), Preparen candela (J. Blez), Cachita (Hernández), Sansón Batalla (A. Daly; versión anterior a la de Sanabria), De repente (A. Romero), Envidia na ma (R. Labasta), Pal campo (Neftyn), Amor perdido (P. Flores), Perdido en mi pensamientoEnsillando mi caballo, Cumbanchero de GualeyDon Andrés, La hiedra (Serafino), Riski (A. Barroso, 1952: en portugués, Risque; la forma española es la pronunciación aproximada de este; versión de Graciela), Pale paleSimplemente una ilusión, la danza Bajo la sombra de un pino (Acosta), A ti, Mosaico n. 1Somos de tierra (Villarman-Vargas), Ya no me quieras tanto (R. Hernández), Flores, flores (A. Cabán), El comandante (Díaz-Vargas-Rodríguez: homenaje a Francisco Caamaño), Lo que yo quiero ser (R. Escudero), Somos (Rodríguez-Víctor), Bota la bata (I. Villanueva), Sambunango Teleño (A. Flores), Austrialina (W. Vargas), Socaribe (O. Girón), Amor casual (M. Jiménez), Dame un beso (L. Rosario), El negro elegante (W. Vargas), Apriétame (D. Choy), Mi mejor momento (S. Ramírez), Obsceno (Wando et al), Suite de amor #1 (P. Flores), Nervioso (Y. Núñez).




Otra parte de la obra de Wilfrido se compone de canciones colombianas, entre ellas los vallenatos Dime pajarito (O. Daza), Drama provinciano (L. Bueno), Todo es para ti (C. Ochoa), Bonita (D. Díaz), Porque no te tengo (M. Díaz), Te necesito (D. Díaz). Con el Binomio de Oro hizo Linda melodía. Además, 
El machete (G. Romero), El polvorete (M. González), El africano, Las mellizas (C. Ochoa), Ron pa to el mundo (F. Solano), El vampiro (E. Herrera).

jueves, 18 de enero de 2018

Manengue: un mítico percusionista cubano

Manengue: un apodo desconocido, aunque muy cercano al de dos percusionistas puertorriqueños, distinguió al percusionista cubano Antonio Orta (1881-1967). Su historia es de principios del siglo pasado, según la cuenta Padura, cuando trabajaba para Tata Alfonso y, en un arranque de espontaneidad alcohólica, cogió un cencerro que le habían encargado para una vaca y se puso a percutirlo, seguramente en pleno montuno. La campana sonó y se quedó adosada a los timbales, hallazgo de Manengue, de Ulpiano Díaz o de Guillermo García, como quieren otros. 


Foto: Quintana-Silverman.


Esa innovación, fechada en 1912, le dio una nueva vida al danzón, incorporando en la última parte los trucos del timbalero ñáñigo y rumbero. También se le atribuye la adopción de la cajita china, en una época en que el timbal era la única percusión del grupo; así como inaugurar los solos de timbal.
Contra su notoria habilidad militó una singular afición a la bebida, cuya consecuencia fue una merecida fama de informalidad (incumplimiento). Ello y la edad lo fueron haciendo a un lado, de suerte que volvió a ser músico ambulante en su natal Regla. Como eso no daba para vivir, tenía que rebuscarse pasando la jornada en el agua, en procura de calandraca (alimento para peces). De aquí le resultó la reuma que, unida a la ceguera, acabaron por matar de tristeza al hombre que le cambió el aspecto rítmico a la música cubana.

Foto: Padura.


Fuentes:

Leonardo Padura. Réquiem por Manengue, en El viaje más largo. Plaza Mayor, 2002.

José Luis Quintana y Chuck Silverman. Changuito: A Master's Approach to Timbales. Alfred Music Publishing, 1998.



Cerro de Murillo: fantasía vallenata de Santander Durán

Santander Durán Escalona (Valledupar, 1944) es un compositor premiado varias veces en el Festival Vallenato, pero no por el paseo que es objeto de esta nota, Cerro de Murillo

Compositor e intérprete, a la vieja usanza.

Suelen definirlo como romántico y costumbrista, sin dejar por ello el asunto social o histórico. Así lo prueban sus canciones Lamento arhuaco, Las bananeras, El último embaucador. Su primera composición, Añoranzas del Cesar, tiene su anécdota histórica. Enviado a estudiar a Barranquilla en 1960, hizo este lamento que había de convertirse en el himno del futuro departamento, escindido del Magdalena. 
El tema viene en el noveno y último álbum de Jorge Oñate con los hermanos López, Canto a mi tierra (1975). Allí hay de todo: los conquistadores de Valledupar, fantasía de leyendas y apariciones, serenatas y amores, el del cantor no correspondido y, por tanto, en pena por esas soledades. Tobías Gutiérrez, ganadero y compositor (de pronto al contrario), murió en la región de Murillo y por allí anda penando, jinete a caballo blanco. Durán amenaza a la dueña de sus pensamientos en coger camino a la Sierra, errando como Gutiérrez, si ella no lo remedia. 

Foto: Wikipedia.

jueves, 21 de diciembre de 2017

Carlos Molina, otro músico colombiano desconocido

La presencia de Colombianos en Estados Unidos no es tan reciente como uno imagina. Incluso hay pioneros en la historia del tango, como el paisano Carlos Molina. Los datos biográficos vienen de Cristóbal Díaz Ayala, quien lo da por bogotano y nacido en 1902. En la Capital del Mundo dirigió varias orquestas y se desempeñó como director musical de RCA Victor. Allí mismo murió, en 1958.




La carrera de Molina coincidió con lo que se conoció como fiebre de la rumba en Estados Unidos, desatada por el éxito de El manisero, en 1930. Tres orquestas se disputaban el aplauso del público: la de Madriguera, la de Cugat y la de Molina, los dos últimos violinistas.
La discografía registrada principia con ¿Qué tienes en la mirada?, en 24-3-30.


Poco conocido era el bandoneón en Estados  Unidos,
según esta nota de The Billboard, 11-3-44.


Luego, con Negra consentida (Pardavé), Lamento borincano (Hernández)La cachimba de San Juan (Piñeiro), La comparsa de los congos (Grenet), La comparsa (Lecuona), Odiarte quisiera (Castro), Tabú (Lecuona), Pa ran pan pan (Karlo), Cui cui (Curbelo). Aquí es forzoso detenerse: el anterior número es una conga, grabada en 1939. Hemos averiguado que los orígenes del baile en Estados Unidos se remontan a 1936, cuando Eliseo Grenet funda el Yumurí en Nueva York. Allí precisamente presentaba el espectáculo La conga. Hay, sin embargo, una conga anterior, obra del mismo compositor: La comparsa de los congos lucumí (27-9-32, que ya citamos en versión de Molina, más pausada). Es decir, el colombiano está entre los primeros que grabaron dicho ritmo en Norteamérica. 
 


Reseña de la orquesta de Molina, competidora de la de Cugat.
The Billboard, 5-8-48.


Make Love With A Guitar (Grever-Leveen). Pobre Sebastián (Lemaitre, versión de Myrta Silva), IncertidumbreKoki koka (Valdés), Nocturnal (Mojica-Marroquín), Chiqui cha, Tilín tilín tilán (Gutiérrez; Maño López canta a la manera de Miguelito), La tierra va a temblá. Volveré.

Otra etapa de su actividad musical se consagró al mambo: Al compás del mambo y Mambo #8 
(Pérez P.), Eso no (Cáceres-Sandoval)Cao cao, maní picao (Carbó M.), Tico tico (Abreu).   

Del capítulo tanguero, quizá el primero, tenemos: La cumparsita (Matos), Farolito de mi barrioSon cosas de la vida (J. - E. Bohr), en 16-3-30; Atorranta (Bohr), en 24-3-30; Tras las rejas (Rosello-Bohr), en 10-4-30 Don Juan (E. Ponzio) y Alma en pena (A. Aieta), grabadas en 7-2-33; Gypsy Lament (Gréver).
El pasodoble Silverio (Lara).



Reseña de un sencillo de Molina, advirtiendo la interpretación del vocalista
Bobby Rivera, en la línea de Miguelito Valdés. The Billboard, 4-8-45.


Fuentes:

Discography of American Historical Recordings.

Continuum Encyclopedia of Popular Music of the World. Volume II: Performance and Production. Continuum: 2003. En línea.



Reseña de un show en Los Ángeles, con todo y bongosera.
The Billboard, 18-10-47.

martes, 12 de diciembre de 2017

Myrta Silva, la Tremenduca

No hay acuerdo sobre la fecha de nacimiento de Myrta (¿1923? -1987), gran cantante, compositora y percusionista. En todo caso, su vida artística principia en la década de 1940. 


Con Rafael Hernández. Fuente: Pinterest.

Primeras composiciones: Cuando vuelvas y En mi soledad. En el 42 la tenemos cantando para el circuito CMQ de La Habana y luego estrenando su Así es la vida y Fácil de recordar. Del mismo año, Tu pito no suena ya (C. Puebla), una parodia de Ahora seremos felices.
De la época del Cuarteto Victoria queda La tartamuda. Con el fin de la década llega a la cima de la popularidad: la RCA Victor argentina la premia por sus ventas 1947-9 y en Cuba será la artista extranjera más popular. Su triunfo isleño se debe, claro, a las grabaciones con el conjunto Sonora Matancera: tres guarachas y un montuno de su propia inspiración, Qué corto es el amor. Entre los registros en vivo también hay números de ella: No me toques, que te quemas; No sé por qué; Por algo será; Yo me voy contigo y La tremenduca.  


En Caracas, 1945. Hemeroteca de la música popular en Venezuela.
  
Canta con la orquesta del violinista colombiano Carlos Molina (pionero de las orquestas de tango en USA) Sí, mi hijita linda. Se le tiene por la primera mujer inscrita como percusionista en la Federación de Músicos (de Puerto Rico o de Estados Unidos, según la fuente). 


En Ferrocarriles Unidos de Cuba, 1950.

Con otras orquestas: Mi delitoMis tres noviosLa vida es un problema, su composición Quiero volver a La HabanaLos hijos de Buda¡A callarse!El bombón de Myrta, Rumba desaforá, ¡Échale tierra y tápalo!. No pueden faltar Camina como Chencha (Saquito), Esos no son de aquí y Buche y pluma na ma (Hernández), Nada. Luego hizo televisión, haciendo su rutina o invitando músicos.       


Reseña de Myrta Silva en un club de San Francisco. Nótese que cantaba y hacía
una rutina cómica. The Billboard, 6-2-1943.