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sábado, 10 de agosto de 2024

Orozco y Maya en el Faenza: relaciones musicales colombocubanas

Por primera vez en escena en Bogotá, anunciaba El Tiempo, se presentarían en el Faenza, que llama 'coliseo', dos orquestas de música popular: la de Orozco y la de Maya, por Colombia y Cuba, respectivamente. Las dos agrupaciones se unirían para interpretar el pasillo El libérrimo, de A. Patiño, en homenaje del presidente López Pumarejo. Además, el cartel prometía las hermanas Cruz y la pareja de baile Lilian D'Argas.


El Tiempo, 10-9-1934.


El misterioso F. Maya y el talentoso Efraín Orozco.

Lo más completo que tenemos del misterioso músico cubano es lo que trae Fabio Betancur Álvarez. En su interesante capítulo "Colombia en el meridiano habanero", donde se reseñan las visitas de músicos cubanos a Colombia. Indica que, antes de la gira de los Matamoros en 1934, vinieron a Cartagena y Barranquilla las orquestas "Los Piratas de F. Maya, Germán Pinelli, Célido Curbelo, José Isla y el grupo femenino Orquesta Ensueño, dirigido por la cantante y violinista Guillermina Ayo"*. Los Piratas, procedentes del Casino y Hotel Nacional, gozaron de buena prensa en Barranquilla, no así los Matamoros.

Leonardo Acosta nos informa que Froilán Maya era violinista, de origen judío, y que su banda contaba con Mario Bauzá (1929) y es de los pioneros en la Isla en tocar jazz. Rafael Bassi añade que Maya estuvo en Barranquilla, en 1937, con un conjunto cuyo pianista era Anselmo Sacasas. Su época de gloria podría datarse en la década de 1940, cuando apareció con su Pan-American Orchestra en soundies (películas musicales de tres minutos, antecesores de los videos musicales), de los cuales se conserva su versión de Parampampán.


El Tiempo, 6-6-1936.


Maya estaba en Bogotá por 1936, pues el diario El Tiempo informó de otra fiesta en honor del presidente López, ofrecida por el señor Néstor Carbonell, ministro de Cuba, el jueves quince de octubre en el hotel Granada. De hecho, el mismo diario informa dos noticias notables de nuestro personaje, el catorce de enero: que salió bien de un accidente de tránsito, cerca de Zarzal, en compañía de los también músicos Mario Tenorio y Arturo Gutiérrez (quienes iban para un congreso en Ibagué); Maya venía para Bogotá y se le identifica como director de la orquesta Cali, "que ha sido muy aplaudida en todas partes" [El Tiempo, 14-1-1936: p. 8]. Es difícil interpretar el contenido de un escueto programa radial, pero podría ser jazz lo que ofrecía Maya como "selección americana" para un programa de la Voz de la Víctor, el primero de junio de 1936

El Tiempo (3-1-35) reseña la salida de Efraín Orozco con su “jazz-orquesta” para Cali. Los “críticos avezados” lo tenían por “el único e inigualable en su género que hasta la fecha nos haya visitado”, entre ellos J. M. Álvarez D’Orsonville. No se crea que es hipérbole el concepto, pues la orquesta Orozco habría de aparecer en el cine, en la película Radio Bar, escrita y dirigida por el argentino Manuel Romero. Los músicos colombianos estaban en una exitosa gira por el Cono Sur.


El Tiempo, 3-1-1935.


El Caimán del Plata. Cuenta Javier Franco Altamar que Efraín Orozco grabó, en 1946, El caimán, de Peñaranda; mismo año en que Kiko Mendive hacía lo propio, en la película Pasiones tormentosas. La versión de Orozco estaba enriquecida con pícaras estrofas, de suerte que hizo las delicias del público austral. Cuando el portero barranquillero Efraín Sánchez llegó a jugar para San Lorenzo de Almagro, "ocurrió lo que tenía que ocurrir: lo apodaron El Caimán". A Sánchez nunca le pesó el remoquete ni tener que explicar su origen, cientos de veces.


*Betancur, F. (1999). Sin clave y bongó no hay son. Música afrocubana y confluencias musicales de Colombia y Cuba. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia. Rafael Bassi identifica dicha orquesta como Los Piratas del Hotel Nacional de La Habana. Sin embargo, es difícil saber quién fue F. Maya y relacionarlo con la agrupación.

**La positiva valoración del joven Efraín Orozco contrasta con la brevedad del obituario que le dedicó El Tiempo, 29-8-1975: apenas dos parrafitos en una columna. Algo había pasado, pues su regreso, en 1954, sí mereció una nota digna del personaje.


Maya con otra de sus denominaciones: los Rhumba Ambassadors. En la red,
hallamos: Mi bumba ne (Senén Suárez) y Rumbomba (C. Concepción).


domingo, 14 de julio de 2024

Los Matamoros en Colombia: gira de 1934

Una de las instituciones de la música cubana y latina, el Trío Matamoros, hizo una muy temprana visita a Colombia, hace casi un siglo. La breve nota del diario El Tiempo reconocía que "Colombia no ha sido menos en admirar la música de la perla de las Antillas". Es bien notable que el redactor desglose 'música cubana' en "rumba, son, la guaracha, etc.", si se tiene en cuenta que, en los Estados Unidos, todo era rhumba, con hache. Se reporta buena asistencia de público al teatro Faenza, mencionando incluso parte del repertorio: Las mujeres que se pintan, Las maracas de Cuba y Lamento borincano, "y tantas otras".


El Tiempo, 5-1-1934.



El Trío terminó su gira con una "función de honor y beneficio", el martes 16 de enero, donde compartieron tarima con Carlos Ramírez, "el barítono de la ópera nacional", la orquesta Suramericana, Jorge Áñez "y el tenor Forero", aderezado todo con la rumbera cubana Marina González. Había asimismo función de cine: Pobre Tenorio, de Buster Keaton y el corto Una corrida de toros en México. Hasta aquí la información periodística. Veamos el contexto de la gran noticia musical.


Música cubana en Colombia.

Don Miguel Matamoros había nacido en el barrio Los Hoyos, de Santiago de Cuba, el ocho de mayo de 1894. Muy joven fue serenatero y sus canciones gozaban de popularidad, a tiempo que se ganaba la vida en toda clase de oficios. En 1925, se juntan definitivamente los elementos del histórico trío: Rafael Cueto en la guitarra y Siro Rodríguez en la voz. Acto seguido, viajan a La Habana y buscan la manera de grabar*. Entre el 28 y 31 de mayo de 1928, grabaron veintiún números. El primer sencillo venía con el bolero Olvido y el son El que siembra su maíz. Las composiciones de don Miguel superaron a la entonces estrella de la Victor: el sexteto Habanero. Vienen pues los viajes: a Nueva York, donde grababan, a Méjico, a Europa, en 1932; luego inician una gira en Panamá (1933) que acaba en Colombia, tocando en Venezuela y Curazao.


El Tiempo, 14-1-1934.


Las maracas de Cuba, son, se grabó en Nueva York, el 31-7-1934; Las mujeres que se pintan, canción cómica, allí mismo, el 3-8-1934; Lamento borincano (R. Hernández), son, 1954, en Puerto Rico. Es interesante que el cronista de la época mencione estos tres temas, que no tienen nada que ver con lo que hoy consideramos los clásicos del trío**.

Los Matamoros cruzaron la frontera venezolana a fines de 1933. Su gira nacional comprendió: Cúcuta, Pamplona, Málaga, Girardot, Ibagué, Armenia, Cali, Tuluá, Buga, Palmira, Manizales, Valparaíso, La Pintada, Medellín, Puerto Berrío, Bucaramanga, Barrancabermeja, Barranquilla y Cartagena***. El viernes, cinco de enero, debutaron en el teatro Faenza de Bogotá, en llave con el estreno de Entre marido y mujer (Another Language, 1933; dirigida por Edward Griffith). Ya mencionamos la "función de honor y beneficio", el martes 16 de enero, que supuestamente era el fin del calendario bogotano. Hubo, sin embargo, otra velada en homenaje de nuestro Carlos Julio Ramírez, que al parecer sí fue la despedida de Matamoros y sus muchachos.

El tres de agosto de 1934, el trío grabó el bambuco El trapiche, de Emilio Murillo e Ismael E. Arciniegas.


El Tiempo, 23-1-1934.


Peter Wade menciona otro grupo cubano que visitó a Colombia en 1934: Los Piratas de F. Maya. Un espectáculo, posiblemente de rumberas, presentaron Las Cubanacán en el hotel Esperia. La publicidad prometía "danzas estilizadas de absoluta moralidad"****.

Lo de Carlos Julio Ramírez en muy notable, habida cuenta de que había nacido en Tocaima, el cuatro de agosto de 1916. A tan corta edad, "todas las estrellas líricas nacionales" le tributaron un homenaje (El Tiempo, 19-1-1934).

El teatro Faenza se inauguró el tres de abril de 1924, con la proyección de la película francesa El destino.

Notas.

*Humara y Lastra eran los distribuidores de gramófonos y discos de la Victor en la capital. Desde 1910, dieron un paso adelante buscando talentos en la Isla para grabarlos, misión que encomendaron al empleado Juan Castro, quien "descubrió" y grabó grandes figuras, entre ellas nuestro Trío. Habana Radio. La voz del patrimonio cubano. Díaz Ayala menciona también a Mr. Terry, director artístico de la Victor.

**Rafael Cueto recuerda, viajando por el Magdalena, haber escuchado El que siembra su maíz.

***Pagano, C. (15-4-1984). La clave latina. El Trío Matamoros.

****Wade, P. (2000). Music, Race and Nation. Música tropical in Colombia. The University of Chicago Press.

Información varia.

*Primeras grabaciones del trío Matamoros.

**Vicente Pastor, representante del trío Matamoros. N. Baudichon, encargado teatro Faenza. El miércoles tres, los Matamoros participaron de la fiesta de despedida en Cúcuta de Pedro Miranda, gerente de Metro-Goldwyn-Mayer.

El Tiempo, 16-1-1934.


miércoles, 27 de marzo de 2024

Lisandro Meza en su salsa

Antonio Fuentes, según afirma Peter Wade, con su disquera ayudó a que la música costeña saliera del sonido tradicional del porro, es decir, facilitó el crossover. Los Corraleros fueron el laboratorio y la plataforma de las carreras solistas de Alfredo Gutiérrez, Lisandro Meza y Fruko. Este último es referencia de la salsa nacional, pero ¿qué tan salsero fue el desaparecido Lisandro?

Lisandro en su salsa.


Como los músicos de Fuentes, Meza se movía en distintas
alineaciones musicales: combo y conjunto.


Ya en 1967 y en compañía de su conjunto, presentaba Lisandro tres "charangas": Charanga completa, La domina y Charanguiando (sic); dos salsas: Mi salsa y Salsa con sabor; un jalajala: Ven, ven. No fueron casos aislados. En 1970, Lisandro presenta el muy diciente Salsita, mami, donde vienen cuatro "descargas": Me quedo en Cali (Julio E. Estrada), Chaca boom (J. Pastrana*), Cuca, la Loca y Soy dichoso**. Dos guaguancoes: Sabroso guaguancó y El coco; además, una salsa: Arrebatá.

Ese mismo, año el combo de Lisandro produjo otro elepé, más variado, con el muy significativo título En Nueva York, donde solo vienen dos salsas: Juventud flaca y loca y Salsa pa' Colón (Adolfo Benavides). Un elepé suyo lleva por título una cifra: 78. Allí puso la salsa Guantaranure (versión The Latin Brothers) y la guaracha Dónde va José (Daniel Santos). También tenemos en su repertorio la guaracha Pasito tun tun. El interés rítmico de Lisandro va más allá, con el son-calipso El Negrito y una rumbita a Chacaíto, estación del metro de Caracas. Muy enigmático resulta el afrobeat Shacalao (Fela Kuti & The Africa 70). Más música, en la cuerda antillana: El inocente, salsa de Isaac Villanueva; Rumbón en la plaza, rumbita de Enrique Bonfante; Guaracha en España, de Aníbal Velásquez; la guajira Las cosas de la vida (L. Meza) y su bolero Esperando Navidad. El perro, charanga de Ramón Chaverra; la guaracha Tus labios, Río Sucuy (salsa); el bolero-mambo Óyeme, Daniel (Roberto Solano).

No menos significativas son, en esta lista, las versiones de Las caras lindas (Tite Curet) y de La murga panameña (Colón-Lavoe); o su guajira Amorcito de mi vida.

La fusión de Lisandro.


El álbum más salsero de Lisandro: nótese el uso de 'salsa', en 1970.


Peter Wade señalaba el crossover de Antonio Fuentes y sus pupilos. En el mismo sentido, Juan Sebastián Ochoa afirma que no se trata de una reelaboración de distintas tradiciones musicales (la cubana, en este caso), sino de una música nueva o fusión. Es muy diciente el testimonio del "Mañe" Rodríguez, hablando del sonido corralero: "Pero yo sé que eso no es cubano. Eso es más de acá, sabanero, pero ¿de qué influencia?, ¡ay, carajo!".

*Es interesante notar que Joey Pastrana estrenó Cha Ca Boom ese mismo año, en el trabajo Joey en Carnavale.

**Soy dichoso había sido cantada por Chamaco Ramírez y la orquesta de Tommy Olivencia, en 1967. Versiones de Ray Barretto, 1992; Joey Pastrana, 1972.

Bibliografía.
Wade, P. Música, raza y nación. Música tropical en Colombia.
Ochoa, J. Sonido sabanero y sonido paisa. La producción de música tropical en Medellín durante los años sesenta.

miércoles, 21 de febrero de 2024

La múcura, 75 años

La tapa de la revista Semana de primero de enero de 1949 es un hecho musical, incluso profético: la música costeña se toma el interior, Lucho Bermúdez es profeta en La Nevera y un porro se convertirá en éxito mundial.

La múcura gozó, desde un principio, de los más destacados intérpretes antillanos. La canción nació, al parecer, con la autoría inexacta: "Porro - Toño Fuentes".

El verdadero autor era un modesto hijo de Palomino, Bolívar: Crescencio Salcedo. Hasta donde sabemos, el primer registro es de once de octubre de 1949: "LA MUCURA © m Antonio Fuentes EU 181548". Esto indica que Fuentes registró la música (m), pero no la letra (w: el registro completo era w & m); figura, además, en el catálogo unpublished de dicho año. En el catálogo published de 1950, ya la atribución de letra y música recae en Antonio Fuentes. Figuran asimismo los traductores de la letra al inglés: Frank H. Stanton y N. MacNeil, el 22 de marzo de 1950.


Avelino Muñoz fue un pianista panameño. La grabación iba por
cien mil copias en tres meses. [The Billboard, 3-12-1949].

Tampoco resulta muy clara la fecha del estreno. Hay quienes se lo atribuyen al Trío Nacional, respaldado por los Trovadores de Barú. No figura el año en los discos, pero debió de ser 1949. El citado registro de 1950, en cambio, nos indica el 30 de diciembre de 1949, en La Habana, para Peer y Compañía, arreglo de Juan E. Lazaga. 

Otra fuente muy importante para conocer la historia de la canción es la Discografía de Díaz Ayala. Allí encontramos registros de Nelo Sosa y Julio Gutiérrez (10-7-49), Benny Moré y Pérez Prado, Marcelino Guerra, Bobby Capó y Avelino Muñoz, Los Panchos, Antar Daly y Juan S. Garrido (1949), Trío Cantarrecio, Mario Hernández y sus Diablos del Caribe, Trío Urquiza (1950).


Perdida, 1950. El cartel musical era de lujo.


Una curiosa versión, bilingüe español-portugués, la ejecutada por Ninón Sevilla y Os Anjos do Inferno, que le hacían el coro sobre un arreglo de Pérez Prado. Esta aparición en el cine mejicano marca claramente la popularidad de la obra de don Crescencio. Esta primera época de La múcura cierra con la versión de Matilde Díaz y Lucho Bermúdez. También, a título de curiosidad, debe citarse un instrumental, en ritmo de merengue, por Xavier Cugat. Igualmente instrumental, pero de mayor interés local, resulta la versión de Pedro Laza y sus Pelayeros (1960). 

Jorge Sepúlveda, con las hermanas Russel, dieron un paso más rebautizando La cántara. Con el mismo título, la llevó a la rumba flamenca su compatriota Argentina Coral. Un trío español, a pesar de llamarse Siboney, no tuvo problema en decir La múcura; tampoco Teresita de Alba.

El éxito también se mide cuando una obra pasa las fronteras latinas: en 1950, tenemos versiones de Art Mooney, con el título traducido a Litte Jug, Cab Calloway y una francesa de Doris Marnier. Una versión jazzera, con arreglo de Shorty Rogers, grabaron Shelly Manne and His Men, en 1953 (en las notas del dico pone: "an old Latin-American folk song"), mismo año en que Eddie Warner intentó cantarla en español. Caterina Valente y Silvio Francesco hicieron lo propio, en 1958.

Por la República Dominicana, se reporta el Conjunto Quisqueya con su versión merenguera. Félix del Rosario, con su cuerda de saxos, le da un sonido muy particular. El sonido tradicional puertorriqueño se escucha en la versión de Luis Quintero y Alma Cibaeña.

El resto es salsa: Ray Barretto retoma el clásico en 1962, en el mismo elepé donde viene El Watusi. Celia Cruz la graba en 1964, con René Hernández, en el trabajo Canciones que yo quería haber grabado primero. Junior González, respaldado por Tito Puente, la grabó en 1979. Porfi Jiménez, por esa época, hizo una muy bailable. En el formato tradicional cubano, la hicieron Los Habaneros y Alfredo de la FeOmara y Johnny Ventura, respaldados por la orquesta Faílde, tienen un registro fresco, de 2019.

Como si cerrara un círculo, en su Homenaje a Los Panchos, Manoella Torres pone La múcura en este milenio.

Más versiones:

Cuarteto Imperial

Steve Jordan

Sonia López

Los Quechuas

Los Tres Hernández 

Mariachi de Román Palomar

Luis Varona



Arthur Mooney (1911-93), cantante y director de orquesta tuvo varias
canciones en el top 10 y una de ventas millonarias: Honey-Babe (1955).

"Guaracha norteamericana" en París

En mayo de 1951 y viajando por Europa, cuenta don Guillermo Cano una función de cabaré parisino. Parte del show estaba a cargo de las pin-up girls. Una de ellas, de repente, anuncia lo que viene: "una guaracha, ¡música popular norteamericana!" Los latinos del auditorio se sorprendieron con semejante planta exótica. El número musical sonaba afrancesado, "que hace de un bolero un blue y de una rumba caliente un fox-trot". Sin saber cómo, Cano y amigos empezaron a tararear La múcura, luego interpretado por una gringa, en francés y en inglés, "agregándole una que otra 'Conchita', 'señorita', 'caballero', las tres únicas palabras españolas que parecen conocer en Hollywood y en París" [Tinta indeleble. Guillermo Cano, vida y obra. Sabogal, J., ed. Bogotá: Aguilar].

En The Billboard


Peer, afiliada a BMI, demandó sus regalías por La múcura
a un hotel del norte del Estado de Nueva York. The Billboard, 21-10-1950.


Coda. A propósito de autorías, en 1949, Crescencio Salcedo también impugnaba la autoría de Se va el caimán. Nótese que en Semana lo llaman "un indio guajiro".

Investigando en The Billboard, la revista que vieron Cano y amigos en 1951 fue Exciting Paris, cuyo número bailable estaba a cargo de las Pin-Up Mansfield Girls, pero la revista no menciona la tal cantante Mary, que recuerda don Guillermo. 

lunes, 5 de febrero de 2024

Arabella, la Sonera Mayor

Que la Sonera Mayor haya nacido en Bogotá es casi tan peregrino como que Caribe soy (Luis Alday) haya sido eternizada por un argentino*.

En la nota These Ladies Are Not Waiting (Billboard, 13-11-1982, 62), Enrique Fernández planteaba la sucesión de Celia Cruz, quien llevaba tres décadas ciñendo la corona de la música antillana. Una de las pretendientes era Arabella, a quien tenían por "Venezuelan".
Margarita Pinillos es el nombre de pila de Arabella, cantante y compositora bogotana. Pasó, según era costumbre, por los concursos de aficionados, en radio y televisión, hasta llegar a trabajar en el hotel Tequendama. El nombre artístico lo tomó, al parecer, de la modelo Arabella Árbenz, quien se suicidó en Bogotá, en 1965**. Pasó a Venezuela, donde trabajo con orquestas tropicales, entre ellas Los Maraqueros: Ámame (Alberto Amadeo: versión Grupo Amadeo), El regreso del amor, A Cali y una composición propia suya: La masa no está pa bollos.


Las tres cantantes que esperaban suceder a Celia Cruz eran: Lita Branda,
Soledad Bravo y Arabella. Fernández, 1982.


Dos merengues, Él (D. D.) y Corazón, corazón (JA Jiménez, versión original) y el bolero Ansiedad (Chelique Sarabia)***, arreglados por Dioni Fernández.
En 1980, Arabella grabó un álbum de repertorio nacional, con temas del tipo de Yo me llamo cumbia, Grito vagabundoAmor sensible, y El sanjuanero (Anselmo Durán), al lado de covers como Tambores africanos (Celina y Reutilio) y Oye la rumba (Trío Matamoros). Después una curiosidad: un paseo de Diomedes Díaz, Sin ti.
El año 1982 marca su vinculación con los grandes de la salsa: cuatro canciones de Tite Curet para su álbum solista, Sabor y raza: Flor del mal, Arepas, Mañana estaremos juntosChico Matanza; una de Johnny Ortiz: Soy la canción (luego le grabó La musiquita). Hay también la adaptación de una obra de Chico Buarque, No sueño más (Nao sonho mais). La vida del pueblo caraqueño aparece retratada en Domingo en el barrio (Enrique Hidalgo, el mismo de Ladrón de tu amor); del mismo son Zape p'alláEspejismo y La dicha. De la compositora Gloria González, Esperando que vuelvas

Una composición del gran Jairo Varela: Ni tú ni yo. Hay cierta predilección por el repertorio de Celina, que ya había vocalizado Mi son es un misterio (Ñico Saquito, versión de Celina); sin faltar el aporte de don Tite: Mentiras, el bolero Sin dejarte de amarYo te viVivo por ti, Pa los de mi aldeaCallejón, Dejo y El llanero. José Mangual estuvo en la plantilla de músicos que respaldaba a Arabella y le dio una canción que terminaría bautizándola: Sonera.

Además de intérprete, Arabella es compositora. Entre sus canciones se cuentan: Bomba para Colombia****, Mi cuna, Callecitas de Cartagena, Secretico, Felicidad, Rumor, Disfruta la vida, Fui tu cacería, Cuanto tienes, cuanto vales, Caos y No me vencerás.

 
Entre las canciones que le grabaron otros intérpretes, ubicamos a Tabaco y su Sexteto, con Amor, amor; Yayo el Indio, con la Sonora Matancera, Pena de amor y Celia Cruz, Mi vida es cantar.


Sabor y raza contó con los compositores y los músicos de la escena salsera
nuevayorquina. Sin embargo, es una artista poco conocida hoy.




*Leo Marini ya lo había grabado con Don Américo y sus Caribes, en 1944 (hizo como seis versiones). Otra rareza de esa época es La pollera que es colorá (Mario de Cáceres).
**La rocambolesca historia de Arabella y su marido, en El Tiempo.
***Chelique Sarabia terminó la composición al cumplir quince años (1955). Rosa Virginia Chacín la cantó, en 1959.
****Chivirico Dávila también dedicó una Bomba para Colombia.

viernes, 29 de diciembre de 2023

Olga Chorens, in memoriam

Entre los personajes que se dieron el lujo de ponerse al frente de la Sonora Matancera, una pareja atractiva pero quizá poco recordada fue la de Olga y Tony. El matrimonio y pareja musical tenía su propio programa musical en la CMQ, El show de Olga y Tony, que también pasaba por televisión, donde contaban con el respaldo de una orquesta. En la década de 1950, recibieron el premio Miss y Míster Televisión. En la ciudad de Miami, se les concedió una estrella en el Camino de la Fama, así como una calle nombrada en su honor.


Más que "La pareja feliz", era la familia del espectáculo, que ponía en escena
a sus hijas, Lissette y Olguita, ambas con sus propias carreras.


Casi centenaria.

Olga Chorens había nacido en La Habana, el siete de febrero de 1924. Comenzó a cantar de niña, en Radio García Serra; luego triunfó en la Corte Suprema del Arte, pasando a competir con adultos. Por esa época Tony Álvarez, quien sería su esposo, conducía el programa Ritmos del Plata, dedicado a la música del Cono Sur. Los dos coincidieron en la orquesta Río la Plata y se casaron en 1945 [Díaz Ayala afirma lo contrario: se casaron en 1946 y salieron de gira en 1947].

Terminada la gira por Latinoamérica [su hija Lissette nació en Lima, 1948], inicia su carrera discográfica, en 1951, con los boleros Amémonos (Manuel M. Flores: versión Lucho Gatica) y Esto es felicidad

Dueña de un repertorio variado, donde hubo: Los ejes de mi carreta (A. Yupanqui), la guabina El pescador (Rocha-Díaz: versión Garzón y Collazos), el bolero zambra Y sin embargo te quiero (Quiroga-León: versión Conchita Piquer), la ronda El ratoncito Miguel (FB Caignet), el jingle Amor con publicidad, el pasodoble De Caiz al puerto (Lito Montes), la canción Arrivederci, Roma (Rascel-Garinei-Giovannini), la polka El chacachá del tren (García Cote), los valses Alma, corazón y vida (Adrián Flores: versión Lucía-Algeciras), La flor de la canela (Ch. Granda: versión La Lupe), Mi ofrenda (Granda) y Todos vuelven (César Miró: versión Rubén Blades). El fox canción Chinito, chinita (O. Farrés), el popular Frenesí (A. Domínguez: versión Carlos J. Ramírez), En mi viejo San Juan (Noel Estrada), Amarraditos (Durán-Pérez: versión Vicentico Valdés), La leyenda del beso (Soutullo-Vert: versión Chucho Avellanet) y algo de Agustín Lara, Regalo de viaje, asimismo Padam, padam (Contet-Glanzberg); Cuando tú te hayas ido (Sansores-Brito: versión Raphael). Una rareza: Por cuatro días locos (R. Sciammarella: versión Alberto Castillo).

Chorens también grabó balada, una bonita versión de Cuando estemos viejos (versión Jorge Falcón). Tampoco descuidó las fiestas de fin de año: Cantares de Navidad (B. de Jesús).


La pareja ideal. Fuente: nostalgiacuba.com


Olga Chorens es familiar a los cultores de la vieja guardia por un gran bolero: Mis noches sin ti (Ortiz-Márquez: versión José Feliciano). En esta cuerda, también hizo La tristeza mata gente (Cunheiro-Álvarez), Tu cariño (M. Maurano), Canta lo sentimental (Fuente-Montiel: versión Issac Delgado), Adios, Felicidad (Ela O'Farrill: versión Bola de Nieve) y Besos de fuego (Discépolo: versión Blanca Rosa Gil).

Lugar aparte merece la composición de Lucho Bermúdez, Linda caleñita, (versión Matilde Díaz), con el respaldo de la Sonora Matancera, el dieciséis de septiembre de 1954, misma sesión en que grabó Yo soy esa (Quintero-León-Quiroga: versión Concha Piquer). Entre las interpretaciones que quedaron grabadas en televisión, debe destacarse el tango Sueño de amor (Rosemberg-Comilla-Biettti).

Se dijo al principio que la pareja hacía un show televisado. Una canción infantil alcanzó considerable fama. La propia Olga dijo en entrevista que la criatura la persiguió toda la vida: El ratoncito Miguel (FB Caignet). Otra faceta de su vida fue el exilio, como quedó plasmado en Cuba.

Olga Chorens murió el veintidós de septiembre de 2023.


Linda caleñita, un porro a la cubana, interpretado por Olga y Tony.


*Tony, por su parte, vocalizó El vapor, de Nelson Navarro. Un porro-guaracha, que también aparece atribuido a Edmundo Arias. El caso es interesante, Pues Navarro fue un cantautor cubano que, tras la Revolución, pasó por varios países de Suramérica, incluida Colombia.

**Olguita entrevista a Olga Chorens.

Fuentes: 

Olga Chorens y Tony Álvarez, en nostalgiacuba.com

Olga Chorens, en Ecured

miércoles, 27 de octubre de 2021

La música colombiana de Eucario Bermúdez

Tierra colombiana era el programa que presentaba Eucario Bermúdez (1934-2019), al que asistió la Estudiantina de la Universidad de Antioquia, en 1983*. Según el propio Bermúdez, la idea del programa se le ocurrió a Fernando Londoño (1921-2013), presidente de Caracol Televisión. Parece que el presentador original fue Gabriel Muñoz López (1927-2019), de quien lo heredó Bermúdez, que lo realizaba con el maestro Jaime Llano González (1932-2017)**. 

Otro retazo de la historia de Tierra colombiana lo encontramos en 1975, cuando la Asociación de Periodistas del Espectáculo le concedió el premio de divulgación folclórica a Eucario Bermúdez. La distinción era inexcusable, habida cuenta de que Bermúdez llevaba trece años realizando el programa por la Cadena Caracol y que ya había recibido el premio Ondas, de Barcelona, en 1972, en la categoría de mejor programa cultural hispanoamericano. 

Ese mismo año, Bermúdez había dado el salto a la televisión y recordaba especialmente una serie de programas dedicados a la música clásica, con los que pretendía mostrar que "la música colombiana no tiene sólo pasillos, bambucos y vallenatos"***.


Una emisión dedicada a las estrellas olvidadas: llama la atención
que en ese grupo ya estuviera Víctor Hugo Ayala.


En este contexto y contra esta figura de la divulgación musical, estalló Alfredo Gutiérrez Vital, con una composición que tituló La televisión. Gutiérrez, en esa época, ya era conocido por su trabajo con Los Corraleros de Majagual y tenía una importante carrera de solista, pero no había ceñido ninguna de las coronas del certamen vallenato. 

Gutiérrez ataca duramente la exclusión del vallenato y otros ritmos costeños de la televisión, hecha en Bogotá y con pretensión de representar lo nacional.

Versos picantes, seguro con algo de exageración, como los siguientes:


Parece que no existiera la Costa Norte pa los que dirigen la televisión, / ¡qué rosca tan grande!

¿Cuál es la rosca que tienen los de la Inravisión?, / que presentar ellos no quieren el vallenato en acordeón.

Y ese programa de Eucario de la Tierra colombiana / está muy cachaquizado, pues de costeño no hay nada.

Lo justo sería que pusieran mitad costeño mitad cachaco: / ay porque la música costeña es la que ha puesto a Colombia en alto.


El "centralismo televisivo" terminó el 28 de abril de 1986, cuando inició transmisiones de prueba el canal Telecaribe****.

Fuentes:

*Rendón, H. (2009). De liras a cuerdas. Una historia social de la música a través de las estudiantinas. Medellín, 1940-1980. Tesis. Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín.

**Posada, G. (2020). Eucario Bermúdez: "Todo me causa nostalgia de mi patria". Consultado en 16-10-2021, de la web https://www.germanposada.com/post/eucario-bermúdez-todo-me-causa-nostalgia-de-mi-patria 

*** Redacción. (1976). Primera vez que en Colombia se premia la difusión folclórica. Cromos, 3027, 16.

**** Redacción. (1996). Telecaribe, la opción que hacía falta. El Tiempo, 25-4-2021, disponible en la web https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-278663

jueves, 2 de septiembre de 2021

Mario Gareña triunfa en Nueva York

A poco de su partida, va descubriéndose la talla que alcanzó el gran cantante barranquillero Mario Gareña (1932-2021), cuyo nombre de pila fue Jesús Arturo García Peña. Su caso ilustra que bastan pocas obras para merecer un puesto en la historia de la música nacional: Yo me llamo cumbia no requiere presentación, sea que la prefiera en versión de Leonor González Mina, Totó la Momposina o Puerto Candelaria. En verdad que ha llegado muy lejos: se conoce la versión por Claude Villaret y la Orquesta Filarmónica de Tailandia.


Foto del disco El amor es una semilla.


Menos conocido es el cuento de su paso triunfal por Nueva York. 
Entre el 18 y el 20 de septiembre de 1970, Rafael Díaz Gutiérrez, productor de la radio WHOM, organizó el primer Festival Latinoamericano de la Canción, celebrado en Nueva York. Mario Gareña, que entonces grababa con Polydor, ganó el primer premio con su composición Te dejo la ciudad sin mí, que sacó 167 votos del jurado, a 13 de distancia del segundo lugar, el mejicano Alberto Vázquez, con No debes de llorar (Felipe y Alfredo Gil). Gareña cobró 1500 dólares de premio, más otros 500 por mejor cantante masculino.

Billboard, 10-10-1970.


De Gareña se cuentan varias anécdotas. Una vez, en el gril Candilejas, donde actuaba, había un cliente que lo importunaba, pidiendo a gritos que le tocara La mafafa a su mujer. Gareña, perdiendo la paciencia, interrumpió el acto para decirle que lo complacería, si antes le tocaba El pájaro picón.

*Ferreira, Ó. (2020). Historias de Mario Gareña: el compositor de Yo me llamo cumbia. Primicia, 4(905), 16-17.

lunes, 21 de diciembre de 2020

Micaela y Luis Carlos Meyer: pioneros del folclor colombiano

Según Bernardo Vasco, el hecho decisivo para la música colombiana en el exterior fue el éxito de Se va el caimán, a mediados de la década de 1940.

Del hecho da testimonio la película mejicana Pasiones tormentosas, dirigida por Juan Orol y estrenada en 1946: sobre la música y el coro de Se va el caimán, el cubano Kiko Mendive improvisa versos, mientras su paisana María Antonieta Pons baila. Ni siquiera aparece en los créditos de las canciones del filme, donde sí figuran Préndeme la vela (sic), de Luis E. Bermúdez, y Ritmo de cumbia, de Manuel Poveda*.

Luis Carlos Meyer. Foto: Radio Nacional de Colombia.


Micaela y El gallo tuerto son parte de la banda sonora de la película Novia a la medida, de 1949. En el filme, Beny Moré canta la obra de Meyer. Estas dos piezas fueron vocalizadas por Meyer, con el respaldo de la orquesta de Rafael de Paz, ambas grabadas en la sesión del 14 de octubre de 1946**.

Estas composiciones, junto con Trópico (grabada con la orquesta Panamericana en 27-8-1948), la Cumbia cienaguera (Luis E. Martínez; grabada con Rafael de Paz, en 3-6-1952), figuran entre las primeras grabaciones de música colombiana en el exterior, en lo que se refiere al porro. Respecto del vallenato, deben mencionarse Este es el amor (paseo), con la orquesta Manuel S. Acuña, y La historia (R. Escalona, etiquetado como "porro"; grabado con Rafael de Paz, en 13-5-1952).

En 1947, el conjunto Sonora Matancera grabó Micaela, con la interpretación de Israel del Pino.

En el cine mejicano, la música colombiana alternaba con la cubana.


Ñapa. Con la orquesta Garavito, Meyer vocalizó Por vivir en Bogotá, porro (?) de Milciades Garavito. Mi compay Chipuco, vocalizada por Ismael Rivera con Cortijo, se le atribuye a Luis Carlos Meyer, aunque Castaño pone Lucho Bermúdez. En 9-11-1943, Meyer grabó La vallenata, donde habla de una mujer y de música, acaso el primer uso de esta palabra en este sentido.

Fuentes:

Castaño. J. (1998). Luis Carlos Meyer: el rey del porro. Bogotá: Ministerio de Cultura.

Pagano, C. (1998). Luis Carlos Meyer: el eterno trashumante. El Tiempo, en línea.

Vasco, B. (2020). ¡Guepa je! Archivo de Bogotá. En línea.

Emisora HJUT. Colombia en su música No.93: Luis Carlos Meyer

Versiones de Micaela: 

Johnny López y orquesta Antonio Escobar (1947). 

Billo's Caracas Boys.

Félix Valvert y su orquesta.

Los Farias.


Fuente: Castaño, 1998.

*Manuel de Jesús Povea (¿Poveda?), el compositor de Caracoleando, Mi preferida, y Cójale la cola, trompetista de Lucho Bermúdez, quien también grabó Ritmo de cumbia. Meyer, con la Atlántico Jazz Band la grabó en 1945.

**La fecha fue establecida por Javier Castaño. Según la discografía de este autor, hubo una grabación anterior de Micaela - El gallo tuerto, también con Rafael de Paz, de fecha 10-10-1945.

sábado, 5 de diciembre de 2020

Esther Forero, difusora del folclor colombiano

Antonio Miranda fue uno de los amigos de Guillermo Buitrago inmortalizados en un canto*. Un paseo vallenato que parece ser el primero grabado en el exterior, nada menos que por Rafael Hernández y Los Universitarios, vocalizado por Esther Forero cuando estuvo en Puerto Rico, en 1950-51. ¿Qué lugar ocupan Toño Miranda en el Valle y Esther Forero en la difusión mundial de la música colombiana?




De gira por las Antillas.

Esther Forero tuvo un periplo artístico insular, principiando la década de 1950. Arrancando en la República Dominicana, donde se estrenó como compositora, con el bolero Santo Domingo: un audaz acto político, habida cuenta de que el tirano había mudado en Ciudad Trujillo el nombre de la capital del país. Tuvo luego la buena suerte de simpatizar, ya en Puerto Rico, con el maestro Rafael Hernández, quien le facilitó la grabación con Los Universitarios estas canciones suyas: Santo Domingo, Reina de Borinquen** (bolero), Toli-bomba (tamborito), Quien la ve (porro), Caracolita (porro), Cangrejito enamorado (porro), El pájaro macuá (porro), El trapichero (porro), Gerardino (tamborito), Quiquiriquí (tamborera), La morena tumba hombreEsa puertorriqueña (pasodoble), Lamento puertorriqueño (lamento-bolero) e Inteligente (bolero-tango) con el trío San José, Esa venezolana (pasodoble) y Lamento venezolano (lamento) con Pepito López, La tulibamba con Alberto Iznaga. Durante esta gira puertorriqueña, se produjo la grabación de Toño Miranda en el Valle.

En noviembre de 1950, pasó a Cuba en compañía de Nicolás Guillén, camino de los Estados Unidos. La estancia se prolongó un año, que pasó haciendo radio en Santiago de Cuba. En 1951 llegó a Nueva York, donde ya se le conocía por Santo Domingo y Pegadita de los hombres (Núñez-Ulloa). Allí el compositor dominicano Mario de Jesús la presentó con el director artístico de Peers, René Touzet.

Además de llenar el Teatro Puerto Rico y recibir elogios de la crítica, con la orquesta de René Touzet grabó sus composiciones Ciclón del diablo (mambo-porro), Disimúlame (porro), La gallina ciega (mambo tamborera), Pila, pilandera (mambo-porro), El asunto y La caminadora

Con Maximiliano Sánchez, Bimbi, y su trío Oriental, graba siete porros suyos: La piña madura, La burrita mocha, El totumito, La culebrona, La puerca, y La bateíta (batatita).

Nota: Daniella Cura, autora de Esther Forero, la caminadora, luego de publicar su libro obtuvo tres 78 con los que podrían ser los primeros temas grabados de la compositora, en 1949: La porriconga, Ñerito lindo, El pobre Manuel, Negrito Pinele, Arribé en el bote y la puya


En la página de Gladys Palmera mencionan otra composición de Forero en
este sencillo, Quien la ve (porro), pero la imagen está errada.


La Sonora Matancera.

Al pensar en divulgadores de la música nacional en el exterior, el primer nombre que se viene a la cabeza es el de Nelson Pinedo. Este otro barranquillero llegó a Cuba en 1953, llamado por una orquesta española. La primera canción nacional que grabó fue Entre verdes palmeras, un porro de Rafael Campo Miranda, con el conjunto de Luis Santí (hay una versión en vivo, con la Sonora Matancera). El nueve de octubre, debutó con el conjunto de don Rogelio Martínez, sesión en que vocalizó dos títulos: ¿Quién será?, un bolero mambo de Pablo Beltrán Ruiz y Luis Demetrio, y El ermitaño, de Rafael Escalona (rotulado como porro).

Es decir, las grabaciones de Pinedo no son pioneras, pero han gozado de muy buena difusión: Momposina, de José Barros (rotulado como guaracha-porro); Me voy pa La Habana, de José María Peñaranda (pa Cataca, en el original; rotulado como porro); Te olvidé, de Peñaloza y San Ildefonso; Bésame, morenita, de Álvaro Dalmar (rotulado como bambuco-guaracha); Estás delirando, de José Barros (rotulado como garabato); El gavilán, de Crescencio Salcedo (rotulado como joropo-merengue); Mujer celosa, de Pacho Galán (rotulado como guaracha-porro); Mi barquito marinero, de Juan Bautista Galán (rotulado como porro); El mochilón, de Efraín Orozco (rotulado como porro); Mi casita linda, de Juan Ospino (rotulado como guaracha-porro); El vaquero, de José Barros (rotulado como porro); Trópico, de Luis Carlos Meyer. Una colaboración más amplia, comprendida en el periodo 1953-58.

Esther Forero y Nelson Pinedo fueron dos barranquilleros embajadores del folclor nacional, en la década de 1950. La obra difusora del folclor nacional de Forero antecede a la de Pinedo, aunque es menos conocida. ¿Será ella la primera en grabar música colombiana en el exterior?

Otras composiciones de Esther Forero son: Bongó y maracas, por la orquesta de Clímaco Sarmiento; El asunto (porro) y La caminadora, con el trío Maravilla; El jorobao (porro).

*Guillermo Henríquez Torres hizo interesantes comentarios a la vallenatología del Nobel en su columna Más sobre vallenatos (El Tiempo, 3-1-1994)

**¿Reina borinqueña, grabada con Johnny Rodríguez, en 1952. es la misma o es otra obra? Ver la discografía de Díaz Ayala.

***El Maravilla era un trío puertorriqueño de Nueva York, que grabó más porros.