miércoles, 30 de diciembre de 2020

Anselmo Sacasas y el piano latino

Le contaba Charlie Palmieri (1927-88) a César Pagano la sorpresa que significó en el ambiente musical el oír un solo de piano grabado, por allá en la década de 1940. Se trataba de la improvisación que metió Anselmo Sacasas (1912-98), de la Casino de la Playa, en El plato roto, un son de Rafael Ortiz. Apenas unos cuarenta segundos que pusieron a los colegas a pensar: "¿Ya oíste eso? ¡Anda pal diablo: los pianistas cogen solos también!".




En la discografía de Díaz Ayala, este número está registrado con fecha 19 de septiembre de 1938. Al rastrear los orígenes de estas improvisaciones, el propio Sacasas afirmaba que la adición de figuraciones pianísticas ya se usaba en las charangas. Otra clave la da Miguelito Valdés, cuando afirma que en los conjuntos el encargado del solo era el tresero. El primero en grabar uno con orquesta fue Arsenio Rodríguez, con la misma Casino de la Playa, en el pregón Se va el caramelero (grabado en 15-9-1938). De suerte que Sacasas estaba imitando lo que hacía Arsenio.

Esto nos lleva de vuelta a Palmieri, cuando afirmaba que le gustaba más el danzón que la danza puertorriqueña, porque había un espacio al final para improvisar.

Pagano, C. (2018). El imperio de la salsa. Bogotá: Ícono.

martes, 29 de diciembre de 2020

Paco de Onís y el Festival de Música del Caribe

De Paco de Onís, documentalista, se dice que creció en varios países de América Latina en tiempos de dictadura. Dato muy escueto que esconde su labor como empresario de la cultura en Colombia, específicamente en Cartagena.

De él hace ligera mención César Pagano, autor de El imperio de la salsa. El cuento de Pagano es macondiano: Onís, español, se leyó la Biografía del Caribe, de Germán Arciniegas [Buenos Aires: Sudamericana, 1945] y, como viera el abandono en que se hallaba la plaza de toros La Serrezuela*, decidió organizar allí un festival cultural, en 1982. El proyecto cuajó como Festival de Música del Caribe. Onís estuvo al frente pocos años, viajó a los Estados Unidos, dejando la dirección en otras manos, hasta su clausura en 1996**.

 

La Serrezuela fue coso taurino hasta 1972. Foto: El Heraldo.


Rumba en Cartagena.

Existe una nota de la revista Semana*** que pinta como era la cosa. El festival iba por su tercera edición, en 1984. Asistieron veinte orquestas, en representación de once países. Nombres hoy poco conocidos, entre los cuales figura un grupo folclórico haitiano. El presupuesto ascendió a 16 millones, 10 por concepto de boletería (a razón de 600 y 1000 la entrada). El déficit, con todo, alcanzaba los 3 millones de pesos, poniendo en riesgo la realización del IV Festival. 

La sensación popular era de que la parada musical era de la importancia del Festival de Cine o incluso del Reinado. Por otra parte, los entes estatales aún no se vinculaban a fondo con el evento y la organización seguía pareciendo una "locura" de Paco. Entre lo alarmante, se señala que el piso de La Serrezuela se movía "muy sospechosamente" por el entusiasmo de los rumberos. Eso sí, parece que de la calidad musical no había queja, manteniendo fiel al público en las cuatro noches de fiesta.


*Artículo sobre la renovación de La Serrezuela.

**Una versión cartagenera de la historia.

***Semana. (1984). Rumba caribe. En línea.

lunes, 21 de diciembre de 2020

Micaela y Luis Carlos Meyer: pioneros del folclor colombiano

Según Bernardo Vasco, el hecho decisivo para la música colombiana en el exterior fue el éxito de Se va el caimán, a mediados de la década de 1940.

Del hecho da testimonio la película mejicana Pasiones tormentosas, dirigida por Juan Orol y estrenada en 1946: sobre la música y el coro de Se va el caimán, el cubano Kiko Mendive improvisa versos, mientras su paisana María Antonieta Pons baila. Ni siquiera aparece en los créditos de las canciones del filme, donde sí figuran Préndeme la vela (sic), de Luis E. Bermúdez, y Ritmo de cumbia, de Manuel Poveda*.

Luis Carlos Meyer. Foto: Radio Nacional de Colombia.


Micaela y El gallo tuerto son parte de la banda sonora de la película Novia a la medida, de 1949. En el filme, Beny Moré canta la obra de Meyer. Estas dos piezas fueron vocalizadas por Meyer, con el respaldo de la orquesta de Rafael de Paz, ambas grabadas en la sesión del 14 de octubre de 1946**.

Estas composiciones, junto con Trópico (grabada con la orquesta Panamericana en 27-8-1948), la Cumbia cienaguera (Luis E. Martínez; grabada con Rafael de Paz, en 3-6-1952), figuran entre las primeras grabaciones de música colombiana en el exterior, en lo que se refiere al porro. Respecto del vallenato, deben mencionarse Este es el amor (paseo), con la orquesta Manuel S. Acuña, y La historia (R. Escalona, etiquetado como "porro"; grabado con Rafael de Paz, en 13-5-1952).

En 1947, el conjunto Sonora Matancera grabó Micaela, con la interpretación de Israel del Pino.

En el cine mejicano, la música colombiana alternaba con la cubana.


Ñapa. Con la orquesta Garavito, Meyer vocalizó Por vivir en Bogotá, porro (?) de Milciades Garavito. Mi compay Chipuco, vocalizada por Ismael Rivera con Cortijo, se le atribuye a Luis Carlos Meyer, aunque Castaño pone Lucho Bermúdez. En 9-11-1943, Meyer grabó La vallenata, donde habla de una mujer y de música, acaso el primer uso de esta palabra en este sentido.

Fuentes:

Castaño. J. (1998). Luis Carlos Meyer: el rey del porro. Bogotá: Ministerio de Cultura.

Pagano, C. (1998). Luis Carlos Meyer: el eterno trashumante. El Tiempo, en línea.

Vasco, B. (2020). ¡Guepa je! Archivo de Bogotá. En línea.

Emisora HJUT. Colombia en su música No.93: Luis Carlos Meyer

Versiones de Micaela: 

Johnny López y orquesta Antonio Escobar (1947). 

Billo's Caracas Boys.

Félix Valvert y su orquesta.

Los Farias.


Fuente: Castaño, 1998.

*Manuel de Jesús Povea (¿Poveda?), el compositor de Caracoleando, Mi preferida, y Cójale la cola, trompetista de Lucho Bermúdez, quien también grabó Ritmo de cumbia. Meyer, con la Atlántico Jazz Band la grabó en 1945.

**La fecha fue establecida por Javier Castaño. Según la discografía de este autor, hubo una grabación anterior de Micaela - El gallo tuerto, también con Rafael de Paz, de fecha 10-10-1945.

sábado, 5 de diciembre de 2020

Esther Forero, difusora del folclor colombiano

Antonio Miranda fue uno de los amigos de Guillermo Buitrago inmortalizados en un canto*. Un paseo vallenato que parece ser el primero grabado en el exterior, nada menos que por Rafael Hernández y Los Universitarios, vocalizado por Esther Forero cuando estuvo en Puerto Rico, en 1950-51. ¿Qué lugar ocupan Toño Miranda en el Valle y Esther Forero en la difusión mundial de la música colombiana?




De gira por las Antillas.

Esther Forero tuvo un periplo artístico insular, principiando la década de 1950. Arrancando en la República Dominicana, donde se estrenó como compositora, con el bolero Santo Domingo: un audaz acto político, habida cuenta de que el tirano había mudado en Ciudad Trujillo el nombre de la capital del país. Tuvo luego la buena suerte de simpatizar, ya en Puerto Rico, con el maestro Rafael Hernández, quien le facilitó la grabación con Los Universitarios estas canciones suyas: Santo Domingo, Reina de Borinquen** (bolero), Toli-bomba (tamborito), Quien la ve (porro), Caracolita (porro), Cangrejito enamorado (porro), El pájaro macuá (porro), El trapichero (porro), Gerardino (tamborito), Quiquiriquí (tamborera), La morena tumba hombreEsa puertorriqueña (pasodoble), Lamento puertorriqueño (lamento-bolero) e Inteligente (bolero-tango) con el trío San José, Esa venezolana (pasodoble) y Lamento venezolano (lamento) con Pepito López, La tulibamba con Alberto Iznaga. Durante esta gira puertorriqueña, se produjo la grabación de Toño Miranda en el Valle.

En noviembre de 1950, pasó a Cuba en compañía de Nicolás Guillén, camino de los Estados Unidos. La estancia se prolongó un año, que pasó haciendo radio en Santiago de Cuba. En 1951 llegó a Nueva York, donde ya se le conocía por Santo Domingo y Pegadita de los hombres (Núñez-Ulloa). Allí el compositor dominicano Mario de Jesús la presentó con el director artístico de Peers, René Touzet.

Además de llenar el Teatro Puerto Rico y recibir elogios de la crítica, con la orquesta de René Touzet grabó sus composiciones Ciclón del diablo (mambo-porro), Disimúlame (porro), La gallina ciega (mambo tamborera), Pila, pilandera (mambo-porro), El asunto y La caminadora

Con Maximiliano Sánchez, Bimbi, y su trío Oriental, graba siete porros suyos: La piña madura, La burrita mocha, El totumito, La culebrona, La puerca, y La bateíta (batatita).

Nota: Daniella Cura, autora de Esther Forero, la caminadora, luego de publicar su libro obtuvo tres 78 con los que podrían ser los primeros temas grabados de la compositora, en 1949: La porriconga, Ñerito lindo, El pobre Manuel, Negrito Pinele, Arribé en el bote y la puya


En la página de Gladys Palmera mencionan otra composición de Forero en
este sencillo, Quien la ve (porro), pero la imagen está errada.


La Sonora Matancera.

Al pensar en divulgadores de la música nacional en el exterior, el primer nombre que se viene a la cabeza es el de Nelson Pinedo. Este otro barranquillero llegó a Cuba en 1953, llamado por una orquesta española. La primera canción nacional que grabó fue Entre verdes palmeras, un porro de Rafael Campo Miranda, con el conjunto de Luis Santí (hay una versión en vivo, con la Sonora Matancera). El nueve de octubre, debutó con el conjunto de don Rogelio Martínez, sesión en que vocalizó dos títulos: ¿Quién será?, un bolero mambo de Pablo Beltrán Ruiz y Luis Demetrio, y El ermitaño, de Rafael Escalona (rotulado como porro).

Es decir, las grabaciones de Pinedo no son pioneras, pero han gozado de muy buena difusión: Momposina, de José Barros (rotulado como guaracha-porro); Me voy pa La Habana, de José María Peñaranda (pa Cataca, en el original; rotulado como porro); Te olvidé, de Peñaloza y San Ildefonso; Bésame, morenita, de Álvaro Dalmar (rotulado como bambuco-guaracha); Estás delirando, de José Barros (rotulado como garabato); El gavilán, de Crescencio Salcedo (rotulado como joropo-merengue); Mujer celosa, de Pacho Galán (rotulado como guaracha-porro); Mi barquito marinero, de Juan Bautista Galán (rotulado como porro); El mochilón, de Efraín Orozco (rotulado como porro); Mi casita linda, de Juan Ospino (rotulado como guaracha-porro); El vaquero, de José Barros (rotulado como porro); Trópico, de Luis Carlos Meyer. Una colaboración más amplia, comprendida en el periodo 1953-58.

Esther Forero y Nelson Pinedo fueron dos barranquilleros embajadores del folclor nacional, en la década de 1950. La obra difusora del folclor nacional de Forero antecede a la de Pinedo, aunque es menos conocida. ¿Será ella la primera en grabar música colombiana en el exterior?

Otras composiciones de Esther Forero son: Bongó y maracas, por la orquesta de Clímaco Sarmiento; El asunto (porro) y La caminadora, con el trío Maravilla; El jorobao (porro).

*Guillermo Henríquez Torres hizo interesantes comentarios a la vallenatología del Nobel en su columna Más sobre vallenatos (El Tiempo, 3-1-1994)

**¿Reina borinqueña, grabada con Johnny Rodríguez, en 1952. es la misma o es otra obra? Ver la discografía de Díaz Ayala.

***El Maravilla era un trío puertorriqueño de Nueva York, que grabó más porros.