miércoles, 27 de julio de 2016

Chocolate Armenteros

Foto: Christian Rose, 1995.

Cumpliendo con la tendencia cubana, Alfredo Chocolate Armenteros superó fácilmente la cifra de los ochenta almanaques. Una vez dijo que quería ser recordado como el que más tocó y más gozó. No vamos a llevarle la contraria, si bien recordaremos apenas algo de sus seis décadas soplando... 
Larga carrera en que cumplió varios sueños, como fueron tocar con Arsenio y dirigir "la mejor orquesta bailable de Cuba", la de su primo Beny Moré. Todo comenzó en la escuelita de don Eduardo Egües, compartiendo lecciones con su hijo, Richard Egües*.


Arsenio Rodríguez and the Transnational

Flows of Latin Popular Musicpor David García.


Prefiere el son.

Vino para La Habana con la comparsa cienfueguera Melodías de Iromber, marca de un popular refresco. Su primera grabación fue con el conjunto de René Álvarez, cantante de Arsenio (1949): 

Para la niña y para la señoraPalo cagüeirán

Con el conjunto de Arsenio Rodríguez (2-8-49), una enigmática composición del propio Chocolate: Me boté de guaño. Tumba y bongó da el interesante dato de que fue el "nuevo ritmo" donde se juntaron la conga y el bongó.

En la década del 50,  un bolero de Luis Marquetti (1945): Deuda. Con la orquesta de Bebo Valdés grabó Yo no quiero piedra en mi camino e Imágenes.


My Sax Life: A Memoirpor Paquito D'Rivera.


Con la orquesta de Beny Moré, la mejor de su tiempo, (1953-7) hay varias trompetas, entre ellas la primera de Chocolate: Maracaibo oriental, Soy tan feliz, del propio Beny.

Estuvo en la orquesta que acompañó a Nat King Cole (1958). Composición de Consuelo Velázquez: 

Cachito


Con la bigbán de Machito, descargando en otro mundo (1962): 

Fantasía cubana


Pioneros en Oriente.

En el 63, con Mongo: 

Qué lindas son

En el 65, con Larry Harlow: 

María la O

El año siguiente, en el segundo trabajo de Harlow, un son de Bienvenido Gutiérrez: 

Tú no lo creas

En el 70, con Palmieri: 

Bilongo


Con el pianista, conversando: 


Chocolate Ice Cream



Haciendo salsa con Javier Vázquez, en un número obligado en los bares (del propio pianista, 74; la otra trompeta es de Ramón Aracena): 

Síguelo 


Otro clásico salsero, con El Sonero Mayor (74): 

El Nazareno


Y un bolerito:


Lágrimas puras


En el 75, puede decirse que principia su carrera como líder,sin dejar de colaborar en ensambles. 

Con el Grupo Folklórico y Experimental Nuevayorquino, del que Chocolate fue fundador: 


Choco's guajira


Repite Chocolate, con sus amigos:


Trompeta 'n cuero


En el 75, de líder, un bolero de Javier Vázquez: 

Estoy enamorado


Un bolero más versionado, de Cristóbal Doval:

Comprensión


Experimentando con sonido anglo: 

Hot Chocolate


En la misma vena, pero con Cachao, en el 77:



Los dos Palmieris, Aguabella y otros maestros.

De vuelta con Palmieri, en el 78, hace un número que aquí no se ha agradecido como debiera: 


Colombia, te canto


Foto: Chema García M., mediados de los ochenta.


En la década del 80, al frente de un grupo: 

Chocolate sabroso


Con su sexteto (84), un paseo vallenato soneado (de Esteban Montaño, grabada por lo Zuleta en el 82): 

Por ella


En una composición propia:


Linda guajira


Y un bolero de Silvio Cebrián: 


Imelda


De nuevo con Cachao, en el 93:  


El son no ha muerto


En la segunda parte de las Master Sessions: 


Romántica mujer


Con el refuerzo de Rolando Laserie: 


El guapachoso


En el 98, con el clásico de don Miguel Matamoros: 

Lágrimas negras 


Cambiando de milenio, figura destacadamente en la compilación Putumayo Presents: Latin Jazz:


Nosotros también preferimos el son...


Music from Cuba: Mongo Santamaría, Chocolate Armenteros, and Cuban Musicianspor Charley Gerard. 

jueves, 14 de julio de 2016

Plagios o imitaciones: ¡Oye cómo va!

A propósito de las noticias sobre el pleito por plagio contra la banda Led Zeppelin, hallamos un caso poco conocido en la música latina. No se trata aquí de acusar o absolver, sino de destacar la actitud de un grande hombre.


En 1963, Puente se declara rey y lo demuestra

¿Oye cómo va?

Cuenta Andy García, en un documental sobre Cachao, lo siguiente. Estando en un ensayo de ¡Oye cómo va! para una presentación de los Grammy, coincidieron Cachao, García, Ricky Martin y Santana. Resulta que el arreglista de Martin se tomó la dirección del grupo, discutiendo cómo se debía tocar. Santana, medio molesto, le dijo aparte a García, más o menos: tanta vaina, y pensar que el dueño del número es el que está con el bajo. Efectivamente, Cachao observaba impertérrito lo que sucedía.
En otra ocasión, Tito Puente se quejaba de que Santana le había robado el número. Cuando supieron que el arreglo era de Cachao, le preguntaron si iba a demandar. La respuesta fue la misma indiferencia que usó en los Grammy.


La original, grabada en el 57.

Pasemos, entonces, a la música.

Chanchullo.

Cachao

El propio Puente hizo una versión temprana (1959):

Chanchullo

Esta imagen pone en duda la anécdota de Cachao.

Típica 73

Cerramos con la versión de un maestro:

Rubén González

En el álbum Abraxas (1970), rumbo a la fama. 

Hasta aquí Chanchullo, que ahora será la más familiar ¡Oye cómo va!:

Tito Puente

Santana

Santana le da el crédito del número a Puente, además del éxito mundial. Los especialistas, cuando más, hablan de similaridades entre Chanchullo ¡Oye cómo va!, cuando no lo ven como que la una inspiró a la otra.

Que cada quien juzgue...

La más bailable:

Joe Cuba


Una versión muy pop: 

Azúcar Moreno


Otra pieza contradictoria: Puente niega cualquier cosa,
basándose en la diferencia de la línea del bajo de ambas canciones.
Mambo Diablo: My Journey With Tito Puente,por Joe Conzo,David A. Pérez, p. 251

lunes, 11 de julio de 2016

Otra vez... Brasil en su salsa

Otra vez, de Willie Rosario es un elepé (1975) con sus detallitos. El primero, que la canción que le da nombre va de última. But non least, seguro.
Vocaliza un cantante que, a primera oída, suena a Ismael Quintana: Junior Toledo, nacido en Humacao, Puerto Rico, y otro de los que, al parecer, perdió el combate con las drogas. No se hable más: Otra vez


Foto de Lee Marshall, en que se imita a Gene Hackman,
protagonista de una película del oeste, del mismo año.

Volviendo a los detalles, trátase de una canción de Tom Jobim, interpretada por otro clásico brasileño: João Gilberto.

Debe de ser una coincidencia que, en el trabajo de Gilberto, la canción esté en el mismo lugar: el último.
Esa obra es de las primicias de Jobim, como que se la estrenó Dick Farney en 1954. Vale la pena imbuirse en el ambiente romántico de la pieza: 

Outra vez


Gilberto y Jobim

Cambiando de género (femenino) y de ritmo, cuatro años después sale, en los inicios de la bossa. La guitarra es de Gilberto: 

Elizeth Cardoso

No es la única relación de Rosario con la música brasileña. Cuenta el timbalero que, estando buscando el sonido para su orquesta, se pasó por el Blue Note. Allí estaba tocando el saxofonista Gerry Mulligan música de bossa nova, que estaba pegada. Rosario hizo una ecuación sencilla: si el saxo sonaba bien en un tipo de música latina, debía funcionar en un grupo de salsa. Y le salió la cuenta: el barítono es el sello de Míster Afinque.


Gerry Mulligan llamó la atención sobre las posibilidades del barítono.
A manera de curiosidad, por el trío de Brubeck y Mulligan:

Adiós, Mariquita linda