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viernes, 28 de junio de 2024

Todos vuelven: el vals peruano en su salsa

Un bello clip, varias veces reproducido (viralizado, dicen ahora), muestra a Rubén Blades aprendiendo a hacer un guaguancó, de la mano de Virgilio Martí. La escena ocurre en la película Crossover Dreams (León Ichaso, 1985). Cheo le muestra a Rudy lo que convendría hacer musicalmente, en vez de tratar de ser un remedo de Elvis Presley. 


Martí, un rumbero poco conocido.



Virgilio Martí ya había versionado Todos vuelven (César Miró, Alcides Carreño), en su trabajo Saludando a los rumberos (1984), que era una reinterpretación de la que había grabado en su elepé Guaguancó (1979). Martí era un habanero (1919-95) que había salido a peregrinar desde 1949. En el Perú conoció a su esposa y seguramente los valses del país, para recalar en la ciudad de Nueva York.
Mas Todos vuelven ya andaba en el ambiente caribe, hacía Rato. Celio González la había cantado, en 1966. La etapa salsera del vals está bien documentada: Jimmy Urbina y su Orquesta Revolución 70Orquesta Power y Lito Peña y la Panamericana, de Puerto Rico. Es otra dimensión la que alcanzó el número, en 1984, con la versión de Rubén Blades y Seis del Solar, que está incluso mejor en vivo. Todos vuelven, "metido dentro de ese torbellino increíble que es el ritmo caribeño", afirmaba don César en la televisión peruana, felicitando a Rubén Blades. También existe el registro de la banda sonora del filme (que venía grabándose desde fines del 82, según Billboard: 25-12-82).
Blades selló lazos más estrechos con el Perú desde que, en el coro de Todos vuelven, añadió el "recuerdo de Alianza Lima", cuya camiseta también ha vestido en tarima.


Nota de Enrique Fernández para Billboard (2-3-85). Interesante la anécdota del
canto a Elegua y todos los datos musicales de la película.



El vals de don César Miró sonaba así, en la voz de María de Jesús Vásquez y de Olimpo Cárdenas.

Rueda por ahí otra versión, con toques de descarga, de Martí con Yomo Toro.

viernes, 26 de febrero de 2021

Rubén Blades, panameño

No es coincidencia que alguien que cante lo latinoamericano se haya criado en una región fronteriza, como Rubén Blades. Una frontera artificial, creada por el hecho técnico e histórico de la construcción del canal de Panamá y la consiguiente zona de soberanía extranjera. El 9 de enero de 1964, la tensión social rompió las esclusas por la negativa de izar allí la bandera panameña a tiempo con la norteamericana. El saldo fue disturbios, violencia e impunidad.

Izada de banderas en la Zona del Canal. Foto:
Panama Canal Commission
 - University of Florida Digital Collections.


El joven Rubén Blades (nacido el 16 de julio de 1948) escribió una poesía a esa jornada, 9 de enero, que le grabaron Bush y sus Magníficos. Hecho importante por varios respectos: el escritor confirma el valor de sus creaciones, pero también adquiere conciencia política de la situación de su pueblo. Afirma Blades que las posibilidades de la denuncia social en la música popular las había oído en Jongo Trio: el trío instrumental y vocal paulista, conformado por Cido Bianchi (piano), Sabá (contrabajo) y Toninho Pinheiro (batería), apenas se estrenaría en 1965, interpretando O menino das laranjas (Théo de Barros) y otras canciones. Otra referencia que da de este tipo de composiciones, también brasileña, son los hermanos Marcos y Paulo Sérgio Valle, que estrenaron (también en 1965) las canciones Preciso aprender a ser só y Terra de ninguém, esta última en compañía de Elis Regina, éxito fulminante. Anel Sanders, músico del Conjunto Latino de Papi Arosemena, puso al joven Blades al día con la movida musical brasileña. La primera composición política de Blades nació hacia 1965 y se grabó unos dos años después.

No obstante el estreno promisorio en el campo musical, las ganas de superación profesional se imponían sobre la vocación artística: Blades sería el primero de la familia en ganar un título universitario. Pero si la vida se abre camino, según el dicho científico, las musas parecen también allanar los suyos cuando quieren seducir alguno: Blades fue llamado a hacer unos coros para Bush y sus Magníficos, y casualmente coincidió en el estudio con el productor Pancho Cristal. Al oírlo cantar en la prueba de sonido, decidió recomendarlo en Nueva York. Menos claro resulta por qué Blades viajó a la Capital del Mundo llevando además una recomendación de Miguelito Valdés.

Este capítulo se cierra con Rubén Blades cantando su 9 de enero, esta vez con ocasión de la devolución del Canal a Panamá, el 31 de diciembre de 1999 (audio).

Esta y otras historias contó el propio Rubén Blades, en entrevista que concedió a Mábel Lara.

jueves, 11 de junio de 2020

Camilo Manrique o los indios en la obra de Tite Curet

Camilo Manrique es uno de los indios más famosos de la salsa. ¿Cuántas veces se ha cantado su trágica historia en la América Latina? Lo que sigue no impugna el tema ni reduce la estatura de su compositor, Tite Curet Alonso (1926-2003). Mas acontece que, de tanto repetir, uno viene a caer en la cuenta de que la historia del indio muerto a palos por el mayoral, en una plantación, tiene una falla histórica, más o menos grave. Veamos:


Blades, Curet y Feliciano, en una celebración nacional del compositor.


No sabemos si Curet también fue el autor de la presentación del tema que hace Willie Colón: "Es el año 1745, en América Latina, el indio trabaja en las plantaciones, bajo el palo implacable del mayoral". Como diría un detective, hay algo que no cuadra en esta escena: promediando el siglo dieciocho, quedaban pocos indios en la América Latina; los sobrevivientes sí que trabajaban, pero no en las plantaciones. Antes de seguir, ¿qué necesidad había de una fecha?, si Joe Arroyo se inmortalizó luego con aquello de "en los años 1600"...

"La plantación, crisol de la sociedad antillana" es un breve cuanto interesante artículo del historiador cubano Manuel Moreno Fraginals (1920-2001), que nos responde la cuestión de sí Camilo Manrique pudo estar donde lo puso a morir Tite Curet, con una frase lapidaria: "La barbarie colonial liquidó la base indígena y por eso los aborígenes no pasaron a integrar las plantaciones". Caso cerrado.

Una pifia inexplicable, pues Curet estudió Periodismo y Sociología. Para que no quede mala impresión del compositor, no puede omitirse que su Anacaona sí es rigurosamente histórica, como su muerte a manos de españoles*. Otro personaje indígena de Curet, mucho menos conocido, es Caonabo (caona es la palabra taína para "oro"), el viudo de Anacaona. El propio autor la vocalizó y parece que se arrepintió... 


Las razones de un compositor.


Fuente: Museo Anacaona.

Curet sí fue consciente del anacronismo de Plantación adentro, según se ve por una respuesta que dio en una entrevista:

Yo personalmente, como autor, creo que los autores somos responsables de la problemática de nuestro tiempo. Por eso "Plantación adentro" pinta un problema que no es puertorriqueño, es un problema quizá, yo diría, un tanto amazónico, tal vez.


El caso de Anacaona es más curioso, pues Curet afirmó haberla hecho sin conocer la historia verdadera**; entonces se motivó a dedicarle un canto a su esposo, el mencionado Caonabo. Allí hay de nuevo anacronismo, pues  
la viuda fue ella, que murió en 1503: él había muerto en 1496.

Concluimos que las composiciones de Tite Curet son libres, con algún asidero histórico pero donde gobierna su imaginación.

Ñapa. Recordamos aquí otro jefe taíno, Agüeybaná, quien murió en rebelión, en 1511. Frankie Rodríguez le dedico su Agüeybaná Zemí, (hay otros dos homenajes a su memoria).



Bibliografía.

Moreno, M. (1981). La plantación, crisol de la sociedad antillana. El Correo de la Unesco: una ventana abierta sobre el mundo, 12, 10-14, En línea
*Saunders, N. (2005). The Peoples of the Caribbean: An Encyclopedia of Archaeology and Traditional Culture. En línea.
**Zambrano, W. (2018). El país en clave de mujer: el areíto de Anacaona que inmortalizó Cheo Feliciano. En línea.

viernes, 22 de mayo de 2020

Tiburones en el Caribe: la canción política de Rubén Blades


La obra de Rubén Blades da para varios capítulos de crónica o, en este caso, para varias entradas de un blog. Una de sus joyas, acaso opacada por otras más populares, es Tiburón, aparecida en Canciones del solar de los aburridos (1981), título cuya factura es indudablemente del panameño.

Época feliz en que ambos daban palo al Tiburón:
luego Colón ha dado palo a Blades por varios motivos.

Tiburón es una metáfora del imperialismo yanqui en el Caribe y, siendo el primer corte del disco, hizo que el trabajo no sonara mucho en la radio de Nueva York[1]. Según el propio compositor, es la canción que más problemas le ha traído, haciéndolo sospechoso de comunismo y enemistándolo con la comunidad cubana de Miami[2]. El álbum, sin embargo, no quedó enteramente censurado, como lo sugiere su nominación al Grammy de 1983, en la categoría Mejor grabación latina[3].
La grabación del elepé ocurrió en junio y julio de 1981, en Nueva York[4]. El tiburón seguía rondando las playas del Caribe, pues Juan Formell lo registró, con Los Van Van, en su canción Qué palo es ese, del álbum Qué pista (1983).


Palo son es la etiqueta que lleva la canción de Formell.


Un verso de Blades dice "pa que no se coma nuestra hermana El Salvador", que andaba en los principios de una guerra civil y cuyo Gobierno contó con el apoyo de los Estados Unidos. Formell no es menos explícito cuando advierte: "mi palo, palo pa que aprenda a respetar a El Salvador".

Mas la metáfora no es propia de ninguno de los dos citados genios musicales, sino más bien de un doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación, Juan José Arévalo, presidente de Guatemala (1945-51), que denunció el problema en su Fábula del tiburón y las sardinas: América latina estrangulada (1956).

Ñapa: en 2003, el argentino Vicentico nos sorprendió con su versión de Los caminos de la vida, mientras que poco o nada se dijo de su Tiburón. 



[1] Fania. Canciones del solar de los aburridos. En línea.
[2] Canciones del Solar de los Aburridos de Willie Colón y Rubén Blades, en La Hora Faniática con José Arteaga. Radio Gladys Palmera. En línea.
[3] Wikipedia, Anexo: Premio Grammy a la mejor grabación latina. En línea.
[4] Discogs. Canciones del solar de los aburridos. En línea.

lunes, 11 de mayo de 2020

Música y literatura en la obra de Rubén Blades


El aporte de Rubén Blades a la música latina puede resumirse con una frase que le gusta usar: cuando entró al negocio, la salsa estaba dirigida exclusivamente a la planta de los pies. Era música de evasión, entretenimiento puro. El compositor panameño se interesaba por temas más complejos y, afortunadamente, terminó abriendo el espacio a personajes y problemas que el público ha hecho suyos.

Por ello no extraña que en las entrevistas el tema literario esté presente. Cuenta Blades que un problema recurrente en sus conversaciones con García Márquez era, precisamente, si la literatura tenía cabida en la salsa. Como no llegaban a nada, el compositor le dijo un día a su interlocutor que tenía la manera de zanjar la controversia: escribiría un cuento corto, lo grabaría y publicaría en un disco.

Un disco muy bueno con el que no pasó nada:
Blades escribió nueve de diez canciones, en un estreno musical envidiable.


¿Música o literatura?

Esta es la historia resumida de GDBD. Para el reseñista del portal Allmusic, se trata de una “a cappella rhumba”, parte de un álbum, el primero con Seis del Solar, que significaba la ruptura definitiva de Blades con el mainstream.

Blades ha dado más detalles sobre esta rareza*: que, como era un cuento, no podía tener arreglo musical y que la melodía sería inventada, que se haría en una toma, sin retoques o ediciones. Cuenta que la idea musical la encontró de la manera más extraña: un ruido continuo, proveniente de una estación del metro de Nueva York, que resultó ser la escultura sonora del artista Max Neuhaus[1]. Este ruido le dio el tono para su voz y, con un registro en su grabadora, procedió el estudio a grabar el cuento.
Esta historia multimedia es muy interesante, pero no deja de plantear preguntas. No respecto al dilema inicial de si salsa y literatura son compatibles, sino sobre la naturaleza de GDBD: ¿es una canción o una declamación? El punto es este: estamos de acuerdo en que Pedro Navaja está entre las canciones de mayor complejidad literaria de la salsa y que es una canción, que cualquier aficionado puede bailar y tararear. ¿Pasa lo mismo con GDBD?
Ahora bien, la anécdota de la escultura sonora, de donde saca un loop, vale para la historia artística de Blades, pero lo que el oído profano capta es alguna especie de fondo de percusión de rumba, como lo oyó el reseñista de Allmusic.

*Este es el cuento, como lo cuenta Blades, en una entrevista (a partir de 9:30).


Decisiones, el tema más comercial del álbum, es otra de las cumbres de Blades.

Un músico profesional y corresponsal opina lo siguiente:

Eso en música clásica u operática se llama recitativo. Pero aun en ese formato, tiene melodía. Schönberg, un compositor que planteó otro sistema musical, lo llamaba Sprechgesang (se puede traducir como habla cantada). En el ejemplo de Blades, yo diría que hay que salirse del marco de la clasificación tradicional porque el fenómeno la rebasa. Luego habría que llamarla recitativo melódico o habla cantada. También tendría similitud con la poesía no rimada.
Como lo de Blades es tan singular, pues no hizo carrera en la salsa. Sin embargo, su similitud con La zafra y con algunos temas de santería, o basados en en ella que usan el recurso como introducción para un tema o canción propiamente dicha, puede inferirse. 



[1] Se le conoce como Time Square y sigue sonando todo el día en Nueva York.

jueves, 5 de octubre de 2017

Salvador Cuevas halando las cuatro cuerdas

Son muy pocos los bajistas famosos en el mundo de la salsa. Su instrumento tiende a ser discreto, no así en el caso de Salvador Cuevas (1955-2017). Habiendo nacido en NY y 1955, coincidía perfectamente con el boom de la salsa. César Pagano le ha hecho un homenaje radial, con entrevista incluida. 


Con Willie Colón, en 1989. Foto: Silvio H. Alava.
Cuevas fue de los primeros en manejar el bajo guitarra en la salsa.

De sus declaraciones llama la atención la modestia del personaje: afirma que, para no aburrirse siguiendo el patrón de bajo corriente, comenzó a experimentar, manteniéndose eso sí dentro de los límites de la clave. Cuenta, asimismo, que se atrevía a acercarse a la sección de metales, ver los papeles y comenzar a seguirlos con las cuerdas. Usaba, además, técnicas de otros géneros como el slap y el glisando. No paraba allí: de lo musical pasaba al show, bailando con el público y llegando al exceso, muy rock star, de destrozar un bajo por concierto.
Quiso su buena suerte que su canción más representativa sea el primer corte de un ábum clásico en la historia del género: Plástico (Blades).

Tocó con medio mundo, así que de nuevo nos guiamos por la selección de Pagano: 

Ojos (Ortiz); Plantación adentro (Curet), Buscando guayaba (Blades), Tiempo pa matar (Colón), Julia (Colón), Celo (Tim Maia), Mi sueño (Da Vila), La fiesta (Blades), Descarga a Cuba
Tumbao africano (Barreto). Colombia, te canto (Palmieri), A mí no me engañan (T. Guerra). El álbum Just Like Magic, de Latin Percussion Jazz Ensemble (con Eddie Martínez); Berimbau (no de Curet, como pone el disco, sino de Powell-Moraes); Amor soñado (Nogueras); Carnaval (Buarque), Gitana (Manzanita); Samba All Day Long (Dalto), Groovin' High (Gillespie). Ilê Pérola Negra
Para cerrar con broche de oro, una descarga con tres grandes de la música latina: Picadillo (Puente).


Foto: Facebook.

Ñapa: Petrit  Baquero ha dado un dato del alcance del influjo de Salvador Cuevas en Colombia. No en la salsa nacional, sino en el vallenato: José Vásquez, bajista del Binomio de Oro, reconoce haberle seguido los pasos, en los discos de Willie Colón. El ejemplo de ello es La candelosa (I. Romero).

lunes, 18 de septiembre de 2017

Buscando América y un mártir en la salsa

Buscando América es el primer álbum de Seis del Solar, candidato al Grammy por Mejor Ejecución Tropical (1985: lo ganó Palmieri, con Palo pa rumba). Rubén Blades lo ha recibido en cuatro ocasiones (lo mismo que Cachao), candidato en siete. Salido de Fania, el elepé significa asimismo su alejamiento de lo comercial (mainstream), si bien la canción con que principia, Decisiones, es parte del repertorio de la mejor salsa. Hay de todo, hasta una especie de rumba a capela, GDBD = Gente despertando bajo dictaduras, Desapariciones, Todos vuelven, vals de César Miró, Caminos verdes, El padre Antonio y su monaguillo Andrés y Buscando América




En El padre Antonio, Blades recrea la figura de Óscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador, asesinado en la guerra civil de su país (24-3-1980). Su causa de canonización principió en 1990. Luego pasó a la Congregación para la doctrina de la fe, en cabeza del entonces cardenal Ratzinger (2000) para que examinara la ortodoxia de sus escritos. Aprobadas las etapas del proceso, parecía haber cierto bloqueo a la canonización, al menos hasta el actual pontificado, cuya aprobación fue manifiesta. En 2015, al fin, Romero fue recibido entre los mártires de la Iglesia. 

Radio Uruguay le dedicó un programa al arzobispo y a su canción, el 30 de marzo de 2015. En la segunda parte, interviene José Arteaga, hablando sobre la obra de Blades.  


Ñapa: una versión anterior, 1982, de Todos vuelven