viernes, 26 de febrero de 2021

Rubén Blades, panameño

No es coincidencia que alguien que cante lo latinoamericano se haya criado en una región fronteriza, como Rubén Blades. Una frontera artificial, creada por el hecho técnico e histórico de la construcción del canal de Panamá y la consiguiente zona de soberanía extranjera. El 9 de enero de 1964, la tensión social rompió las esclusas por la negativa de izar allí la bandera panameña a tiempo con la norteamericana. El saldo fue disturbios, violencia e impunidad.

Izada de banderas en la Zona del Canal. Foto:
Panama Canal Commission
 - University of Florida Digital Collections.


El joven Rubén Blades (nacido el 16 de julio de 1948) escribió una poesía a esa jornada, 9 de enero, que le grabaron Bush y sus Magníficos. Hecho importante por varios respectos: el escritor confirma el valor de sus creaciones, pero también adquiere conciencia política de la situación de su pueblo. Afirma Blades que las posibilidades de la denuncia social en la música popular las había oído en Jongo Trio: el trío instrumental y vocal paulista, conformado por Cido Bianchi (piano), Sabá (contrabajo) y Toninho Pinheiro (batería), apenas se estrenaría en 1965, interpretando O menino das laranjas (Théo de Barros) y otras canciones. Otra referencia que da de este tipo de composiciones, también brasileña, son los hermanos Marcos y Paulo Sérgio Valle, que estrenaron (también en 1965) las canciones Preciso aprender a ser só y Terra de ninguém, esta última en compañía de Elis Regina, éxito fulminante. Anel Sanders, músico del Conjunto Latino de Papi Arosemena, puso al joven Blades al día con la movida musical brasileña. La primera composición política de Blades nació hacia 1965 y se grabó unos dos años después.

No obstante el estreno promisorio en el campo musical, las ganas de superación profesional se imponían sobre la vocación artística: Blades sería el primero de la familia en ganar un título universitario. Pero si la vida se abre camino, según el dicho científico, las musas parecen también allanar los suyos cuando quieren seducir alguno: Blades fue llamado a hacer unos coros para Bush y sus Magníficos, y casualmente coincidió en el estudio con el productor Pancho Cristal. Al oírlo cantar en la prueba de sonido, decidió recomendarlo en Nueva York. Menos claro resulta por qué Blades viajó a la Capital del Mundo llevando además una recomendación de Miguelito Valdés.

Este capítulo se cierra con Rubén Blades cantando su 9 de enero, esta vez con ocasión de la devolución del Canal a Panamá, el 31 de diciembre de 1999 (audio).

Esta y otras historias contó el propio Rubén Blades, en entrevista que concedió a Mábel Lara.

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