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martes, 27 de diciembre de 2016

Doc Cheatham: afroíndio en su salsa

Cuenta la anécdota que Machito despidió a este veterano trompetista, por el simple hecho de no poder con la clave. Sea de ello lo que fuere, aquí vamos a exponer los datos comprobables que allegamos del poco conocido Adolphus Anthony Cheatham (1905-97), principalmente sobre su carrera en la música latina.


Dos días antes de su muerte, a los 91, estuvo tocando en un club.
Foto: David Katzenstein.

Principió con el saxofón, pero se dedicó a la trompeta desde su periodo de Chicago (1926), cuando conoció a Louis Armstrong. Afortunado cambio, pues los trompetistas gozaron de gran demanda en la década de 1930, boga de las big bands. Estuvo con Webb, Calloway, entre otros. A propósito, Mario Bauzá lo remplazó en la orquesta de Calloway.
La escena cambió: llegó el bebop y Doc se retiró, un tiempito. Montó escuela, donde vino a matricularse Marcelino Guerra, en 1945. El discípulo bregó con la trompeta, hasta que el tutor le recomendó cambiar de instrumento.
Volvió a la tarima... con orquestas latinas. Según The Biographical Encyclopedia of Jazz, estuvo de gira en Francia con Marcelino Guerra (1950); luego, con Pérez Prado en Buenos Aires (1952). 
Que sepamos, esta pieza es muestra de su trabajo con Pérez Prado (1956):

Perdido



Con Machito, en Japón, haciendo solos con Chocolate.

También formó con Machito. Aquí se le oye en una composición de Bauzá y Hernández (1957): 

Holiday 

En Japón, con Chocolate Armenteros y Bauzá: 

Fantasía cubana 


Rickie, como lo llamaban los periódicos quilleros en 1968. Fuente: Herencia Latina.

Cheatham era zambo y cuenta Bobby Cruz que llegó a su orquesta sesentón. Era el remplazo de Víctor Paz, contactado por medio de Pedro Rafael Chaparro. De suerte que Bobby subestimó al viejo, hasta que lo oyó pitar: confiesa que, atraído por el solo que estaba tocando, se volvió a observarlo, olvidándose de lo que estaba cantando. Añade que los solos de Doc los transcriben para estudiarlos. Luego no es una exageración el homenaje que le tributaron (1966): 

Mr. Trumpet Man

Sin embargo, los oyentes nos sabemos mejor este (1967):

Richie's Jala Jala 

Aquí, en un clásico instrumental, junto con Ray: 

Suite Noro Morales 


Foto. Cortesía de David Cantrell.

En una compilación de artistas de Tico y Alegre, cruz lo presenta como segunda trompeta solista:

Descarga n. 1 

En la parte complementaria, no se identifica el trompetista: 

Descarga n. 2 

Por estas calendas (1971), participa en un elepé de Chaparro, quien lo presento con Richie.

Tiempo después, vuelve a formar con Richie en los trabajos Pinturas (1981); Back to Back (1982), donde se le aprecia en Nabucodonosor y Caridad.

Esta es la trayectoria, más o menos, de un músico particular. No solo por vivir musicalmente todo el siglo veinte, sino por llegar a la cima cuando los trompetistas ya están retirados.

Rarezas.

En 1961, participó en un curioso álbum de temas judíos en versión latina. Figuran en el personal de esa grabación músicos como Charlie Palmieri y Ray Barretto; en las trompetas, Clark Terry y Lou Oles. Como botones de muestra, un chachachá:

Havah Nagilah

Y un merengue:

Freilach-a-nacht

En San Sebastián, 1994. Foto: José Horna.




jueves, 7 de enero de 2016

Mambo japonés: antecedentes

Machito en Japón. Foto de Graciela Pérez, publicada en Herencia Latina.
Tratando de la música cubana en Oriente, principiamos por un capítulo reciente: el del mambo de NG la Banda.

Pues bien, retrospectivamente, el siguiente hito fue la llegada de Machito y sus Afro-Cubans a Japón, treinta años antes que NG (1962).



Apuntes históricos.

Como cuenta Murakami, su conocimiento de la música norteamericana dependió de haberse criado cerca de una base militar gringa. De hecho, otra fuente (Ewbank et al.) indica que desde 1945 hubo una emisora dedicada a complacer el gusto de las tropas allí estacionadas. Hubo asimismo contrato con disqueras norteamericanas para prensaje en la isla. Además, los músicos locales tuvieron que aprenderse el repertorio que le gustaba a la tropa, a fin de satisfacerla con música en vivo. 
Consecutivamente, vinieron los propios artistas occidentales: Xavier Cugat (marzo, 1953) y Pérez Prado (septiembre, 1956). 

Contenido de un álbum grabado en Japón en 1971 y publicado el año siguiente.

En la década del 60 se presentarán en la isla Machito y Tito Puente (1962). De ello queda una grabación: 

Machito en Japón

Claro que a raíz del éxito de Buena Vista ha habido otra oleada de cubanos a Oriente, pero eso es historia reciente y mejor conocida...

*Para confirmar la cronología, nos hemos servido de lo registrado en la revista Billboard.





viernes, 1 de enero de 2016

NG la Banda y el mambo japonés

Ryūnosuke Murakami es, entre otras cosas, un novelista japonés (1952) que ha transitado por la vereda tropical. En el colegio, se metió a hacer música en una banda de rock, como baterista. Graduado en 1970, procedió a formar otra banda y a grabar películas.

Foto: Nico Pérez para Vice.

En la década del 90 se hizo agente de músicos cubanos, testimonio de lo cual es el tema de NG la Banda. Además, tiene un sello discográfico especializado en música antillana.
En una entrevista, Murakami explica cómo fue la cosa. Un amigo suyo de Nueva York estaba produciendo en la isla el musical Noche tropical, y decidió acompañarlo. Así que conoció el ambiente musical e hizo buenas relaciones allí. Además, su película Kyoko trata sobre danza y música, con locaciones en Norteamérica y las Antillas.

Pues bien, en la primera ida de NG a Oriente, en el 92, Murakami fue su anfitrión. Allí Cortés se dedicó a escribir mambos, uno a su nombre:

Murakami Mambo

El número es una mezcla de pasado y presente, pues hay un corito de mambo jambo, de Pérez Prado.

La obra de Murakami.

En esa misma década, Murakami inició un espectáculo musical llamado Ryu's Cuban Night, que ha dejado al menos un disco conmemorativo, el del vigésimo aniversario.


Del alcance cultural de dichos conciertos, Erika Rossi señala que no están dirigidos precisamente al público latino: los costos son elevados y la publicidad aparece en japonés e inglés.
Emilio García indica otro punto importante: la coincidencia de estos espectáculos con el éxito de la Orquesta de la Luz. 


jueves, 3 de julio de 2014

Y Dios creó el mambo...

Protagonizada por Amalia Aguilar, Resortes y Roberto Romaña.

Algo se había dicho aquí, hablando de mambo, sobre la película Al son del mambo (Chano Urueta, estreno: 7 de octubre de 1950). Faltó por decir que es la película promocional del nuevo ritmo. En efecto, la anécdota de la primera parte del filme es prescindible, mientras que la segunda es un recital en que el mambo se exhibe en contraste con los ritmos que ya estaban sonando: hay mambo, ranchera y una bella versión de Angelitos negros.


Amalia Aguilar, "La Bomba Atómica", matancera, 1924. De gira por Panamá con
su hermana bailarina, esta se casó y dejó el espectáculo. El bailarín Julio Richards
la llevó a Méjico, donde se estrenó en el cine en 1946, con Pervertida.

Si bien es la primera actuación de Pérez Prado, Amalia ya llevaba un lustro en las pantallas, era conocida en Méjico y los Estados Unidos. Solo le faltaba ser parte de la fiebre del mambo, con todo y censura: Amalia Aguilar, Sabrosura.


¿De dónde resulta el mambo?

No vamos a entrar en la polémica sobre quién inventó el mambo, aunque nos provoca...
Mas la explicación del origen del mambo que trae la película nos parece bella.
Todo principia con un músico, arreglista también, que anda buscando copiar de la naturaleza los sonidos de su sinfonía: ontología del mambo.

Entusiasmo, energía y violencia de la expresión espontánea: tales son los elementos que la naturaleza brinda a quien sepa oírla.
Luego asistimos al momento en que se juntan quien anda buscando algo nuevo, con quien ya lo tiene pero no sabe qué hacer con él. Hay luna llena, Pérez Prado sale de cacería acústica, libreta en mano; el otro, inquieto, sale a fumar: origen del mambo.

Luego de un frenético trabajo sobre las papeletas de Pérez Prado, se presenta este mambo, menos conocido dentro del repertorio del Rey: Mambo José.

La felicidad se patentiza en los rostros de los jóvenes, que acuden presurosos al metálico llamado. Luego, hace falta que el movimiento tenga una especie de manifiesto, una declaración de principios: Pregón del mambo.

Pero no vendría mal que en ritmo cubano se hiciera una declaración de amor a Méjico, huésped del ritmo nuevo. La comisionada fue Rita Montaner: México lindo.

Elemento que acredita el mambo como genuina música latina, es la existencia de descargas. Aquí es el turno de los pianistas: Pérez Prado, Tarraza y Chamaco Domínguez.

De aquí sale el mambo a tomarse el mundo, comunicando alegría a los corazones de los hombres. En esas lleva más de medio siglo...


Foto: Life, 20-12-1954.