jueves, 3 de julio de 2014

Y Dios creó el mambo...

Protagonizada por Amalia Aguilar, Resortes y Roberto Romaña.

Algo se había dicho aquí, hablando de mambo, sobre la película Al son del mambo (Chano Urueta, estreno: 7 de octubre de 1950). Faltó por decir que es la película promocional del nuevo ritmo. En efecto, la anécdota de la primera parte del filme es prescindible, mientras que la segunda es un recital en que el mambo se exhibe en contraste con los ritmos que ya estaban sonando: hay mambo, ranchera y una bella versión de Angelitos negros.


Amalia Aguilar, "La Bomba Atómica", matancera, 1924. De gira por Panamá con
su hermana bailarina, esta se casó y dejó el espectáculo. El bailarín Julio Richards
la llevó a Méjico, donde se estrenó en el cine en 1946, con Pervertida.

Si bien es la primera actuación de Pérez Prado, Amalia ya llevaba un lustro en las pantallas, era conocida en Méjico y los Estados Unidos. Solo le faltaba ser parte de la fiebre del mambo, con todo y censura: Amalia Aguilar, Sabrosura.


¿De dónde resulta el mambo?

No vamos a entrar en la polémica sobre quién inventó el mambo, aunque nos provoca...
Mas la explicación del origen del mambo que trae la película nos parece bella.
Todo principia con un músico, arreglista también, que anda buscando copiar de la naturaleza los sonidos de su sinfonía: ontología del mambo.

Entusiasmo, energía y violencia de la expresión espontánea: tales son los elementos que la naturaleza brinda a quien sepa oírla.
Luego asistimos al momento en que se juntan quien anda buscando algo nuevo, con quien ya lo tiene pero no sabe qué hacer con él. Hay luna llena, Pérez Prado sale de cacería acústica, libreta en mano; el otro, inquieto, sale a fumar: origen del mambo.

Luego de un frenético trabajo sobre las papeletas de Pérez Prado, se presenta este mambo, menos conocido dentro del repertorio del Rey: Mambo José.

La felicidad se patentiza en los rostros de los jóvenes, que acuden presurosos al metálico llamado. Luego, hace falta que el movimiento tenga una especie de manifiesto, una declaración de principios: Pregón del mambo.

Pero no vendría mal que en ritmo cubano se hiciera una declaración de amor a Méjico, huésped del ritmo nuevo. La comisionada fue Rita Montaner: México lindo.

Elemento que acredita el mambo como genuina música latina, es la existencia de descargas. Aquí es el turno de los pianistas: Pérez Prado, Tarraza y Chamaco Domínguez.

De aquí sale el mambo a tomarse el mundo, comunicando alegría a los corazones de los hombres. En esas lleva más de medio siglo...


Foto: Life, 20-12-1954.

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