miércoles, 8 de enero de 2025

Jack, Jack, Jack!: de Ninón Sevilla a Héctor Lavoe

Hace años, hablábamos de Ninón Sevilla y el mamboAhora, se trata de otra parte de su repertorio, no tan famoso: Jack, Jack, Jack!, que suena en la película Revancha, de 1948. El acompañamiento, según los créditos de la película, correspondería al conjunto de Silvestre Méndez. Parece que se trataba de algo fresquito, pues el año anterior la habían grabado Xavier Cugat, Jack Smith and The Clark Sisters, las Andrews Sisters, Enric Madriguera, Noro Morales y nuestro ya conocido Froilán Maya.


Cartel de Revancha, con un elenco musical de lujo.



La composición se atribuye al binomio Joe Davis-Armando Castro, que también firmaron Mary Ann. (versión Castro). Otra cosa es su título primario: Cu-tu-gu-ru. Parece que estuvo en boga corto tiempo, en la época de la rumba (con o sin hache). Lo llamativo es encontrarse con versiones recientes de esta antigualla: una por Alberto Naranjo y su Jazz Band (1998) y antes por Bobby Rodríguez y La Nueva Compañía (1987: vocales de Junior Córdoba), quien reincide con un invitado notable: Héctor Lavoe.

Veamos lo que trae Díaz Ayala sobre el compositor:

Armando Castro, saxofonista puertorriqueño que a fines de los 30 tenía su propia orquesta en Nueva York.  A principios  de  la  siguiente  década es invitado  a  organizar  la  orquesta  de  un  nuevo  night  Club  que se  abría  en San Juan, el Jack’s Club.  Su banda fue un gran éxito y Armando además compuso entre otros un número que alcanzó  gran  popularidad, Jack,  Jack,  Jack,  primera  canción  compuesta  por  un  boricua  que  ocupó  lugar  de importancia en el Hit Parade de Estados Unidos.

*De esa orquesta, hallamos en la red Valli (Castro-Gari) y Ámbar (Toni Gari).

viernes, 20 de diciembre de 2024

Aprender inglés, con guaracha

Simpática, como solían ser las guarachas, es la composición de Facundo Rivero Yo estoy aprendiendo inglés (1942). Las versiones son muchas, destacándose una novel cantante, una niña: Caridad Cuervo, con los veteranos de la Sonora Matancera. Según la Discografía de Díaz Ayala, la pieza no se registró en estudio, sino que viene en la compilación del conjunto en vivo, en distintas emisoras y países. Cuervo había nacido en 1946 y la toma fue en algún momento de la década de 1950, antes que la Sonora abandonara a Cuba. 


Facundo Rivero (centro) con su quinteto.



Contrasta con esta la segunda versión, también cubana pero de un veterano respaldado por una agrupación consagrada: Cascarita con la orquesta Hermanos Paláu. La grabación, al parecer, es anterior a la de Cuervo. Antes de ellas, parece estar la versión de Manuel López con la orquesta de Rafael Méndez (1946). 

Llama la atención el cóver de la Sonora Sonidera (fecha por establecer). Por el lado colombiano, hay una versión de Los Corraleros de Majagual. Del mismo tema, pero con letra diferente: Peñaranda y su Conjunto, Aprendiendo inglés (1974).



*Sobre Facundo Rivero: Díaz Ayala; RYM.

miércoles, 18 de diciembre de 2024

Salsa 78: espectáculos bailables en Bogotá

El jueves treinta de marzo de 1978, con las atracciones principales de Celia Cruz y Miguelito Valdez, inició el Festival Internacional de Salsa. Las funciones benéficas tendrían lugar en Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla. En la edición de ese día del diario El Tiempo, las fotos de los cubanos y del crédito nacional, Matilde Díaz, encabezaban la nota del espectáculo de gala en el coliseo El Campín.
La función bogotana iba en beneficio de la Casa del Músico y el Artista Colombiano, hecho indicativo de la precariedad del gremio en esas calendas.


"El escuadrón de salsosos". El Tiempo, 30-3-1978.


El viernes, la gala tendría lugar en el coliseo El Pueblo de Cali, donde "el escuadrón de salsosos" actuaría en beneficio del Parque Infantil. El sábado, la gira tocaría en Medellín, en favor de las voluntarias del hospital San Vicente de Paúl, rematando el domingo en Barranquilla, con recaudo para el hospital San Francisco.
Añade el diario que la recepción de los artistas cubanos en Eldorado, la fría noche del martes, se calentó por las demostraciones de afecto de sus colegas colombianos. Los promotores prometían para el espectáculo de El Campín "sonido nítido". Ojo a los precios de las entradas: platea, 50 pesos; general, 20 (un ejemplar de El Tiempo valía cinco). Por la publicidad, nos enteramos de que el concierto se transmitiría por Radio Capital.

Ramón Ropaín, tropical.

Matilde Díaz iba respaldada por la orquesta Tropibomba, del maestro Ramón Ropaín, nada menos que el autor de La danza de la chiva*. El pianista había nacido en la población de Riofrío (Magdalena), en 1917**; pero se formó en Barranquilla, en el conservatorio de la Escuela de Bellas Artes. Completó sus estudios en los Estados Unidos y regresó a su tierra a trabajar en la música tropical.
Armando Galán, director de la orquesta de su padre, recuerda su capacidad de trabajo, a propósito de los arreglos de La danza de la chiva, en que se empeñó por varios días. Ropaín fue compositor y arreglista de las orquestas más cotizadas, hasta que formó la suya propia con la cantante Teresa García, con quien trabajaba para Lucho Bermúdez. Al parecer, La Tropibomba no fue de larga vida y el maestro se marchó a los Estados Unidos, de donde solo volvió para morir en su querida Barranquilla, el tres de abril de 1986, a sus 69 años.


*Parece que la estrenó Catalino de Barranquilla, en 1964. El Combo Bonito sacó un álbum homónimo, con arreglos del propio Ropaín, donde la pieza se etiqueta como cumbión andaluz y se le atribuye la autoría al cantante, Miguel A. Rodríguez. Manolo Monterrey la hizo con Los Melódicos, en 1967; y Celia Cruz con Tito Puente, en 1969. En instrumental, por la Banda 12 de Octubre. De una investigación discográfica, resulta que Ropaín es autor solo de los arreglos.
**Seguimos aquí el obituario de El Tiempo, pero otras fuentes difieren.

lunes, 28 de octubre de 2024

Honor a Hugh Masekela

Hizo Falta que el propio Chichí Peralta declarara en una entrevista que, en una de sus clásicas canciones, no decía "cuando la yuca se quema" o cosa por el estilo, sino "honor a Hugh Masekela". Nombre que, seguro, no les dice nada a muchos. Se trató de un músico surafricano (1939-2018), radicado en los Estados Unidos desde 1961. Una de sus grabaciones, Grazing in the Grass (Philemon Hou), alcanzó el podio de Billboard y mereció nominación al Grammy.
Estuvo casado con Miriam Makeba y con ella compartió la lucha contra el apartheid. Nelson Mandela usó una canción suya en la gira que hizo al salir de prisión, Bring Him Back Home.


Masekela. Foto: The Guardian.



Eso por un lado. Resulta que Masekela y su productor, Stewart Levine, tuvieron la idea de organizar un festival musical en Zaire, durante la famosa pelea del siglo, en 1974. La idea le sonó al empresario Don King y se convirtió en el gran espectáculo de la música afroamericana*.

Un breve recorrido por su obra debería constar de Click Song (Miriam Makeba). Morning of the Carnival (Luiz Bonfá-Antonio Maria), The Sound of Silence (Paul Simon), Mas que nada (Jorge Ben), Night in Tunisia (D. Gillespie), Cantelope Island (H. Hancock), Con mucho cariño (Larry Willis), I Can't Dance, Goin' Back to New Orleans, Stimela - Coaltrain (Masekela) y Bésame mucho (C. Velásquez)



lunes, 16 de septiembre de 2024

Sérgio Mendes, un vistazo

Nadie puede sorprenderse que una fiebre musical dependa de la conjunción de los negocios y la política. Ello volvió a ocurrir cuando un empresario musical gringo llegó a los bares de Copacabana, en 1962, de la mano de un cicerone de difusión cultural de Itamaraty. El estreno de la bossa nova en los Estados Unidos se celebró la noche del miércoles 21 de noviembre de dicho año, en el Carnegie Hall. En esa histórica función participó Sérgio Mendes, quien hoy “se nos adelantó”.


La bossa fue una moda asociada a la juventud. Entonces
se dijo que la falta de baile obraba en su contra.


Del concierto se editó un disco, que trae a Mendes y el sexteto Bossa Rio, integrado por Paulo Moura (sax), Pedro Paulo (trombón), Octávio Bailly (contrabajo), Dom Um Romão (batería) y Durval Ferreira (guitarra), interpretando Samba de uma nota só, música de Tom Jobim y letra de Newton Mendonça, al inicio del show. El espectáculo se repitió, quince días después, en el Lisner Auditorium de la Universidad George Washington.

Mendes ya había grabado un elepé, en 1961, Dance moderno, donde ya mezclaba las obras del jazz con el repertorio brasileño: Nica’s Dream (Horace Silver) al lado de Oba-lá-lá (João Gilberto, su versión de 1959).

Por esos días, los jazzistas gringos iban de romería al Brasil. Herbie Mann grabó Do the Bossa Nova con los mejores músicos locales. Mendes y su combo lo respaldaron en Menina feia (Oscar Castro-Neves) y Blues Walk (Clifford Brown). En seguida, grabaron un elepé con Cannonball Aderley, Cannonball's Bossa Nova, y el mejor repertorio: Minha saudade (João Donato) y Corcovado (Jobim), junto con Sambop (Maurício Einhorn Durval Ferreira) y Groovy Samba (S. Mendes).

Con arreglos de Jobim, versiona Desafinado, y Garota de Ipanema. Cambia de formato, ahora un trío, y llegó hasta el Japón. Establecido en los Estados Unidos, parece que solo le faltaba el toque mágico del músico y empresario Herb Alpert, quien lo presentó con su Brasil 66 en un álbum que pasó del millón de copias en ventas. Mendes y su bossa pop llegaron a la televisión, con la clásica composición de Jorge Ben, Mas que nada (aquí, en versión all-stars). Resaltamos la pieza Tim dom dom (João Mello-Codó), poco después versionada por el gran Ismael Rivera, que le quedó mejor a capella que grabada.

Otro número especial, por su significado en el mundo salsero, es Boranda (Edu Lobo); Morning (Clare Fischer), tan latina en la versión de Tito Puente. Hay una obra de un compositor cubano, al parecer, Maximiliano Sánchez Bimbi: Tristeza de amar.


Brasileiro mereció el Grammy en 1992, categoría World Music.


Pasó la bossa y Mendes volvió sus ojos a lo folclórico: la percusión brasileña. Un centenar de percusionistas hacen una espectacular Fanfarra, un samba roda escrito por Carlinhos Brown. La más popular del trabajo, Magalenha, también de Brown, mezcla de baião y samba-reggae. Pero todo esto se puede cantar en inglés con la canción What Is This, de la bahiana Carmen Alice.

Mendes grabó en 2006 una nueva versión de Mas que nada, con Black Eyed Peas.


Notas.

Dicionário Cravo Albin. Sergio Mendes.

Más sobre el contexto en Marc Myers, CBS News Eyewitness: 'The New Beat,' 1962.

Interesante la observación de Isabelle Leymarie sobre antecedentes de la fiebre de la bossa: desde 1956, los jazzmen gringos visitaban las jam sessions brasileñas. 

sábado, 10 de agosto de 2024

Orozco y Maya en el Faenza: relaciones musicales colombocubanas

Por primera vez en escena en Bogotá, anunciaba El Tiempo, se presentarían en el Faenza, que llama 'coliseo', dos orquestas de música popular: la de Orozco y la de Maya, por Colombia y Cuba, respectivamente. Las dos agrupaciones se unirían para interpretar el pasillo El libérrimo, de A. Patiño, en homenaje del presidente López Pumarejo. Además, el cartel prometía las hermanas Cruz y la pareja de baile Lilian D'Argas.


El Tiempo, 10-9-1934.


El misterioso F. Maya y el talentoso Efraín Orozco.

Lo más completo que tenemos del misterioso músico cubano es lo que trae Fabio Betancur Álvarez. En su interesante capítulo "Colombia en el meridiano habanero", donde se reseñan las visitas de músicos cubanos a Colombia. Indica que, antes de la gira de los Matamoros en 1934, vinieron a Cartagena y Barranquilla las orquestas "Los Piratas de F. Maya, Germán Pinelli, Célido Curbelo, José Isla y el grupo femenino Orquesta Ensueño, dirigido por la cantante y violinista Guillermina Ayo"*. Los Piratas, procedentes del Casino y Hotel Nacional, gozaron de buena prensa en Barranquilla, no así los Matamoros.

Leonardo Acosta nos informa que Froilán Maya era violinista, de origen judío, y que su banda contaba con Mario Bauzá (1929) y es de los pioneros en la Isla en tocar jazz. Rafael Bassi añade que Maya estuvo en Barranquilla, en 1937, con un conjunto cuyo pianista era Anselmo Sacasas. Su época de gloria podría datarse en la década de 1940, cuando apareció con su Pan-American Orchestra en soundies (películas musicales de tres minutos, antecesores de los videos musicales), de los cuales se conserva su versión de Parampampán.


El Tiempo, 6-6-1936.


Maya estaba en Bogotá por 1936, pues el diario El Tiempo informó de otra fiesta en honor del presidente López, ofrecida por el señor Néstor Carbonell, ministro de Cuba, el jueves quince de octubre en el hotel Granada. De hecho, el mismo diario informa dos noticias notables de nuestro personaje, el catorce de enero: que salió bien de un accidente de tránsito, cerca de Zarzal, en compañía de los también músicos Mario Tenorio y Arturo Gutiérrez (quienes iban para un congreso en Ibagué); Maya venía para Bogotá y se le identifica como director de la orquesta Cali, "que ha sido muy aplaudida en todas partes" [El Tiempo, 14-1-1936: p. 8]. Es difícil interpretar el contenido de un escueto programa radial, pero podría ser jazz lo que ofrecía Maya como "selección americana" para un programa de la Voz de la Víctor, el primero de junio de 1936

El Tiempo (3-1-35) reseña la salida de Efraín Orozco con su “jazz-orquesta” para Cali. Los “críticos avezados” lo tenían por “el único e inigualable en su género que hasta la fecha nos haya visitado”, entre ellos J. M. Álvarez D’Orsonville. No se crea que es hipérbole el concepto, pues la orquesta Orozco habría de aparecer en el cine, en la película Radio Bar, escrita y dirigida por el argentino Manuel Romero. Los músicos colombianos estaban en una exitosa gira por el Cono Sur.


El Tiempo, 3-1-1935.


El Caimán del Plata. Cuenta Javier Franco Altamar que Efraín Orozco grabó, en 1946, El caimán, de Peñaranda; mismo año en que Kiko Mendive hacía lo propio, en la película Pasiones tormentosas. La versión de Orozco estaba enriquecida con pícaras estrofas, de suerte que hizo las delicias del público austral. Cuando el portero barranquillero Efraín Sánchez llegó a jugar para San Lorenzo de Almagro, "ocurrió lo que tenía que ocurrir: lo apodaron El Caimán". A Sánchez nunca le pesó el remoquete ni tener que explicar su origen, cientos de veces.


*Betancur, F. (1999). Sin clave y bongó no hay son. Música afrocubana y confluencias musicales de Colombia y Cuba. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia. Rafael Bassi identifica dicha orquesta como Los Piratas del Hotel Nacional de La Habana. Sin embargo, es difícil saber quién fue F. Maya y relacionarlo con la agrupación.

**La positiva valoración del joven Efraín Orozco contrasta con la brevedad del obituario que le dedicó El Tiempo, 29-8-1975: apenas dos parrafitos en una columna. Algo había pasado, pues su regreso, en 1954, sí mereció una nota digna del personaje.


Maya con otra de sus denominaciones: los Rhumba Ambassadors. En la red,
hallamos: Mi bumba ne (Senén Suárez) y Rumbomba (C. Concepción).


domingo, 14 de julio de 2024

Los Matamoros en Colombia: gira de 1934

Una de las instituciones de la música cubana y latina, el Trío Matamoros, hizo una muy temprana visita a Colombia, hace casi un siglo. La breve nota del diario El Tiempo reconocía que "Colombia no ha sido menos en admirar la música de la perla de las Antillas". Es bien notable que el redactor desglose 'música cubana' en "rumba, son, la guaracha, etc.", si se tiene en cuenta que, en los Estados Unidos, todo era rhumba, con hache. Se reporta buena asistencia de público al teatro Faenza, mencionando incluso parte del repertorio: Las mujeres que se pintan, Las maracas de Cuba y Lamento borincano, "y tantas otras".


El Tiempo, 5-1-1934.



El Trío terminó su gira con una "función de honor y beneficio", el martes 16 de enero, donde compartieron tarima con Carlos Ramírez, "el barítono de la ópera nacional", la orquesta Suramericana, Jorge Áñez "y el tenor Forero", aderezado todo con la rumbera cubana Marina González. Había asimismo función de cine: Pobre Tenorio, de Buster Keaton y el corto Una corrida de toros en México. Hasta aquí la información periodística. Veamos el contexto de la gran noticia musical.


Música cubana en Colombia.

Don Miguel Matamoros había nacido en el barrio Los Hoyos, de Santiago de Cuba, el ocho de mayo de 1894. Muy joven fue serenatero y sus canciones gozaban de popularidad, a tiempo que se ganaba la vida en toda clase de oficios. En 1925, se juntan definitivamente los elementos del histórico trío: Rafael Cueto en la guitarra y Siro Rodríguez en la voz. Acto seguido, viajan a La Habana y buscan la manera de grabar*. Entre el 28 y 31 de mayo de 1928, grabaron veintiún números. El primer sencillo venía con el bolero Olvido y el son El que siembra su maíz. Las composiciones de don Miguel superaron a la entonces estrella de la Victor: el sexteto Habanero. Vienen pues los viajes: a Nueva York, donde grababan, a Méjico, a Europa, en 1932; luego inician una gira en Panamá (1933) que acaba en Colombia, tocando en Venezuela y Curazao.


El Tiempo, 14-1-1934.


Las maracas de Cuba, son, se grabó en Nueva York, el 31-7-1934; Las mujeres que se pintan, canción cómica, allí mismo, el 3-8-1934; Lamento borincano (R. Hernández), son, 1954, en Puerto Rico. Es interesante que el cronista de la época mencione estos tres temas, que no tienen nada que ver con lo que hoy consideramos los clásicos del trío**.

Los Matamoros cruzaron la frontera venezolana a fines de 1933. Su gira nacional comprendió: Cúcuta, Pamplona, Málaga, Girardot, Ibagué, Armenia, Cali, Tuluá, Buga, Palmira, Manizales, Valparaíso, La Pintada, Medellín, Puerto Berrío, Bucaramanga, Barrancabermeja, Barranquilla y Cartagena***. El viernes, cinco de enero, debutaron en el teatro Faenza de Bogotá, en llave con el estreno de Entre marido y mujer (Another Language, 1933; dirigida por Edward Griffith). Ya mencionamos la "función de honor y beneficio", el martes 16 de enero, que supuestamente era el fin del calendario bogotano. Hubo, sin embargo, otra velada en homenaje de nuestro Carlos Julio Ramírez, que al parecer sí fue la despedida de Matamoros y sus muchachos.

El tres de agosto de 1934, el trío grabó el bambuco El trapiche, de Emilio Murillo e Ismael E. Arciniegas.


El Tiempo, 23-1-1934.


Peter Wade menciona otro grupo cubano que visitó a Colombia en 1934: Los Piratas de F. Maya. Un espectáculo, posiblemente de rumberas, presentaron Las Cubanacán en el hotel Esperia. La publicidad prometía "danzas estilizadas de absoluta moralidad"****.

Lo de Carlos Julio Ramírez en muy notable, habida cuenta de que había nacido en Tocaima, el cuatro de agosto de 1916. A tan corta edad, "todas las estrellas líricas nacionales" le tributaron un homenaje (El Tiempo, 19-1-1934).

El teatro Faenza se inauguró el tres de abril de 1924, con la proyección de la película francesa El destino.

Notas.

*Humara y Lastra eran los distribuidores de gramófonos y discos de la Victor en la capital. Desde 1910, dieron un paso adelante buscando talentos en la Isla para grabarlos, misión que encomendaron al empleado Juan Castro, quien "descubrió" y grabó grandes figuras, entre ellas nuestro Trío. Habana Radio. La voz del patrimonio cubano. Díaz Ayala menciona también a Mr. Terry, director artístico de la Victor.

**Rafael Cueto recuerda, viajando por el Magdalena, haber escuchado El que siembra su maíz.

***Pagano, C. (15-4-1984). La clave latina. El Trío Matamoros.

****Wade, P. (2000). Music, Race and Nation. Música tropical in Colombia. The University of Chicago Press.

Información varia.

*Primeras grabaciones del trío Matamoros.

**Vicente Pastor, representante del trío Matamoros. N. Baudichon, encargado teatro Faenza. El miércoles tres, los Matamoros participaron de la fiesta de despedida en Cúcuta de Pedro Miranda, gerente de Metro-Goldwyn-Mayer.

El Tiempo, 16-1-1934.