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jueves, 22 de mayo de 2025

El sabor de Nacho Sanabria

One-hit wonder es una categoría musical para definir el artista que se recuerda por un gran éxito y prácticamente desaparece del radar... por lo menos de las emisoras musicales. Algo así podría caber con el desaparecido Nacho Sanabria, artista cuyo catálogo se agotaba en tres o cuatro canciones. Sea ocasión esta para revisar su obra y completar el cuadro de este interesante artista.


Estreno de Sanabria en la composición, con el guaguancó Mantequero.


El hombre de Cataño estaba próximo al centenario (1929). Su vida siempre fue cercana a la música, pero su carrera principió en Nueva York, como veterano de Corea y participando en las grandes orquestas. En 1965, se le presentó la oportunidad de remplazar a la Lupe en la orquesta de Mongo Santamaría, quien le grabó su composición Mantequero (versión de Cheo Feliciano). En ese álbum, El Bravo, también cantó Olé guajira y Lucky Mambo. Siguió colaborando con grandes como Cortijo, hasta que dio el paso definitivo de fundar su propia orquesta, El Sabor de Nacho.

Vuelto a Puerto Rico, contó con la colaboración en los arreglos de Bobby Valentín y las composiciones de Curet Alonso*. Cuatro obras suyas en el primer disco: Alma primitiva, Tiempo de ayer, Oro que brilla y Los buena gente. El éxito fue inmediato en Puerto Rico y Nueva York, según recordaba el propio Nacho. El segundo volumen de Nacho trae Mambo batiri (Antar Daly), Sabor (Henny Álvarez), la guaracha La muerte llegó (D.R.). Varios boleros, entre ellos uno de Curet Alonso que interpreta una mujer: Tan solo Dios. Bobby Valentín aportó la composición El tapón. En el tercer long-playing, Sanabria se hace eco de los éxitos de la balada: Amada amante, de Roberto y Erasmo Carlos, convertida en un bolero cha. Allí mismo están Trompo de juguete (P. Rigual, que ya había hecho Nelson Pinedo y la orquesta Sensación), La ruñidera y Romance guajiro (Celia Romero), el cásico de Portabales.


Sanabria triunfando, apenas en su tercer elepé.


Un número olvidado, es decir, recordado en la versión de Roberto Roena, Que se sepa, interesante asimismo en la de Sanabria. Siempre números cubanos, recordando tal vez la época de Mongo: El jamaiquino. Es constante el agradecimiento de Sanabria al público colombiano, por lo que no sorprende encontrarse una versión del popular Pachito Eché (A. Tovar). Recomendable Los guajiros son (Carlos Estrada), el bolero Señora, de tono moralista.

En el trabajo Su estilo y sus hijos (es difícil diferenciar en la foto quién es quién), vienen dos infaltables de su repertorio: Sansón Batalla (A. Daly) y Consuélate como yo (Gonzalo Ascencio Hernández: versión Celeste Mendoza). El bolero Dios me libre (Víctor Cordero: versión de Amalia Mendoza) En esa misma onda, la Rumba moderna (Justi Barreto). Otro acierto de Nacho fue su versión de la obra de Eduardo Sánchez de Fuentes, Pensamiento (versiones: Tito GómezOlga Guillot). Auténtica rareza: Con alma, de Gillespie.

En Return (1980), hallamos un compositor que echábamos de menos: Johnny Ortiz con su nostálgico Te añoro, Bardo puertorriqueño y María Matimbe. El bolero Privilegio (Gilberto Moreno) y el popular Canta fañoso (Sanabria). Llaman la atención las bombas No hablen de las mujeres (DR) y ¡Viva Loíza Aldea! (Raúl Marrero); así como un bolero de tema llamativo, ¿Extranjero por qué? (Tito Zubiaga); el bolero cha La cerveza (Luis Demetrio: versión Orquesta América del 55), ¡Díselo a él! (Raúl Díaz), Por la radio (Mario de Jesús), Un mundo raro (JA Jiménez), Sola y triste (Armando Valdespí: versión Lino Borges).

Cerramos con piezas de Sanabria dedicadas al país que lo acogió ampliamente: Colombiana (Epifanio Aguilar) y Pa Colombia (Sanabria). 


*Sanabria afirma en varias entrevistas que en esta época Tite Curet no era conocido. Sin embargo, ya se había estrenado con Efectivamente, por Joe Quijano y el Cachana, en 1965; La tirana y Busamba, con la Lupe, en 1968. La discografía de Nacho principia en 1970.

martes, 29 de diciembre de 2015

Vallenato en clave: paseos en salsa

A propósito de la distinción que ha recibido la música vallenata, repasamos unos cantos que han tenido versiones en clave.

Principiando por un número del desaparecido Calixto Ochoa, que le grabó Roberto Roena como Cui Cui, en 1973, vocalizado por Sammy González:

Apollo Sound

Ahora la versión típica de Alfredo Gutiérrez (1971):

Manantial del alma

Del elepé El envenenao, donde consta la composición como un pasebol.
Por un excelente programa faniático, nos enteramos de que a Ismael Rivera le trajo el barco (1972) una composición vallenata:

Dime por qué

Composición de Pedro García (1938-97), con crédito errado en el elepé de Rivera:


Osvaldo Ayala, versionador, a su vez le da el crédito a su colega A. Gutiérrez.
Aquí unas versiones típicas:

Alfredo Gutiérrez

Jorge Oñate-Juancho Rois

El Gran Combo, en 1980, grabó un clásico que hicieran Jorge Oñate y Chiche Martínez (1978, composición de Octavio Daza): 

Oñate

Nido de amor

Otro crédito sin reconocer.
Las citadas son muestras suficientes de que la música vallenata ya era patrimonio, al menos del Caribe.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Brasil en clave

Nuestra vereda tropical ya ha registrado varias veces mercancía brasileña. En la red, muchas páginas hablan de las fecundas relaciones entre Ibero y Lusoamérica.


Breno Mello y Marpessa Dawn, en Orfeo negro, 1959.

Pues bien, ofrecemos tres muestras:

1. Saudades. 


En 1974, Nelson Cavaquinho grabó, para Odeon, un disco homónimo. Allí viene Quando eu me chamar saudade (c/ Guilherme de Brito), que Elizeth Cardoso registró en el LP Mulata maior.



Sei que amanhã
quando eu morrer
os meus amigos vão dizer
que eu tinha um bom coração.
Alguns até hão de chorar
e querer me homenagear
fazendo de ouro um violão.
Mas depois que o tempo passar
sei que ninguém vai se lembrar
que eu fui embora.
Por isso é que eu penso assim:
se alguém quiser fazer por mim
que faça agora.

Me dê as flores em vida
o carinho, a mão amiga,
para aliviar meus ais.
Depois que eu me chamar saudade
não preciso de vaidade
quero preces e nada mais.


Nótese la atribución errada a Curet.


Roena lo sacó en el 77:

Roena

Como se ve por la letra, es fiel al original, con las adaptaciones necesarias, incorporando solo el coro y el soneo.

2. Carnaval.

En 1959, para el filme Orfeu do CarnavalLuiz Bonfá y Antônio Maria compusieron los sambas Manhã de carnaval y Samba de Orfeu. Del primero, tenemos una versión de la misma cantante:


Elizeth


Manhã tão bonita manhã
de um dia feliz que chegou
o sol no céu surgiu
e em cada cor brilhou
voltou o sonho, então, ao coração.

Depois deste dia feliz
não sei se outro dia haverá
é nossa manhã, tão bela afinal
manhã de carnaval.

Canta o meu coração
a alegria chegou
na manhã tão feliz

deste amor...

En la versión de Palmieri, Quintana solo canta dos estrofas:
Manha de carnaval


De la universalidad de la canción, da testimonio esta muestra:

Perry Como 

3. Flores.

En 1976, Djavan grabó su primer LP, A voz, o violão e a arte de Djavan. Allí venía su composición Flor de lis, que desde entonces no falta en sus presentaciones.


Djavan


Valei-me, deus
é o fim do nosso amor
perdoa, por favor
eu sei que o erro aconteceu
mas não sei o que fez
tudo mudar de vez
onde foi que eu errei?
Eu só sei que amei
que amei, que amei, que amei.

Será talvez
que minha ilusão
foi dar meu coração
com toda força
pra essa moça
me fazer feliz
e o destino não quis
me ver como raiz
de uma flor de lis.

E foi assim que eu vi
nosso amor na poeira, poeira
morto na beleza fria de Maria.

E o meu jardim da vida
ressecou, morreu
do pé que brotou maria
nem margarida nasceu
e o meu jardim da vida
ressecou, morreu
do pé que brotou maria

nem margarida nasceu.


Tjader lo grabó en 1982, con la vocalista Carmen McRae:


No conseguimos la letra, pero puede verse que la versión es libre. Carmen también cantó Bésame mucho; versión francamente opaca. 



lunes, 23 de noviembre de 2015

Calixto Ochoa, africano

Compositor de más de 1200 canciones, grabadas aquí y en el exterior unas cuantas; músico de orquesta y dueño de su propio grupo; coronado tercer Rey Vallenato; pero, principalmente, parte de la memoria colectiva, capítulo música popular: es una síntesis de lo que fue Calixto Ochoa.




Profeta en su tierra.

La carrera de Calixto Ochoa principia con la grabación de su Lirio rojo, en 1957. Otro paso largo dará en la década del 60 cuando, como artista del sello Fuentes, entra en la nómina de Los Corraleros de Majagual, especie de Sonora nacional.


Elenco de lujo, como se lee en este disco.
De esa época, queremos destacar un número costumbrista-picaresco, donde destaca la inocencia del hombre campesino:

El calabacito

En 1970, se le depara la consagración de la carrera, triunfando en el Festival Vallenato sobre su ídolo, Luis Enrique Martínez, a quien imitaba, en sus comienzos como acordeonero.

Profeta en el exterior.

Parece que la primera canción que le grabaron por fuera fue una que Roberto Roena versionó como Cui Cui, en 1973, vocalizado por Sammy González:

Apollo Sound

Ahora la de Alfredo:

Manantial del alma

Mejor fortuna, si cabe, tuvo su rumbón El africano. Las versiones aparecen desde el 83, con Wilfrido:

Wilfrido

Otra versión dominicana:

Las Chicas

Resurrecciones.




Ocurre, a veces, desempolvar una grabación vieja que, de repente, se vuelve éxito. Tal ocurrió con Pirulino. Salido en 1965 con Los Corraleros, conoció un éxito regional. Luego, los Golden Boys lo grabaron en Medellín, versión que al fin alcanzó todo el país. Ahí no paró todo: mucho después, un consagrado actor la volvió a poner en circulación, como una especie de coreografía:

Pedro el Escamoso

Más movido es su tema Miriam, donde usa la palabra "salsa":

Miriam

XXXXXxx