Ahora bien, su valor cultural es semejante. En la ópera se usaron negros, en vez de blancos con la cara pintada; asimismo, la música afroamericana alcanzó el sumo nivel del arte musical: la ópera. Dos progresos sociales logrados por Gershwin, blanco de ancestro judío*.
En el jazz latino.
Mas lo que aquí nos interesa son las versiones, que suben de
25 000, y que principian con la de 1936, por Billie Holiday. Especialmente, las latinas:
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Los autores con Ira Gershwin (derecha), a quien también se da crédito por la obra. |
Comenzando por el orden de preferencia, va una que hicieron músicos alemanes y cubanos (2003): Klazz Brothers & Cuba Percussion.
Le sigue una del conguero estrella de Fania (1963, Chombo Silva en el saxo): Ray Barretto.
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Chombo y Ray, a propósito de El Negro y Ray, pieza del mismo álbum. |
No es el único conguero de la lista (1965): Mongo Santamaría. Repitió en 1980, con Gillespie y Thielemans: Mongo y amigos.
Una curiosa, catalogada como cha cha (1960): Edmundo Ros. Una muy libre, en bugalú de los Lebrón, Summertime Blues (1967).
Una temprana, de José Curbelo (1946). Del vibrafonista y pianista de la Costa Oeste, Bobby Montez (1958). Por los también pianistas René Touzet (1954) y Joe Loco (1959). Otra por Tito Rodríguez (1963). La cuota brasileña: Eliana Pittman (1969). Del mismo origen, pero en guitarra, Los Indios Tabajaras (1968). En flauta, por Mambo Inn. Del presente milenio, a cargo del pianista cubano Alfredo Rodríguez. Una rarísima, en piano y trompeta, Lechner y González.
Apenas por vía de muestra, una de jazz (1962): Herbie Mann. Y una rareza en calipso. De la artista beninesa Angélique Kidjo.
De pronto no es casualidad que todas sean de la década de 1960...
*La cosa no es tan sencilla. Para los ires y venires de esta pieza, recomendamos a Joe Nocera.