César Pagano es caribe aunque haya nacido en Medellín y
vivido la mayor parte de su vida en Bogotá. Del Caribe ha sacado el optimismo
que transmite en lo que dice, subrayando siempre que esta actitud positiva es
propia de la música antillana, en claro contraste con la música argentina, por
ejemplo.
Foto: Carlos Julio Martínez, Semana. |
De Pagano se reconoce su militancia cultural, especialmente
su participación como agente de espacios para la rumba bogotana. Ha escrito
libros y es dueño de una colección riquísima de entrevistas a los músicos
latinos, pasadas por la radio en sus programas hace varias décadas. Pero es
probable que se haya omitido su valor, precisamente, como voz de la radio
(incluso lo hemos visto cantar una vez) y como quien ha pegado frases cargadas
de sentido y, claro, optimismo: Salsa y cultura, hasta la sepultura; Como diría
Vargas Vila, vive y vacila; Optimismo frente al abismo; o estas que son pura
música: Como dijo Chopin, que suene como los Van Van; Esto dijo Nerón viendo arder Roma:
¡que me traigan a Matamoros y me cante Son de la loma!; Lo que viene y lo que va, chácata y prácata.
¡que me traigan a Matamoros y me cante Son de la loma!; Lo que viene y lo que va, chácata y prácata.
Esta enumeración seguro es incompleta, pero la cosa es que,
en estos días, ha puesto en circulación una nueva frase, que tiene su sello
aunque no es suya: A la pandemia, bohemia, del mejicano Rodrigo de la Cadena,
joven agitador del bolero en su país. En esta emergencia, el pagano servidor ofrece un antídoto musical.
No hay comentarios:
Publicar un comentario