sábado, 5 de abril de 2025

Paulito FG con etiqueta

Registramos la desaparición de uno de los artistas más queridos por los cubanos, menos conocidos para nosotros y motivo suficiente para investigar su obra.

Primero su nombre artístico: Paulito o Pablito, últimamente Paulo FG, correspondiente al de pila Pablo Fernández Gallo, del barrio de Marianao. Podemos empezar a valorarlo a partir de una controversia de soneros, en el programa Mi Salsa. Al lado del ya consagrado Cándido Fabré, aparece un jovencito, notoriamente distinto de sus compañeros de tarima, a quien comienzan a picar por pepillo, es decir, por joven guapo y elegante. Paulito FG, aunque azorado, no lo hace mal, teniendo en cuenta el tamaño de sus contendores: Improvisación de soneros - Mi Salsa. Ya que dijimos Fabré, nos vienen a la memoria dos alusiones suyas, antes oscuras y ahora muy claras, en su canción La Habana quiere guarachar contigo:


En La Habana sigue en pie Paulito el Sofocador,

arriba del cachumbambé, con todo bajo control.

Para andar La Habana, hay que ser especulador:

el que no especula, en La Habana, no tiene sabor.


Todo tiene que ver con el personaje, conocido por sus temas La especulación de  La Habana*, Sofocación y Cuidao en el cachumbambé**.


Pablito, el pepillo, iniciando una sólida carrera musical


Salsa cubana.

Interesa resaltar que, tratándose del artista, se usa sin mucho escrúpulo el término 'salsero'. Más allá de la conocida polémica por tal denominación, vale la pena destacar la afirmación de un estudioso: la salsa cubana habría iniciado por la buena impresión que causó Óscar de León en su concierto de Varadero, en 1983. El venezolano hizo lo que quiso con los temas tradicionales de la Isla y mostró un camino, una oportunidad para las propuestas de los músicos antillanos. Entonces nació, por ejemplo, Adalberto y su Son. La experimentación vendría a fraguar, ya en la década de 1990, lo que se conoció como timba***.

Entre los homenajes que se le han tributado, tenemos La especulación de La Habana, por el Diario de Cuba.


*Indica Tania Quintero que 'especular' aquí se debe entender como 'alardear', 'ostentar'.

**El sentido de los versos de Fabré y del título de FG queda claro sabiendo que 'cachumbambé' es, en Cuba, "especie de balancín que se usa para entretenimiento infantil". RAE, DLE.

***Armando Ledón Sánchez. La música popular en Cuba.

Óscar de León en Varadero, 1983: hasta donde alcance el cable

Con su llegada al a Isla, en 1983, Óscar de León estaba cumpliendo una cita obligada con esa tierra cuyo repertorio ya había versionado. Ya con la Dimensión Latina había hecho números cubanos*: la guaracha Tatalibabá, del sagüero Florencio Santana, el popular Pícolo, conocida de todos en la versión de Celia Cruz y la Sonora Matancera. Otro ejemplo sería Cienfuegos, que ya había hecho Monguito con la orquesta de Larry Harlow y que también Ibrahím Ferrer grabó con el Buena Vista Social Club como Cienfuegos tiene su guaguancó (Víctor Lay).


Óscar es el artista completo: talento, presencia en tarima y buena pinta.


Asimismo con La Crítica vocalizó números cubanos como Monta mi caballo (Matamoros) y Rumba, rumbero (M. Valdez)**. La misma tónica conservó con su Salsa Mayor, registrando en el acetato ¿Y tú qué has hecho? (Eusebio Delfín) y ¡Retorna, vida mía! (Sindo Garay), junto con El manisero (M. Simons) y Mata siguaraya (L. Frías). Así podríamos seguir citando lo cubano en su discografía, elemento bien significativo. 

Mas lo importante es llegar a la consagración de Varadero.

Los involucrados son Pedro Orlando Rodríguez, agente musical de Cubartista; Alberto Quintero, productor venezolano relacionado con Cuba y Lil Rodríguez, periodista invitada por el Gobierno de la Isla a cubrir el festival de Varadero. Cuenta la reportera que la recepción en el aeropuerto fue multitudinaria, con cámaras de televisión y todo.


Técnicos cubanos dándole cable al León de la salsa.
Foto: Jorge Collazo.


El festival de Varadero había iniciado el 24 de noviembre de 1983; a Óscar le correspondió el turno del día 26. El sonero venezolano no se conformaba con evolucionar por el escenario: también quería meterse entre el público y de ahí resultó el famoso "¡Dame cable!".

El repertorio fue de conocidas piezas de Cuba. Llama la atención un número, Esa mujer***, porque al parecer se lo aprendió para esa ocasión y porque deliberadamente le cambió el autor: afirmó que era de Pedro Orlando, pero en realidad lo escribió uno de los Barbudos, Juan Almeida Bosque (1927-2009), prolífico compositor de piezas como La Lupe (Guadalupe), en la voz de Amelita Frades y varias obras que le interpretó Pacho Alonso, entre ellas Déjame mirarte, y No pareces igual, o la de Pachito Alonso Xiomara quiere un retrato.

El titular del diario Granma resume perfectamente la jornada: "Vino a bailar a casa del trompo, y bailó"****. La audición del concierto parece estar dividida en dos partes: la parte que va de Melao de caña hasta Mata siguaraya y la parte que hace con Barbarito Diez.

La presentación del venezolano motivó muchos talentos de la Isla, entre ellos el jovencito Reinerio Ruiz Santiago, más conocido por Rey Ruiz.


*O al revés, de un cubano a Venezuela: Puerto de la Cruz, de Tata Guerra en asocio con Víctor Mendoza.

**Larry Machado cantó Ya se peinó María (Pablo Cairo), clásico de las épocas de Daniel Santos con la Matancera.

***El número llegó a figurar en el variado El rumbón del año (Perú, 1984) y en El disco del año (Ecuador, 1984). 

****Rafael Muñoz. Un concierto para recordar. El Vigía de Cuba.