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miércoles, 29 de noviembre de 2017

El Cuchipe, versiones de un bambuco

No parece muy raro que una canción popular tenga una historia imprecisa. En el caso de El Cuchipe podemos asegurar, siguiendo fuentes reconocidas, que se trata de un bambuco de Eduardo Gómez Bueno. 
Versiones mayormente de música popular, con unas cuantas rarezas. El tope de su fama fue en la década de 1960, como se verá a continuación.
La primera versión es de Alejandro Wills y Los Llaneros (1936); seguida de una por los Hermanos Hernández (1938).


El Tiempo, 9 de enero de 1963. BB, la más famosa
intérprete del bambuco de Gómez Bueno.


Lobo y Melón (1958); Chucho Sanoja (1961); Los MachucambosDarío Moreno (1963: ¡en francés!); Los Incas (1967); Los Calchakis (1968); Los Muchachos (1969). Los Pekenikes (1971: pop); Los Lobos (1978). Entre las colombianas posteriores hay que citar la de Garzón y Collazos, la del Quinteto Dalmar y la de Carlos J. Ramírez; versión instrumental de Jorge Ariza

Ahora bien, ¿qué es eso de "cuchipe"? "Cuchipanda" es una parranda con cena incluida; cuchipe viene siendo el organizador del ágape. Interesa anotar que la palabra es conocida en España y que se le reputa por reciente:


Palabras moribundas, por Pilar García y Álex Grijelmo.
Taurus, 2011; en línea.

lunes, 17 de marzo de 2014

Maria Ninguém, un capítulo de la historia de la bossa nova.




Carlos Lyra (barrio Botafogo, Río: 11 de mayo del 36) aprendió a tocar guitarra mientras se recuperaba de una fractura. Con Roberto Menescal fundaron, en Copacabana, una academia de guitarra, a fin de ganarse la vida con su arte.  Por allí pasaron Edu Lobo y Nara Leão.

Compone Maria Ninguém, en 1956, en una clase de francés, época fundacional de la bossa en que, según el propio autor, los jóvenes talentos se reunían en el Bar do Plaza, en la casa de Bené Nunes y la de Nara Leão. Pero habría que esperar hasta 1959 para que el género tuviera carta de naturaleza con el primer elepé de Gilberto, donde tiene su lugar Maria, al lado de canciones icónicas como Chega de saudade, que da nombre al disco, y Desafinado.

La pose saudadesca de Gilberto.
Aquí la versión canónica de Gilberto:

En ese mismo año, Lyra se estrena también como intérprete con el disco Bossa nova. Allí, por supuesto, dio su versión de Maria. Al revisar la discografía de Lyra, nos la volvemos a encontrar en una versión que hizo, junto con el saxofonista Paul Winter, en el 65. Luego la veremos varias veces en las recopilaciones del autor.

En la etiqueta del disco, Maria se cataloga como 'toada'.

Detengámonos en Winter, pues sus periplos ayudan a entender la aclimatación de la bossa en el ambiente norteamericano. En el 62 viajó por Latinoamérica con su sexteto, en calidad de Embajador Cultural del Departamento de Estado de su país. Tuvo que ser una labor ardua, como que registran 160 conciertos en 23 países. Entonces tuvo que darse su afición a los ritmos brasileños, pues a promediando la década estuvo en Brasil, de lo cual resultó su álbum Rio, con texto ilustrativo de Vinicius de Moraes.

Ipanema gravitando, literalmente, sobre el dúo. 

En el 64, a raíz del golpe, Lyra marcha a los Estados Unidos a relacionarse con la gente de la bossa. Cuenta que se fue de correría con Stan Getz, pero decidió quedarse en Méjico, en el 66, viendo a las mujeres llevar serenata a sus amados. Fijó allí su residencia, conoció a García Márquez, a Rulfo, a Fuentes, a Buñuel, y se casó en el 69 con Katherine Lee Riedel. Dejémoslo por ahora así, en su nuevo estado.

Rarezas de Maria


Pero en ese mismo 64 se produce la anecdótica grabación de Maria por Brigitte Bardot. A esas alturas, las exploraciones latinas de BB ya contaban con El Cuchipe, aire colombiano, e Invitango, de compositores franceses.




Otro faisán: la versión de Cliff Richard, popero inglés y sir, para más señas: Pero la canta en español. Ese álbum tiene sus cosas raras, en sí (oddly, como dicen en inglés): se llama When in Rome (65) y está destinado al público italiano, pero se grabó en Portugal. Para vender en Inglaterra, trae el corte When in Spain, que estaba pegado en aquel país. Por lo que dice el censor del disco, el español de Cliff no estaba del todo mal, ni la opción de traducir el título por María no más. Peor andaban los créditos del disco, que luego del nombre de la canción ponen (Maria's Her Name).


El arte visual de la tapa sigue el patrón gravitacional visto arriba.

martes, 11 de marzo de 2014

A propósito de un bambuco: fuentes

En otra entrada se ha dicho lo más importante sobre la versión de El Cuchipe por Brigitte Bardot.

Como hay tantos datos confusos o contradictorios sobre dicha canción (principiando por su ritmo), nos hemos puesto a escarbar en las fuentes primarias, por ver de desenredar el ovillo. Presentamos, pues, toda la información que tenemos, sin orden ni concierto.


Esta imagen la usó Cromos  en su cubierta. Ahí tenemos al guitarrista Oliver Despax,
dándole la lección a BB. Todos los músicos del show eran profesionales.

La nota de Cromos se basa en las imágenes de Paris Match y en lo que reportó desde París Eduardo Caballero. Su nota apareció en El Tiempo, el 8 de enero del 63.




"B. B. no tiene las medidas reglamentarias para participar en un concurso internacional de belleza. Se vería enteca y subdesarrollada, como una gata de barrio parisiense"; "... se puso a cantar, aleteando los párpados como dos grandes mariposas"; "... con su fina garra de gata hizo que rasgueaba en una guitarra que pasaba por tiple".
Al día siguiente se publicó, allí mismo, una bonita caricatura:




Lo que pone el pie de imagen da lugar a otro comentario. BB cantó "ahora que estamos solitos, dame un besito, Teresa". Pues caballero, en su nota, copia el texto como lao cantan Garzón y Collazos: "Y ahora que vengo santo, dame un besito, Teresa". O sea: la memoria traicionó al oído.


Así reseño El Tiempo la aparición de BB:


8-1-1963.

En el pie de foto se lee guabina, y a los pies de BB hay cartas, no sabemos para qué. Seguiremos investigando a qué ritmo corresponde nuestro Cuchipe, y si hay polémica por la autoría.

Cromos afirma que BB no cobró el show, que el repertorio lo puso ella y que en el programa le consiguieron a Pedro y Narciso. Que increíblemente nuestros paisanos no le pudieron explicar qué era Cuchipe, “a pesar de que hablaban bien el francés” (Narciso Debourg era venezolano). Que Paris Match tenía la exclusiva del cubrimiento y publicó unas estrofas como las tradujo BB. Que luego del estreno las disqueras andaban detrás de la chanson colombienne. En los medios consultados normalmente hablan de Cuchipe, lo que parece más correcto, siendo como parece un apodo. 

Por la página de BB nos enteramos de que llevaban un mes ensayando los números con Claude Bolling, en los estudios Francoeur. Todo lo escribieron Rivière, Gainsbourg y Klein. A pesar de ello, como ya se dijo, en la pieza colombiana no se da crédito a ninguno de los músicos franceses. 

El show principió con Invitango. La cuarta pieza fue un ‘aire latino’: El Cuchipe.

Para cerrar esta entrada, veamos cómo refiere BB todo esto en su biografía:



Derivaciones literarias.

Llama la atención que, en 2001, en una entrevista a RH Moreno-Durán, el entrevistador no tuviera idea de la versión de BB. Copiamos el lugar pertinente:


Semana: ¿Es el caso de su cuento ‘El olor de tus depravaciones’? ¿Realmente Brigitte Bardot cantó una canción del folclor colombiano?


R.H.M.: La única vez que cantó Brigitte Bardot lo hizo para cantar “De Chiquinquirá yo vengo de pagar una promesa…”, y eso es cierto. Imagínese una francesa como ella en ese plan. Bardot la cantó y fue tan cierto que el padre García-Herreros la quiso invitar para que participara en el Banquete del Millón en 1963 ó 64. Y eso fue un escándalo impresionante. Lo que pasa es que nadie se percató de esa imagen que, finalmente, fue el origen de un cuento. Yo pensé que ese canto debería ser el pago sentimental a alguien que ha amado mucho. Y, ¿cuál colombiano podía ser?: Jorge Gaitán Durán. Alguien de quien nunca se habla. 

viernes, 7 de marzo de 2014

A propósito de un bambuco: El Cuchipe

De no ser por una nota de la revista Cromos, la presente generación de seguro no sabría que la mítica BB grabó uno de nuestros aires nacionales.

En efecto, la revista apunta que la disquera Philips grabó el bambuco, inspiración de Eduardo Gómez Bueno, El Cuchipe. Con estos datos, nos damos a escarbar en la discografía de la diva, con los siguientes descubrimientos: se atribuye erróneamente la autoría de la pieza a Ismael Orozco, Carlos Ramírez y Roberto Cesari. Por lo que hace al acompañamiento, se declara que lo hicieron Narcisso Debourg, Pedro Serrano y Los Colombianos (los datos son del EP, aunque en Cromos se muestra un sencillo, con los cortes El Cuchipe y La madrague).



Volviendo a la nota de Cromos, informa que BB apareció el 1.o de enero del 63, en hábito de campesina andina colombiana, acompañándose con una guitarra y preguntando qué hay de Dolores. Añade que la presentación tuvo lugar en el programa À vos souhaits Brigitte!, donde la habían contratado para hacer diez números. Que la respaldaba un dueto colombiano, identificado por Paris Match como Pedro y Narciso, lo cual nos da licencia para corregir la doble ese que le ponen, en la tapa de Philips, al último de los guitarristas (aunque todo puede ser, habida cuenta de su apellido extranjero). 

Aquí, caracterizada de campesina.

Que Eduardo Caballero Calderón, a la sazón representante del país ante la Unesco, confesó a Cromos que apenas escuchó a “esa criatura diabólicamente angelical de grandes ojos ingenuos, labios carnosos, una apariencia de niña buena y una voz apagada de mujer mala”, sintió una descarga eléctrica por todo el cuerpo. Nosotros no sabemos si suscribir los conceptos estético-morales del reputado escritor, pero en la descarga eléctrica no hay duda ni asomo de exageración. En caso de requerir una prueba del aserto, los remitimos a la inquietante secuencia de la película Y Dios creó la mujer, en que BB, desquiciada por los tambores de unos cubanos (se le da crédito a Patato Valdez, pero es difícil reconocerlo tan joven), salta a una mesa a bailar, en pleno transporte rítmico y sensual.

Más de Caballero, vía Cromos: «Un repique de pandereta rodeada de cascabeles, un galope de tiples adornados con cintas tricolores resulta Chiquinquirá en la boca de esta francesita boyacense que era Brigitte Teresa o Brigitte Dolores, en la pantalla de la televisión. La B. B. es un fenómeno indiscutible como la bomba atómica o el muro de Berlín oriental o la devaluación del peso o el arte abstracto».

Sigue la notica de Cromos: que seis meses después lo grabó (inexacto: el disco que sale en la nota es un sencillo comercializado en Holanda el 1.o de junio; el disco en Francia salió el 23 de enero), y que se la habían enseñado unos amigos de París, según le contó a un periodista, de pasada por Bogotá, camino de Méjico.

Ahora vamos con los datos que hemos recolectado. Fecha: 11 de enero de 1965. El avión era de Varig. En los 45 minutos de la escala, su acompañante, el judío brasileño Bob Zaguri, aprovechó para filmar, desde la nave, el despelote que producía la actriz. Eran las 5: 15 p. m. Arturo Vélez, periodista que tuvo acceso a los visitantes, dijo de Zaguri que le pareció “un tipo convincente”. El Espectador publicó el autógrafo que BB les dedicó, más un reportaje por Iáder Giraldo. 


BB dejó, en su paso por Eldorado, besos, autógrafos y la política frase “los colombianos son simpáticos”, en español menos correcto que el empleado en la grabación. Pero no pisó suelo nacional. Sabemos también que vestía un abrigo de piel de camello y que lucía el original del peinado BB que, en ese entonces, imitaban todas. 


Acompañaba a la actriz Paul Leandri, periodista de la France-Presse, y de los paisanos solo tuvo acceso a ella Arturo Vélez, porque al parecer nadie más hablaba francés. Los demás periodistas tuvieron la audacia de pedirle que se quitara el abrigo, para -como en el cuento- verla mejor. Ella accedió. Giraldo no pudo menos de decir, luego de tenerla a un escaso metro, que BB es “en carne y hueso -más en hueso que en carne- un monumento.


El abrigo, que no permitía ver sino una rodilla...
El Tiempo, 12-1-65; p. 8.

Del brevísimo diálogo de Vélez y BB copiamos este pasaje:

-¿Quiere cantar Cuchipe?
-No vine a cantar aquí… Compre el disco.

Las respuestas prontas de la ‘Gatita’, su despedida con “el ademán de náufrago que acostumbran las reinas de belleza” y su retorno al compartimiento del avión que despegó a las seis, para perderse por el oriente: eso fue todo lo que quedó de la visita. Lo que la estrella gala se llevó de aquí fue una muñeca artesanal, de manos de María Cristina Rodríguez, de Relaciones Públicas de Varig.

Ahora bien, ¿de dónde sacaba la mona el interés por nuestros ritmos vernáculos? Hay una respuesta fácil: a mediados de la década de 1950, el bar L'Escale era el sitio para oír música latina en París. Allí se presentaban Los Incas, agrupación formada por argentinos y venezolanos. Una de las habituales del sitio era BB e, incluso, fue amiga de Narciso Debourg, miembro fundador; parece que se animaba a cantar con ellos. 
A principios de la década siguiente, estaban pegados en Francia Los Machucambos, que precisamente hacían música latinoamericana, en sentido amplio. Trabajaban allí y consta que BB los vio y la impresionaron. Los músicos resultaron de dueños de L'Escale. 

L'Escale. Foto: Fernando Ríos.

BB en la historia de la radio.

Cuenta JES, en sus Historias al aire (p. 55), que la inauguración de las Emisoras Monserrate, el 30 de abril del 63, tuvo un programa de lujo: monseñor Emilio de Brigard bendijo los estudios en la mañana, se pasaron programas extranjeros realizados por sus amigos y “en la noche programación viva y música colombiana”. Invitó al compositor de El Cuchipe, quien habló por teléfono con BB, y cerraron la función con el estreno del tema cantado desde París.


Protocuchipe

Jaime Rico Salazar, en La canción colombiana, informa que nuestro bambuco se grabó en la Odeón de Buenos Aires, el 31 de octubre de 1938. Pero eso es otra historia: la de sus versiones nacionales. Mientras, los dejamos con una versión muy bailable, a cargo de los mejicanos Lobo y Melón, 1958. 

Fuente: 
Ríos, Fernando. Andean Music, the Left, and Pan-Latin Americanism: The Early History. Diagonal: Journal of the Center for Iberian and Latin American Music. Volume 2 (2009)page1image24544