miércoles, 2 de enero de 2019

Historias de la salsa: Agüeybaná

Los aficionados a la música bailable tienen buen conocimiento de la historia de Anacaona, "areíto de Anacaona", según cantaba Cheo Feliciano. Ahora, pocos saben que el areíto ya había sido motivo musical que inspiró a Armando Oréfiche la pieza homónima para los Lecuona Cuban Boys (1936). Otros pocos saben que Tite Curet completó la historia de la cacica taína, contando el cuento de su esposo Caonabo, en 1975.

Matanza de Anacaona y su gente. Fuente: Brevísima relación
de la destrucción de las Indias
, por Bartolomé de las Casas. 

Si a los caciques de La Española les fue mal, igual suerte corrieron los gobernantes de Borinquen. Agüeybaná. La historia conoce dos momentos: en principio, se cree que los conquistadores son dioses y se les teme supersticiosamente; luego, sus acciones se hacen sospechosas y, comprobada su naturaleza mortal, se les hace frente. Agüeybaná firmó la paz y entendimiento con la gente de Juan Ponce de León, en 1509. Situación que no duró, ante la situación de esclavitud a que se redujo a los nativos. La rebelión, dos años después, culminó con la aniquilación del cacique y su gente.
Frankie Rodríguez, en este caso, es el compositor de Agüeybaná Zemí, grabado por el conjunto de Jerry González (1980). Poco antes, la orquesta La Consagración le había dedicado su homenaje al héroe borinqueño, composición de Vales y Rodríguez. Haciendo Punto en Otro Son le dedicó un Preludio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario