sábado, 14 de noviembre de 2015

Ismael Rivera, brasileño

De un interesante programa de salsas brasileñas, presentado por César Pagano, tomamos el capítulo referente al Sonero Mayor. 


El curioso origen de un clásico.

Primero nos referiremos a esa canción que sirve para cerrar los bares: Mi negrita me espera. Adaptación feliz, que muestra las posibilidades que puede haber en una canción más bien corriente. La original trata de un niño que no debe hacer esperar a su madre; la versión, del marido esperado por su mujer. Que sepamos, apareció en 1971, en el álbum Lo último en la avenida, grabado con Kako Bastar. 

Ismael




En el disco, dan el crédito a Carlos Suárez, pianista que conoció el original en Brasil, cuando fuera de gira con Myrta Silva. De allí lo llevó a Puerto Rico, donde lo adaptó con Tite Curet. 




O menino de Braçanã es una tonada de Luiz Vieira (1928) y Arnaldo Passos. Fue su primer éxito, en 1953.  Copiamos la letra: 


É tarde, eu já vou indo
Preciso ir embora
'té amanhã
Mamãe quando eu saí disse:
"Bichinho, não demora em Braçanã"

Se eu demoro mamãezinha tá a me esperar
Pra me castigar
Tá doido, moço, num faço isso não
Vou m'imbora, vou sem medo dessa escuridão
Quem anda com Deus não tem medo de assombração
E eu ando com Jesus Cristo no meu coração

Luiz Vieira

Roberto Paiva



La primera y mejor versión.


Dos años después, con sus Cachimbos, hizo el trabajo Por la maceta, donde trae otro número brasileño: Berimbau. Obra de Baden Powell (música) y Vinícius de Moraes (letra). El dueto brasileño la estrenó en el 1963. Hay una versión posterior, de Celia.




Este es el capítulo Ismael-Brasil: a Puerto Rico le ha traído mucho el barco que viene de tierras cariocas.

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