miércoles, 24 de julio de 2019

Leonor González Mina, La Negra Grande de Colombia

Leonor González Mina comparte con Celia Cruz una carrera musical que felizmente se impuso sobre un destino que pintaba para alguna profesión de la salud.
Leonor González ha llegado a la cima de los 85 calendarios, que comenzaron a correr en Robles (Jamundí, Valle). Para escapar hacia su verdadero destino, dejó su casa a los dieciocho años. Inició, con Manuel Zapata Olivella y su hermana Delia, la carrera musical, pero como bailarina. De Gira por París, en 1958, tuvo que hacer un relevo como cantante, y se quedó con el puesto.



El primer hito de su carrera es la grabación del álbum Cantos de mi tierra y de mi raza (1964). El trabajo se hizo realidad por la intercesión de Hernán Restrepo Duque, quien la bautizó La Negra Grande de Colombia. Allí se mezclan el folclor del Pacífico con los clásicos de la música antillana: Canoa ranchada, El pescador (J. Barros), Angelitos negros (A. Blanco), Murió la reina (R. Hernández), Canción del boga ausente (C. Obeso) y A la mina (E. Cabezas).
En la cuarta edición del Festival de la OTI, celebrada en Puerto Rico en 1975, La Negra alcanzó el tercer puesto, interpretando Campesino de ciudad (Cabas-De la Espriella; versión de Nati Mistral).
De Héctor Ulloa vocalizó Sol y sudor (cumbia); de Petronio Álvarez, Mi Buenaventura (currulao), La luna de Pilizá (Gómez-Camacho), Yo me llamo cumbia (M. Gareña), Navidad negra (J. Barros). No podían faltar unos boleros: Cartagena (Mejía-Otálora; versión de Pacho Galán) y Chocoanita (M. Garrido; versión del Trío Martino); asimismo el bambuco Cuatro preguntas (López-Morales; versión de Obdulio y Julián).


A los 25 años de carrera, fue condecorada
por el presidente Belisario Betancur. Foto: El País.

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