miércoles, 5 de abril de 2017

Mongo Santamaría y la percusión cubana

Ha dicho Leila Cobo que la historia de la música americana, en sus vertientes anglo y latina, quedaría incompleta sin Mongo Santamaría. No hay exageración en ello, como se verá en seguida. Si Chano Pozo, por motivos ajenos a la música, apenas escribió los capítulos iniciales, Mongo dejó una obra extensa, en más de medio siglo de carrera.


Mongo en 1967. Getty Images.
Profeta en su tierra.

José Rodríguez, Macho, es un nombre que no dice mucho a los seguidores de la música antillana. De seguro no figuraría en las historias del género, si su sobrino Ramón Santamaría (17-4-1917) no hubiese seguido sus pasos como maraquero y cantante de conjuntos de barrio. Luis Santamaría, primo de su padre, era asimismo cantante de ceremonias religiosas lucumíes. 

Mongo con tres tumbadoras, al lado de Beny, en la película Cuando el alba llegue,
de 1950, dirigida por J. J. Ortega.

Mas el propio Mongo y nosotros sabemos que no había de ser cantante. Su vocación se definió viendo tocar a Clemente Piquero, Chicho, bongosero que sería de la banda de Beny Moré. Su barrio natal, Jesús María, le marcaba igualmente el camino de los tambores religiosos afrocubanos.
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Aún adolescente, comienza su carrera con Alfredo Boloña y, luego, con los sextetos de Alfredo León y Carabina de Ases. Su estreno en disco tuvo lugar con la conocida Lecuona Cuban Boys, finalizando la década de 1930.


Meche Barba (1922-2000), la gran rumbera mejicana, en Cuando el alba llegue.




En 1948, Mongo siguió a Méjico, donde se juntó con los Cuban Black Diamonds. Allá enfermó, por lo que su primo Armando Peraza fue a visitarlo. Peraza se quedó como bongosero del grupo. Parece que los bailarines ya estaban allá. El 49 lo pasan en USA; Mongo vuelve a Cuba a tramitar una visa definitiva y retorna en el 50. 
En USA.

No es fácil establecer la evolución y aceptación de la percusión latina en el mundo norteamericano. Sabemos que el binomio Gillespie-Pozo dejó las bases de la obra; sin embargo, la recepción no parece haber sido general, debido a factores extramusicales como el racismo. Según los entendidos, será el binomio Tjader-Santamaría el que logre, al fin, imponerse en la Unión. Entre otras, porque su base de operación era San Francisco. No se detuvo allí: del jazz afrocubano pasaría al mundo del Rhythm and Blues. Pero vamos por partes...
Trabaja con Marcelino Guerra, Johnny Seguí, Gilberto Valdés y Pérez Prado, con quien graba por primera vez tocando las congas, en 1951, en sesiones que duraron entre mayo y octubre. Entre los números figura Lupita, Mucho, mucho, muchoMama y tata, entre otros.

Mongo fue bongosero hasta que llegó a la orquesta de Gilberto Valdés,  en 1950.


En 1952, entra en la banda de Tito Puente. Con el vibrafonista y timbalero permanece por un lustro, época que los expertos juzgan el sólido inicio de su carrera. Existe, en la red, el álbum Mamborama, 1955; Puente in Percussion, 1956; Top Percussion, 1958.  

Tito Puente, Mongo y Gilberto Monroig en la campana (1953: courtesy of Joe Conzo Sr.)


Conzo y Pérez, biógrafos de Puente, refieren una inolvidable historia del Palladium, la meca de la música latina en Nueva York. En el escenario, había sendos timbales para Puente, Bobo y Mongo. Los músicos exhibieron todas sus capacidades, tocando simultáneamente. Como si fuera poco, Puente cerró el show bailando.


Lo mejor de la percusión latina en ese momento: timbaleros y congueros.


Hasta fines del 57, en que Mongo y Bobo dejan a Puente (o él los botó, como a La Lupe) para formar una propia banda. Con buen éxito, aceptan la invitación de Tjader a California, en marzo del 58.
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Pero esa historia tiene sus antecedentes. En 1955*, Mongo y Bobo conocen a Tjader, en el Club Macumba de San Francisco, cuando ambos formaban con Tito Puente. De la mano de este par, Tjader aprendió los misterios del 6/8. La unión fue mutuamente productiva: cuenta Mongo que, en tres meses con Tjader, se hizo más famoso que en los siete años con Puente. Lo mismo que le había pasado a Peraza con Shearing.






Un paréntesis es la grabación con Dizzy Gillespie y el arreglista Chico O'Farril: allí figura Manteca Suite.
El 20 de noviembre del 57, Tjader graba tres números con una formación latina de antología: Peraza, Mongo y Bobo en el ritmo; Chombo Silva en el saxo y Bobby Rodríguez en el contrabajo. La sesión produjo: PerdidoMongorama y Perfidia Cha Cha.
Septiembre del 58: Mongo contribuye con sus inspiraciones ¿Tú crees que? y Mi guaguancó. En diciembre del mismo año, graba acompañado de estos elementos: Francisco Aguabella, Modesto Duran, Carlos Vidal (congas) Willie Bobo (timbales) Pablo Mozo (campana, percusión). De Mongo son: Timbales y bongóYambúConga pa gozar, Mi guaguancó y Congobel.
Vuelve con Tjader, acompañado de cuerdas. Suya es Martha; de la misma onda que Quizás, quizás, quizás. De otra sesión: Mi chinaGuajira at the Blackhawk y de Pedro Flores, Contigo
En el invierno 58-9, versionan la clásica A Night In Tunisia. En el 59, aparece uno de los propios clásicos de Mongo: Afro Blue, estreno del chéquere y el batá en el mundo del jazz, junto con Tumbao.


Una reseña más bien tibia de Afro Blue en Billboard, 5-10-1959.


Aquello fue en abril; en mayo graba con sus colegas un trabajo titulado con su apodo Mongo. Ahí está el son Monte adentro. En mayo, Mazacote.
1960: Manila; comienza Mongo con fusiones, como Cha Cha Rock, y mucho chachachá, como Viva la felicidad. Un guaguancó, en voz de Carlos Embale y composición de Aguabella, Complicaciones; otro del propio Mongo: MéxicoPara ti (versión de González-Lechner).
De su primera grabación para Riverside (1962), podemos aducir su composición Carmela, junto con Hombre, de Marcelino Guerra y voz de Eliot Romero. 
Es la era de la pachanga, por ejemplo su Chombo chavada. Junto a Chombo Silva, Pupi Legarreta  y Rolando Lozano conformaban la charanga. Otra suya, Come candela. No se puede omitir la presencia del pianista Joao Donato, con quien compusieron Entre amigos. Lo cual seguro explica una pachanga en portugués: Pay Joaquin. Y el clásico Manteca. Sin dejar de lado experimentos a lo Pachanga Twist y Merengue changa, o más tradicionales como Las guajiras; clásicos anglo como Body and SoulClose Your EyesTenderly y All The Things You Are, donde el saxo no deja que desear. Una rareza colectiva: Bacoso

El disco pone "instrumental"; en otros se da crédito por "vocal, effects", a La Lupe y a Martínez.

Para 1963, la pachanga es cosa del pasado. Graba entonces el famoso Watermelon Man (con la voz de La Lupe) y el clásico latino The Peanut Vendor, en un ambiente de bugalú. Del disco de presentación de La Lupe se recuerdan Este mambo y ¡Error! Referencia de hipervínculo no válida..
Del trabajo en vivo desde el Village Gate tenemos un solo llamado My Sound. De repente no está Willie Bobo en los timbales: su remplazo, Carmelo García compone Ritmo negro; Marty Sheller propone la descarga Cuidado. Clásicos sueltos: La bamba, un exquisito Summertime. Una tradicional de Mongo, Ole guajira.
Agotado el bugalú, en 1966 produce un álbum considerado su incursión en el pop. De allí sacamos: I Got You (I Feel Good)In the Mood(I Can't Get No) SatisfactionDay Tripper (Lennon-McCartney). 
Un número brasileño de R. Grant, Mongo-Nova, y uno del propio Mongo, Bossa negra; junto con la descarga Cuco y Olga.


Cambio de década y de banda. Solo continúa Marty Sheller, encargado de la dirección.


Luego temas funk, como Cold Sweat (Brown-Ellis); sonido que continúa en la década de 1970, pero con temas originales: Mo' Do'Grass RootsDedicated to Love. Una composición de Peraza-Pérez, Saoco. Versiona, en 1970, la inacabable canción de Iron Butterfly In-A-Gadda-Da-Vida. En 1971 graba en vivo una participación en el Festival de Jazz de Montreux. Repite Come candela, contando con el piano de Eddie Martínez. Del colombiano luego graba Little Angel. Vuelve Mongo por la senda rock-funk con su número Fingers y fijando otro clásico con Bésame. Ya no lo acompaña Eddie, sino Joe Madrid y Justo Almario en el tenor, de quien graba Malcolm X. Del trompetista fluminense Claudio Roditi registra Teminha pra bebe
En 1973 es invitado a la tarima de Fania en el Yankee Stadium. De dicha jornada es célebre el debate de tumbadores con Barretto, Congo bongo. De otro trompeta, chicano, graba Dr. Gasca más la fusión Coyulde.
En 1975 estrena otro de sus clásicos, Mambo Mongo, composición de William Allen. De Almario, Los indios y The Promised Land.

En 1973, Mongo alineaba dos colombianos: Almario y Madrid.


El año siguiente trajo otro tema universal de la obra de Mongo: Sofrito. De sobra conocido, apenas diremos que el propio Mongo picó las verduras para el sofrito que ilustra el disco. El pianista es Armen Donelian, remplazo de Joe Madrid, quien sumaba así el segundo trabajo con la banda y se faja la improvisación de entrada. La primera versión (1972) corrió a cargo de Eddie Martínez, siguiendo un arreglo del propio compositor Neal Creque. Esta es la versión original. Ese mismo año graba con el vocalista Justo Betancourt, entre otros, Cantándole al amor, de Almario, y varias suyas, como los boleros Miedo y No me importa; el canto abacuá Ubane y la Cumbia típica. Una canción de Joe Gallardo, con las vocales de Blades y Adalberto Santiago: Amanecer
Mongo pasa por los ritmos anglo, por la pujante salsa y, de cuando en cuando, paga tributo a sus raíces. Así lo have en Drums and Chants (1955, reeditado 1978), añadiendo elementos nuevos como flauta y trompeta al ambiente de rumba: Margarito y Congo manía. Una bella obra de Marcelino Guerra, Guajiro
Gana en 1977 el Grammy latino por su álbum Dawn.


Mongo fue, entre otras cosas, precursor del crosóver, como lo testimonia esta nota de Billboard,
a propósito de su recepción en el hall de la fama de la música latina (28-4-2001).



A mí no me engañan (You Better Believe It), como su título lo muestra, es una especie de bugalú nostálgico, de Guerra-Santamaría. Sambita es obra de Gellardo-Almario. My Life Again es propiedad del binomio Almario-Thornton, que nos pone ya en la década de 1980. En la onda tradicional, Bonita
Hace tres décadas, Mongo produjo tal vez el último de sus clásicos: Mayeya, con la colaboración de Charlie Palmieri. Ello no le impide versionar los hits Smooth OperatorSweet Love y el ya añejo Day TripperCu-bop Alert, de Ray Vega, nos hace recordar los orígenes del género. Hay originales, dignos de mejor difusión, como Con mi ritmo, de Ray Martínez. El trompetista y productor Marty Sheller acompañó mucho tiempo la banda, también componiendo temas como Mother JonesSoca Me Nice y A Kiss in Her Glance.
Ya en la década de 1990, presenta Mongo La mogollaBrazilian SunsetBahia, de Ary Barroso. 
De un disco que duró engavetado treinta años, tenemos: ObataláMi reina guajira, Me and You Baby (Picao y tostao)SheilaBoogaloo Wow, de Justi Barreto. 

Este es apenas un vistazo a una obra extensa, con la excusa del centenario de su protagonista. De ñapa, una versión en vivo de Saoco, Montreaux 1971, donde Mongo y Peraza se emplean a fondo. Allí también estuvo E. Martínez.


Nota de prensa sobre la celebración del Grammy.




*En una batalla por la corona del mambo, entre Tjader y Puente, en 10 y 11 de agosto. Sin embargo, Tjader había visto a Mongo tocar en el 53. Cal Tjader: The Life and Recordings of the Man Who Revolutionized Latin Jazz, por S. Duncan Reid.

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