miércoles, 20 de abril de 2016

Sin negro no hay... jazz latino: Gillespie-Pozo-Bauzá

Antecedentes.


No hablaban el mismo idioma, pero en tarima se entendían.


Entre los jazzistas gringos, el primero que parece interesarse por lo afrocubano es Dizzy Gillespie. En efecto, trabajaba con Alberto Socarrás en 1938, no solo como trompetista, sino como maraquero. Allí conoció la clave, según confesión propia.
Luego viene Bauzá, a quien Gillespie no dejaba dormir con sus pesadillas, por la misma época. Por él ingresó a la orquesta de Calloway, a tiempo que lo interesaba más en la importancia de la música afrocubana. 
Calloway grabó, a instancias de Bauzá, unos temas de orientación latina (Chili con conga, fox-trot conga; Vuelva, bolero son; grabados el 17 de octubre de 1939). Gillespie, el baterista Cozy Cole y Bauzá ensayaban ritmos cubanos en sus ratos libros. Dizzy, pensando en el futuro, le confesaba a su compañero que, cuando tuviera su banda, incorporaría percusión cubana.

Chili con conga


Gillespie, antes de casarse con su singular trompeta.


El elemento cubano.

Uno no puede menos de pensar que la convivencia física de estos grandes músicos es una metáfora de la esencia del jazz afrocubano.

El propio Dizzy lo dijo: los negros gringos fueron privados de sus tradiciones, hasta el punto de que se les prohibió tocar sus tambores. Luego se les evangelizó y, en consecuencia, musicalmente produjeron spirituals. Los cubanos no, y tuvieron que enseñarles a sus hermanos del norte qué hacer con las “tom-tom things”, como Dizzy llamaba las congas.
Pues bien, cuando formó su banda, acudió a Bauzá para que le recomendara un conguero. El elemento era Chano Pozo, como todos saben. A principios de 1947, Chano llega a la escena de Nueva York, de la mano de Miguelito Valdés y Bauzá.

Chano había tocado ya en La Habana con el cuarteto de Jazz del pianista Mario Santana. 

La discografía.

El 29 de septiembre de 1947, el Carnegie Hall de Nueva York ofrece un concierto histórico. Dizzy Gillespie con Chano Pozo, junto con el bongosero Lorenzo Salán, interpretan Cool Breeze, Relaxin’ at Camarillo, One Bass Hit, Wearness, Salt Peanuts, Cubana Be-Cubana-Bop, Hot House, Toccata for Trumpet, Oop-Pop-a-Da y Things to Come. Del repertorio, Cubano Be-Cubano-Bop se considera una de las actas de nacimiento del jazz afrocubano. El 22 de diciembre, Gillespie y Pozo graban Cool Breeze, Algo bueno y Cubano-Be Cubano-Bop, con la voz de Chano. La pieza resulta de la colaboración entre Gillespie, Pozo y George Russell.

Cubana Be


El 27 de diciembre de 1947, Chano y Diz estrenan juntos, en el Town Hall: Tin tin deo (una rumba de Pozo llamada O-Tin-Tine-O) y Manteca, tema que se constituirá como tercer pilar de la trilogía fundacional del jazz afrocubano, tras Tanga (Mario Bauzá)  y Cubana Be-Cubana Bop

Manteca

Tin tin deo

En el mismo mes, Stan Kenton graba cuatro números con ritmo completo: Carlos Vidal (congas) Jack Costanzo (bongos) José Mangual (timbales) Machito (maracas):


Ya en 1948, de gira por Europa, se presentan en París los días 20, 22 y 28 de febrero; siguiendo a Lyon y Marsella. Sábese, por la tapa de un disco, que Chano salía de la penumbra, desnudo el torso, cargando su conga y empezaba a cantar.
Las tumbadoras de Chano aparecen en el tema Afro Cuban Suite, un arreglo de Cubana Be Cubana Bop, con notoria parte vocal afro. 

Afro-Cuban Suite

De vuelta, reconocidos músicos como Fats Navarro, Tadd Dameron, James Moody, Art Blakey, Ted Stewart y otros lo llaman para acompañarles en sus actuaciones o para grabar. 

Tin tin deo.


Tapa que reconoce el papel de Chano,
aunque no es claro si es de la época o moderna.

Este número de Pozo, por alguna razón, no lo estrenó Gillespie. Apareció en un disco de James Moody y los Modernistas, grabado el 25-10-1948.



Ya sin las vocales de Pozo, Gillespie lo ejecuta en 1951. En su remplazo está Sabú Martínez, al parecer no por primera vez. Consultando las discografías, la sesión de 29-12-1948 tuvo estas variantes: Joe Harris (congas) Sabu Martinez (bongos), cinco piezas. Una de ellas, del propio Chano:


Epílogo.


Rumbiando en Cuba, en su viaje del 88.

Volviendo atrás, sabemos que Gillespie al fin forma su orquesta, hacia 1946, poniéndose al frente de la nueva onda del bebop. Por la época que graba los números afrocubanos, el bebop era ya tendencia, si bien de corta duración. Hacia 1950 deshizo el grupo, al parecer por cuestiones económicas.

Así termina la década del 40, clave para la historia de la música latina. Queda entonces por examinar qué pasó en la década siguiente, quiénes fueron los directores que siguieron la huella de Gillespie y quiénes los percusionistas continuadores de Pozo.

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