Es probable que Eliseo Herrera, oyendo hablar a su madre, en una especie de clave para que nadie se enterara, no sospechara que esas jerigonzas serían la clave de su éxito artístico. Una muestra: la señora le diría al marido "epestapa vipiepejapa sipi epes chipismoposapa (esta vieja si es chismosa)".
Casi es excusado decir que Eliseo, compositor popular, llevaba una vida humilde como estibador y ayudante de bodega. Que le alcanzó, sin embargo, para construir su pensión en Colpuertos.
Acaso su personalidad caribe se patentice en el hecho de tener dos hogares, con igualdad de privilegios, ser padre de 17 hijos, que a las señoras les montara sendas tiendas "para mantenerlas ocupadas", y que divida salomónicamente su pensión y sus regalías entre ellas.
La obra de Eliseo Herrera se estrenó, por supuesto, con Los Corraleros. Sin embargo, nos pusimos a buscar otras versiones. Empecemos:
Una de Billo:
La yerbita
Otra versión, con piano notorio:
Joseíto Mateo
Una más, en órgano:
Tulio E. León
Una, muy femenina:
Las chicas del Can
Otro de los grandes, por Óscar D'León:
La adivinanza
Tal vez el más sonado, por Wilfrido:
El vampiro
Una rara, de Franck Pourcel:
La burrita
Los datos son de Eliseo sigue siendo 'el rey' de los trabalenguas
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