lunes, 27 de enero de 2014

Más sobre latinajos y traducciones.

Ya tenemos dicho algo sobre el oximorónico lente currite ovidiano, quedándonos en Nabokov y las cascaritas que les pone a sus traductores.

Pues bien, la cosa viene de antiguo, remontándose hasta Marlowe, a falta de datos de otros municipios. A Christopher Marlowe lo despacharemos rápido, pues nada frecuentamos su isla y su isabelina época. Baste decir que vivió poco (1564-93: 29 años y un cuarto) y murió oscuramente, y que hizo su Bachillerato y Maestría en Artes en Cambridge. Importa saber, además, que publicó traducciones de los ovidianos Amores y del primer libro de la Farsalia de Lucano. Sus Amores fueron prohibidos y públicamente quemados por un arzobispo que los tuvo por material ofensivo.


Tales son los antecedentes de Marlowe. Ahora bien, ¿cómo usa el verso ovidiano?.  
El Doctor Faustus es una obra compuesta en prosa y verso. Prosódicamente se sirve del verso blanco, muy corriente en la poesía inglesa y que el autor y Shakespeare llevaron a su plenitud a fines del siglo dieciséis. El verso blanco inglés consiste en un pentámetro yámbico: en cristiano, cinco yambos, constando cada uno de un par de sílabas átona-tónica. En plata, versos decasílabos sin rima, como era el uso en la poesía antigua.


Pues bien, ya sabemos en qué molde estaba vaciando Marlowe sus versos. Resta saber cómo era el original ovidiano. Volvemos a copiar parte del lugar en cuestión:

Amores I XIII 39-40

at si, quem mavis, Cephalum conplexa teneres,
    clamares: "lente currite, noctis equi!"


Ovidio se sirvió de dísticos (dos versos) elegiacos, consistentes en la unión de un hexámetro (seis medidas o pies) y un pentámetro (cinco). La frase que Marlowe usó corresponde al final de un pentámetro. En este punto Marlowe debía decidir cómo adaptar la estrofa ovidiana (dístico elegiaco) a la forma propia de su verso blanco (pentámetro yámbico). Es decir: cómo pasar de la combinación de sílabas largas y breves, a la de átonas-tónicas. En fin, Marlowe tomó parte de un pentámetro latino y formó un verso blanco inglés, sin que quede claro cómo ha de escandirse. Adiciona una interjección y repite el adverbio (o lente), seguramente para darle más patetismo al discurso en primera persona.

Son las once, réstale a Fausto una hora de vida (V II):

Now hast thou but one bare hour to live,
And then thou must be damned perpetually.
Stand still, you ever-moving spheres of heaven,
That time may cease, and midnight never come.
Fair Nature's eye, rise, rise again, and make
Perpetual day, or let this hour be but
A year, a month, a week, a natural day,
That Faustus may repent and save his soul.
O lente, lente currite noctis equi! 



Tal la alusión ovidiana de Marlowe. No sabemos cómo citaba Nabokov, pero pudo ser de memoria, como parece indicarlo la omisión de un lente y que utilice softly donde los comentaristas de Marlowe siempre ponen slowly. Aunque es obvio que Nabokov no está traduciendo sino haciendo una suerte de paralelismo. Recordemos el pasaje en cuestión: O lente currite noctis equi! O softly run, nightmares!.

Coda. En pesquisas bibliográficas de última hora, noto la siguiente curiosidad: la versión francesa publicada por Gallimard da cuenta del latinajo, pero le ahorra las pesadillas. Copiamos: O lente (…) Nous gravissions des côtes interminables et les redescendions (…). La versión alemana publicada por Rowohlt vuelve a poner las cosas en su sitio: Lauft langsam, o Nachtmähren.


Hallamos asimismo la versión inglesa de la oda ovidiana que ha causado estas notas. Copiamos el fragmento específico:


Thou leav'st his bed, because he's faint through age, 
And early mount'st thy hateful carriage: 
But held'st thou in thine arms some Cephalus, 
Then would'st thou cry, 'Stay night and run not thus'.




1 comentario:

  1. De una entrevista a Nabokov:

    What is your relation to the translations of your books?
    NABOKOV: In the case of languages my wife and I know or can read—English, Russian, French, and to a certain extent German and Italian—the system is a strict checking of every sentence. In the case of Japanese or Turkish versions, I try not to imagine the disasters that probably bespatter every page.

    (Sin embargo, en la francesa se engulleron las pesadillas).

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