jueves, 23 de enero de 2014

De latinajos y traducciones.



Acudiendo tarde a la lectura de Lolita, encuentro una frase latina que parece haber hecho zancadilla a un traductor.
Nabokov, ya en su aristocrática infancia, poseía el inglés y el francés, a más de su lengua materna. Exiliado con su familia en Inglaterra, estudió en el cantabrigense Trinity College, primero Zoología y luego Eslavística y Romanística. A pesar de dicha formación, no menudean las citas clásicas en la novela.


Pues bien, el pasaje que vamos a comentar ocurre en la segunda parte, capítulo 18: O lente currite noctis equi! O softly run, nightmares!.

Veamos primero la frase latina. Es propia de Ovidio, Amores I XIII 37-40, si bien el original no contiene la interjección.

illum dum refugis, longo quia grandior aevo,
    surgis ad invisas a sene mane rotas.
at si, quem mavis, Cephalum conplexa teneres,
    clamares: "lente currite, noctis equi!"

Refiérese a una dama que se le escabulle a su valetudinario consorte, tomando el carro tempranito; pero que, de estar con su amante, rogaría a los caballos de la noche que moderaran el paso.  

Por muy diverso motivo, HH clama por que los caballos del carro de CQ, que lleva tiempo persiguiéndolo, vayan más despacio.  De ahí que insista en la idea de que sus ‘pesadillas’ corran lentamente. Se ha notado, además, el juego de palabras nabokoviano noctis equi y night mares.

Erudición aparte, veamos cómo traducen la frase inglesa en las dos traducciones castellanas que conocemos. Principiemos por la de Tejedor: ¡Oh corred suavemente pesadillas!. No se complica para nada, ni siquiera en ponerle la forzosa coma del vocativo. Ahora pasemos a la de Roca: ¡Oh con qué lentitud corren las pesadillas!. A más de la amplificación, nos aclara en nota al pie: Frase latina que significa “¡Oh, con qué lentitud corren las yeguas de la noche!”. Juego de palabras con las expresiones inglesas night mares, “yeguas de la noche”, y nightmares, “pesadillas”. (N. del T.)


Permítasenos aquí romper un florero por la lesa latinidad, con aditamento de ciertas licencias intestinales de que da cuenta la Historia Patria. Principiemos por que con semejante traducción de la frase latina lo hubiéramos rajado en latín básico. Se supone que cualquier escolar europeo, más si da en traductor, conoce la diferencia entre el imperativo y el indicativo latinos. Ahora bien, ¿de dónde yeguas, señor traductor?. Eso le pasa por seguirle el juego a Nabokov con sus night mares.
Que el traductor no sepa latín puede ser muy normal en los tiempos que corren (currunt, currite, y ya casi conjugamos todo el plural…), pero esa traducción amplificada de la frase inglesa no creemos que deba pasarse, precisamente cuando alguien traduce del inglés. En este caso, el desconocimiento del latín le hacen forzar una frase inglesa y destruir el juego del original.
Hay más sobre la tradición de los noctis equi, pero se dirá luego. Por ahora recomendamos estar pendientes de que no nos ocurra lo del traductor citado, que sin duda aliquando dormitat.


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