lunes, 16 de septiembre de 2024

Sérgio Mendes, un vistazo

Nadie puede sorprenderse que una fiebre musical dependa de la conjunción de los negocios y la política. Ello volvió a ocurrir cuando un empresario musical gringo llegó a los bares de Copacabana, en 1962, de la mano de un cicerone de difusión cultural de Itamaraty. El estreno de la bossa nova en los Estados Unidos se celebró la noche del miércoles 21 de noviembre de dicho año, en el Carnegie Hall. En esa histórica función participó Sérgio Mendes, quien hoy “se nos adelantó”.


La bossa fue una moda asociada a la juventud. Entonces
se dijo que la falta de baile obraba en su contra.


Del concierto se editó un disco, que trae a Mendes y el sexteto Bossa Rio, integrado por Paulo Moura (sax), Pedro Paulo (trombón), Octávio Bailly (contrabajo), Dom Um Romão (batería) y Durval Ferreira (guitarra), interpretando Samba de uma nota só, música de Tom Jobim y letra de Newton Mendonça, al inicio del show. El espectáculo se repitió, quince días después, en el Lisner Auditorium de la Universidad George Washington.

Mendes ya había grabado un elepé, en 1961, Dance moderno, donde ya mezclaba las obras del jazz con el repertorio brasileño: Nica’s Dream (Horace Silver) al lado de Oba-lá-lá (João Gilberto, su versión de 1959).

Por esos días, los jazzistas gringos iban de romería al Brasil. Herbie Mann grabó Do the Bossa Nova con los mejores músicos locales. Mendes y su combo lo respaldaron en Menina feia (Oscar Castro-Neves) y Blues Walk (Clifford Brown). En seguida, grabaron un elepé con Cannonball Aderley, Cannonball's Bossa Nova, y el mejor repertorio: Minha saudade (João Donato) y Corcovado (Jobim), junto con Sambop (Maurício Einhorn Durval Ferreira) y Groovy Samba (S. Mendes).

Con arreglos de Jobim, versiona Desafinado, y Garota de Ipanema. Cambia de formato, ahora un trío, y llegó hasta el Japón. Establecido en los Estados Unidos, parece que solo le faltaba el toque mágico del músico y empresario Herb Alpert, quien lo presentó con su Brasil 66 en un álbum que pasó del millón de copias en ventas. Mendes y su bossa pop llegaron a la televisión, con la clásica composición de Jorge Ben, Mas que nada (aquí, en versión all-stars). Resaltamos la pieza Tim dom dom (João Mello-Codó), poco después versionada por el gran Ismael Rivera, que le quedó mejor a capella que grabada.

Otro número especial, por su significado en el mundo salsero, es Boranda (Edu Lobo); Morning (Clare Fischer), tan latina en la versión de Tito Puente. Hay una obra de un compositor cubano, al parecer, Maximiliano Sánchez Bimbi: Tristeza de amar.


Brasileiro mereció el Grammy en 1992, categoría World Music.


Pasó la bossa y Mendes volvió sus ojos a lo folclórico: la percusión brasileña. Un centenar de percusionistas hacen una espectacular Fanfarra, un samba roda escrito por Carlinhos Brown. La más popular del trabajo, Magalenha, también de Brown, mezcla de baião y samba-reggae. Pero todo esto se puede cantar en inglés con la canción What Is This, de la bahiana Carmen Alice.

Mendes grabó en 2006 una nueva versión de Mas que nada, con Black Eyed Peas.


Notas.

Dicionário Cravo Albin. Sergio Mendes.

Más sobre el contexto en Marc Myers, CBS News Eyewitness: 'The New Beat,' 1962.

Interesante la observación de Isabelle Leymarie sobre antecedentes de la fiebre de la bossa: desde 1956, los jazzmen gringos visitaban las jam sessions brasileñas.