lunes, 27 de noviembre de 2017

Paul Hawkins, latino por adopción

Cuando uno piensa en la música latina de los Estados Unidos, se remite a las ciudades de Nueva York y Los Ángeles. 


Con Patato Valdés. Foto: Jim Byers

Hoy hablamos de una figura de Washington, D. C., el bailarín y percusionista Paul Hawkins, contagiado por la fiebre del mambo y devoto de la música de Tito Puente y Machito. Por lo primero, se le reconoce por el primer instructor negro de la academia de Arthur Murray. Por lo segundo, participó en muchos grupos y fue una especie de anfitrión, como dueño que fue del Bohemian Caverns, de los músicos latinos que pasaban por la ciudad. Según las fuentes, fue conguero de Roland Kave y Los Diablos, grupo que tocaba en La Casbah y de quienes hallamos Anabacoa. Como timbalero y líder, tuvo las orquestas Los Tropicales y Siglo Veinte. Dice un rumor que la fama llegó hasta Nueva York, para desconcierto de Tito Puente, que no conocía ningún latino con semejante nombre. En todo caso, llegó a ser telonero del Rey en el mismísimo Palladium. A la inversa, cuando Puente iba al D. C. lo ponía en su formación, como lo hacía también Gillespie. Allí fue mentor de otro músico recién desaparecido, su colega Bobby Matos.
Entre sus últimas empresas musicales se cuenta La Jazz, que contaba con el bongosero Rudy Morales y una pianista gringa que, curiosamente, toma un nombre latino, María Rodríguez (en la pila, Jane Butler, 1926-98).

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