lunes, 9 de febrero de 2015

Pinceladas de Luis Carbonell

Basta oír una declamación de Luis Carbonell para entender la magnitud de su arte. Séptimo entre los hermanos y segundo declamador de la familia, Luis no pudo complacer a su madre en verlo como profesional del Derecho o la Medicina. 


A pesar de lo que revelan los retratos, no se creía actor. Foto: Roberto Koltun.


Principió como pianista acompañante y recitador en emisoras, a la edad de quince años, en su natal Santiago. Allí se dio a conocer generalmente con la recitación, en 1943, de la poesía A la Caridad del Cobre, de Manuel Sabater.
En el 46 viaja a Nueva York, donde se relaciona con sus paisanos Ester Borja y Ernesto Lecuona. De dicha estancia se destaca su aparición en un programa de la NBC y su recital en el Carnegie Hall*.
Vuelto a Cuba, dirige el programa Bacardí en la CMQ (1949-56). Aparte de las figuras que por allí desfilaron, Carbonell introdujo una novedad en la declamación: acompañarse de percusión, aprovechando que tenía orquesta. Como siempre, hubo quejas por la mezcla; mas al final se impuso y se volvió corriente entre los declamadores.


En 1954, acompañado de percusión. Fuente: lanuevareplica.com

Sus declamaciones son variadas, como lo comprobará la muestra:

Esa negra Fuló (Jorge de Lima, 1928; recitación de João Villaret).

¡Espabílate, Mariana! (Rafael Sanabria).

Balada del guajiro cubano

La Habana de ayer

En el último cuarto hay son


*No hay registros de dicho programa, por lo cual debió de tener lugar no en el salón principal, sino en el adjunto.
** César Pagano ha publicado apartes de varias entrevistas en Javeriana Estéreo.






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