lunes, 10 de marzo de 2025

Roberto Ledesma, centenario

El pasado año 2024 se cumplieron dos centenarios en la música latina: un instrumentista y un cantante alcanzaron esa redonda cifra y han seguido, al parecer con buena salud. Willie Rosario, el timbalero puertorriqueño, y Roberto Ledesma, el cantante cubano que será tema de este homenaje. Ledesma nació el veinticuatro de junio de 1924, en La Habana, e hizo la mayor parte de su carrera fuera de la Isla. Veamos su trayectoria, a partir de sus propios recuerdos [John Cerón - El Tiempo]:


En la tapa, se promocionaba No como el gran éxito de Ledesma.


Yo tocaba la clave y bailaba, esto hacía que él siempre me tuviera presente en sus eventos. Empecé cantando en los coros de la iglesia y el colegio. En el barrio junto a Óscar González y José Antonio Méndez formamos un trío. Alegrábamos las reuniones y la gente ya nos trataba como profesionales. Grabamos en la emisora La Loma del Mazo en Cuba y nos pagaron 10 centavos.

Quedé huérfano de padre a los diecisiete años y tuve que responder por mis hermanos. Aunque era el segundo, siempre llevé la custodia, ya que era muy decidido. Recuerdo que el ciclón de 1944 tumbó la casa: quedamos sin dinero, sin ropa, en la calle. Gracias a los vecinos que eran como nuestros parientes nos levantamos hasta que yo me hice electricista, mecánico y plomero; sin embargo, nunca fui profesional: tenía que trabajar y salir adelante como lo hice con la música.

El huracán de 1944 fue una emergencia que se presentó los días 17 y 18 de octubre [Delfín Xiqués Cutiño, Granma - Ochenta años del terrible huracán de 1944]. 

"Entre las nueve y las once de la mañana del día 18 de octubre, La Habana sufrió los vientos más fuertes del huracán, con rachas estimadas de 200 a 240 km/h. Incluso, durante alrededor de 75 minutos se mantuvieron por encima de los 224 km/h, mientras vientos sostenidos en el orden de los 90 km/h, persistieron a lo largo de 18 horas, de acuerdo con un estudio posterior realizado por los meteorólogos cubanos José Carlos Millás y Roberto Ortiz. Según informes oficiales, al paso del fortísimo huracán hubo que lamentar la muerte de 319 personas, en tanto los daños materiales fueron cuantiosos y ascendieron a unos 40 millones de pesos de la época".

Semejantes catástrofes no pasaban inadvertidas a la pluma de don Miguel Matamoros, sobreviviente de una y que nos dejó El Trío y el ciclón [grabado el 24-2-1931, como cuarteto], con referencia al ciclón San Zenón, una especie de recibimiento de la Naturaleza al gobierno de Rafael Leonidas Trujillo, el tres de septiembre de 1930**.

Volvamos al inicio de la carrera profesional de Ledesma:

A comienzos de los años cincuenta, el compositor cubano José Antonio Méndez me buscó, por petición de los hermanos Ernesto y Eugenio Orta, para que cantara en el Trío Martino. Me gustó la idea y me fui para México. 

(...) En esa gira incluimos a Colombia. A la primera ciudad a la que llegamos fue a Medellín; luego siguió Bogotá, allá sentimos un frío de bárbaros. En el hotel pedimos calefacción y nos dijeron que no había; en remplazo nos dieron unas colchas. Cuando me cobijé me dio un sarpullido del calor que levantaban. Allá tocamos en varios lugares, era el año 1952.


El Tiempo, 24-4-1952. El dato importa, pues es unánime
la versión de que el estreno de Ledesma con el trío fue en el 53.


Éramos un trío romántico y bailable. En los shows solo teníamos un micrófono para todos, pero hacíamos un escándalo terrible y gracias a ese escándalo el público nos admiraba y decía: ‘¡Qué alegres! y ¡qué bien que suenan!’ Fuimos los primeros en bailar en el escenario. Hoy en día todos lo hacen. Grabamos La gloria eres tú, Nosotros, La fiesta de los ratones.

A propósito del Martino, hay varias curiosidades. La primera, un caso de homonimia que explica así Díaz Ayala [Cuba canta y baila, vol. II]:

Existieron dos tríos Martino: uno compuesto por tres colombianos de Nariño, Hugo Ordóñez, Luis Criollo y Sixto Insuasty. Posiblemente las grabaciones Odeón que siguen corresponden a ellos.  Y otro Trío Martino de los hermanos Ernesto y Eugenio Orta, en el que participó un tiempo Roberto Ledesma, al que deben pertenecer las demás grabaciones (Rico, obra citada, pág. 533).

Entre "las grabaciones que siguen" no están las mencionadas por Ledesma. Falta ver cuánto sabía Rico Salazar de los dos tríos homónimos...***

Lo único familiar es una grabación en la Odeón argentina de Mira que eres linda [Julio Brito: Od-55814], uno de los posteriores éxitos de Ledesma. Veamos qué pasó entonces:.533

)

Después de ocho años de estar con el Trío Martino, me lancé como solista. Esa decisión se la consulté a mi amigo Pepe Fernández, que en paz descanse. Él era el dueño del restaurante La Barraca, donde yo trabajaba. Le dije: "Yo me quiero hacer un nombre internacionalmente y que la gente me reconozca como Roberto Ledesma". Me respondió: ‘Yo no quiero que te vayas del trío, pero sí tú piensas que vas a triunfar solo y pasando trabajo: ¡hazlo!’. Ahí empezó mi vida como solista. Me quedé en Nueva York y toqué con la agrupación de José Fajardo y estuve en algunas presentaciones con las orquestas más grandes que había en ese momento, la de Tito Puente y Machito; no fue nada fácil abrirme camino.


El Tiempo, 27-4-1952. El Trío también anduvo por la plaza de toros.

Arranca pues el Ledesma solista, en los Estados Unidos.

Cuando llegamos a Nueva York, en 1957, caminamos por Broadway y en un local escuchamos y sentimos música rítmica. Era una guaracha bien tocada. Si la memoria no me falla era un miércoles y nos acercamos. La sorpresa fue mayor cuando en el escenario estaban Tito Puente, Machito y Tito Rodríguez. Para entrar pagamos dos dólares. Vimos americanos y judíos bailando. Al Palladium le cabían más de 500 personas.

Reparaba Cerón en el hecho de que, para nosotros Ledesma, es bolerista casi exclusivamente:

Es cierto, la gente me conoce como bolerista, pero yo canté todos los ritmos cubanos cuando no se conocía el término salsa. Si en Cuba tú no cantabas boleros y guarachas no te contrataban y yo siempre he tenido esa facultad.

Hay un número con qué Ledesma se consagra en la escena: Con mi corazón te espero. Así es la historia:

La primera vez que la canté y la grabé fue con José Fajardo, en 1961, en Nueva York. Eso fue para la casa disquera Columbia. Después la grabé cinco veces más en diferentes sellos musicales, pero fue con el sello Gema, de mi amigo Guillermo Álvarez Guedes****, que en paz descanse, cuando se dio a conocer por el mundo. Esa fue mi primera grabación como solista. Mi amigo Luis García, que en paz descanse, luego de escucharla me dijo que él ya la había grabado en ‘el tiempo de la nana’, ¡Imagínate cuánto tiempo pasó! Pero mi versión es la que más ha gustado.


Primera grabación de Con mi corazón te espero: Ledesma respaldado por Fajardo.



Hagamos, pues, un paréntesis para hablar de la composición de Humberto Suárez. Efectivamente, en el álbum Mister Pachanga, de José Fajardo, aparece el bolero. Díaz Ayala identifica al cantante con la sigla RL [en realidad, un dueto que alterna con Ledesma solista], pero cree que el trabajo es de 1963
Parece que la primera versión fue la de Panchito Calimano y su Combo, en 1961, álbum Báilame el dengue. En 1963, tendríamos la que hizo con José Fajardo y otra, la de Gema, con las orquesta de Julio Gutiérrez y Pepé Delgado. En 1964, Carmita Jiménez y Lucho Gatica ofrecen sus versiones. En el Perú, hubo la de Alfredo Valdez, en 1965. En la escena mejicana, tenemos versiones por la Sonora Santanera y Javier Solís, en el bolero ranchero.
Hasta donde permiten saber los datos de internet, el primer registro del bolero le correspondería al también cubano Raúl Ferrero, en 1958.

Entre las rarezas, presentamos una grabación del Uruguay: el Grupo Latino, a secas, versionó Con mi corazón te espero, en 1968; voz de Artiguitas, el encargado de los boleros. La composición de Suárez se llevó al campo de la rumba flamenca: La Cañeta de MálagaBambino.

Antes de pasar a proponer una antología de Ledesma, conviene dejar sentado que en Colombia hizo muy buenas versiones en vivo, con músicos locales, como esta. Creemos que debe ponerse al lado de esta obra maestra una joya de los mismo quilates: Camino del puente (en vivo, Bogotá), de Pedro Rigual. Luego tiene que estar La pared (en vivo, Bogotá), de Roberto Angleró, que le mereció disco de oro. Siguen ¿Dónde estás, corazón?, de Luis Martínez Serrano; Se me olvidó tu nombre, de Raúl Rosado; Noche de ronda, de Agustín Lara; Nosotros, de Pedro Junco; El malquerido, de Soriano - Gonçalves - Quiroz. Emulando con el gran Fernando Álvarez, Humo y espuma (Rolando Solórzano).

Antes de pasar a la obra de Manzanero, conviene destacar un número que al parecer Ledesma no grabó: está registrado en su presentación en vivo en Bogotá, obra del dominicano Rafael Solano, Y si mañana [desde 24:18], que ha cantado Francis Santana

Sobre la era Manzanero, Ledesma afirma haber sido el primero en grabarle al mejicano. La primera canción fue ¿Qué vas a hacer? De esta parte del repertorio hay que tener en cuenta No, Parece que fue ayer, Adoro, Contigo aprendí, Yo no soy tu amigo, Esta tarde vi llover, TodavíaTe extraño y Somos novios.

Ledesma en Colombia.

Ya vimos, hay que repetirlo, que Ledesma vino con el Martino en 1952. En entrevista a Miguel Ayuso, indicó que su primera venida como solista fue en 1966. Entonces, venía a estrenar Muchísimo (Elena Casals), época en que también vocalizó una composición de Mirta Silva, ¡Muchas gracias, mi amor! Para 1982, cuando se presentó en Espectaculares JES, ya ajustaba catorce venidas al país. Siempre, en las entrevistas, hacía mención especial de este público.


Notas.

*Parece ser la 2LC, luego CMCQ, de Luis Casas Romero. Cf. La radio habanera: hitos culturales de los años treinta.
***Datos del enigmático trío: Lucho Gatica les oyó una versión de Contigo en la distancia, en 1952, que lo inspiró a grabar la suya propia, con Los Peregrinos, y volverse una estrella. El trío "cubano-mexicano" lo interpretó en la santiaguera Radio Minería y Gatica lo registró en su grabadora personal. Márquez, P. (2013). El Rey Lucho cantaba boleros.
****Sobre el sello Gema, recomendamos la crónica de Rosa Marquetti.